No. 20 🚨

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Jisung no volvió a hablar con Lee después de lo sucedido dentro de su celda. Pues se sentía lastimado y humillado.

¿Por qué? Ni él lo sabía

Tal vez era su orgullo, el saber que estaba a punto de pedirle... No, rogarle, que lo bese no le hacía bien a su ego.

2 días después de eso, fue día de baño. Él le ayudó como siempre, pero no platicaron ni nada. Y lo malo era que ni Jeongin, Chang y Seungmin estaban en esa hora, ya que a su sector le tocaba el día siguiente, así que solo podía hablar con su mayor.

Además, la expresión de su enamorado se había vuelto más fría que de costumbre. Le hacía querer llenarle la carita de besos y saliva para sacarle la sonrisa que tanto le gustaba. Aunque por obvias razones, no podía. Pero si estuvieran en otras condiciones, lo haría sin pensarlo.

Minho se seguía preocupando por él, por supuesto que lo hacía. Cuando Jisung se separaba, él lo miraba a lo lejos y se aseguraba de que nadie de la prisión se le acercara. Y todos obedecían, porque le tenían miedo.

Había decidido enterrar aquel pasado desde hacía tiempo, pero la gente no olvida, así que nunca le desafiaban ni nada. Así que aún sin que estuviera cerca, él estaba protegido.

En el pasado, era un hombre despiadado, violento. Tanto así que casi mata a su compañero de celda 4 años atrás.

Era tan malvado, que se había hecho del respeto y miedo de todos luego del incidente. En adicción, él mismo se había proclamado como "Lee Know", nombre que poco después despreció y desapareció él mismo. Algunos le seguían llamando así, y obvio que le molestaba y ofendía. Pero ya no era tan explosivo y solo se limitaba a irse de ahí cuando se referían a él por ese nombre. Por eso, una de las principales razones por las que ayudó a Jisung antes de enamorarse del chico, era para, según él, enmendar su error. Aunque claramente no mejoraría nada ni repararía lo que hizo. El nombre de la persona que casi mata era Kim Sunoo.

Un día, tuvo un ataque de furia y la descargó en Sunoo. Rápidamente fue auxiliado por la guardia y terminó siendo trasladado a otra prisión. Él pasó 1 mes con Haruto. Donde fue torturado y golpeado todos los días.

Se arrepentía, y quería demostrarse a sí mismo de que ya no era ese mounstro que una vez fue. Y lo hizo, se enamoró de él y ahora estaba dispuesto a todo por aquél niño rizado.

El tiempo corría y no esperaba. Eso lo aprendió a las malas, y ahora estaba estresado porque no podía pasar el mayor tiempo posible con Han porque tenía miedo de que le hicieran algo. Sus manos picaban por tocarlo, sus labios temblaban por besarlo. Lo necesitaba ahora. Pero estaba atado por voluntad. Un poco contradictorio, ¿No? Así describía su estado.

El sol brillaba en todo su esplendor, la luz blanca penetraba en sus ojos y les hacía adaptar un tono más suave. Sus pupilas se contraían un poco, pero no dejaban de ser circulares. Todo eso le hacía reflexionar sobre qué hacer. Le llevaba a una paz que pocas veces experimentó después de quedar encerrado entre los barrotes grises.

¿Cómo ser feliz? Se preguntaba. En algún momento pensó que jamás lo sería, pero encontró la serenidad en el que había nombrado como su ángel.
Jamás se cansaría de repetir que estaba perdido por él.

Una de las razones por las que Minho cayó por él fue el hecho de que Jisung tenía una de las sonrisas más majestuosas que había podido apreciar. Se le marcaban uno lindos hoyuelos en sus mofletes, sus labios se curvaban delicadamente en una sonrisa risueña y sincera, sus mejillas se abultaban y daban la impresión de que tenía comidita en su boca. En definitiva, SU ángel. Y su risa, era ridículamente contagiosa y beatífica.

Se sobó la sien con sus largos dedos y después los dirigió a su cara, donde los restregó descuidadamente por toda la zona, desarreglando en el proceso sus largos cabellos. Escuchó unos no tan sonoros pasos y alzó la cabeza, encontrando así a una hermosa mujer con traje militar.

—¿Puedo sentarme, jóven Lee?—. Preguntó de forma amable. La señorita conocida como IU hizo una reverencia, y después de recibir un asentimiento silencioso y breve de parte del mencionado, tomó asiento a su lado. Arregló su traje elegantemente y refregó sus palmas en sus muslos delgados, todo mientras era mirada de forma indiscreta por el hombre—Me presento, mi nombre es Jieun, pero aquí me conocen como IU—. Se introdujo a sí misma. Minho asintió.

—Lo sé—. Aclaró de forma descortés y bruta. La chica le miró por el rabillo del ojos antes de analizar las máquinas frente a ellos.

—Siento molestarle, quería preguntarle cómo está Han—. El último nombre resonó por su cabeza y le hizo salir forzosamente de sus pensamientos—He escuchado todo, así que estoy genuinamente preocupada por él—. Lee hizo una mueca y llevó su mano derecha a su nuca. Notó que su menor estaba algunos metros más adelante de él, tratando de subir una pesa de 15 kilos y rió internamente. No estaban juntos, pero eso no le impedía vigilarlo de vez en cuando. Todavía no olvidaba el indeseado encuentro que su niño tuvo cuando recién llegó.

—Está bien, pero podría estar mejor—. Su pequeña felicidad desvaneció, esto fue notado de forma rápida por parte de la mujer. Y para aliviar un poco el ambiente, le extendió un dulce de leche con el envoltorio transparente de plástico un poco maltratado.

—Es para él, pero si quiere le puedo dar uno para usted—. Trató de sonreír para reconfortarle un poco. Minho dudó un poco y lo resguardó en sus grandes manos.

—Gracias—. Secamente agradeció. Sus orbes se movían para todos lados, denotando su incomodidad por la presencia ajena. Estaba así hasta que su mirada aterrizó en la delgada y marcada figura de su amor. Soltó un suave suspiro involuntario mientras peleaba con su cuerpo para no ir y abrazarlo ahí mismo.

—¡Oh! Casi lo olvido—Exclamó de forma exagerada—. Vine aquí para pedirle que vuelva a sus actividades, pero cuando lo ví mirando a Jisung quise preguntarle su estado. Por favor siga con las máquinas—. Se levantó y quitó la tierra de sus glúteos con sus manos. Minho rodó los ojos e imitó su primera acción.

—Ajá—. Dijo. Le dió la espalda y caminó para llegar a las pesas. Jieun levantó la ceja indignada y luego también se puso de espaldas. Silenciosamente regresó a su puesto siendo observada por sus compañeros.

El hombre comenzó a mover la pesa con su brazo, pensando en todo lo que estaba pasando.

Debía actuar ya.

Prisionero ~ Minsung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora