Prisionero ~ Minsung.

No. 23 🚨

Desde ese día, Seungmin ya no volvió a ser el mismo.

Y podía estar exagerando, pero desde que tuvo aquella conversación con él, su actitud y mirada cambiaron. Ya no reía mucho, y lo peor, era que ni siquiera Jeongin, su mejor amigo, podía hacer algo para alegrarlo.

Jisung había notado, que cada vez que Seungmin le veía, se ponía triste. Lo sabía por el brillo extraño en sus ojitos cada vez que eso ocurría.

Además, cada que mencionaba algo de Lee, apretaba los puños. Como si tuviera algo contra él. Algo que jamás había pasado. En cambio, llegó a apoyarle en su enamoramiento. Pero ahora no quería saber nada de él. Y siempre lo miraba con desagrado e incluso con rencor.

La curiosidad le estaba matando, tanto que llegó a tener insomnio 3 días, en los que se dedicó a observar a su mayor dormir mientras que en su cabecita creaba teorías e hipótesis. Pero casi ninguna cuadraba o tenía sentido.

¿Tenía algo que ver con sus repentinas desapariciones? Era probable.

Chris le había mencionado que Minho tenía miedo de que le hagan daño al ver que se estaba involucrando con él. Pero nunca mencionó nada más. Ni de quién lo estaba "protegiendo" ni del porqué estar con él significaba un problema. Si tan solo le hubiera puesto más atención...

Estaba seguro de que Ryujin sabía algo por aquella ocasión donde fue al lugar donde iba Minho y regresaron juntos. Pero no podía preguntarle. Por obvias razones.

Una minuciosa idea se le cruzó por sus pensamientos, y por más tonta que sonara, podía ser una buena opción. Y la cuál era...

Ir al lugar donde iba.

Pero lo difícil, era no ser visto. Ya bastante tenía con que 11 personas —sin contar a Lee—le estén vigilando. Y en adicción, ya tenían algunos traumas por las cosas que le hicieron cuando estuvo solo, sin compañía. Aún considerando las dificultades y posibles consecuencias. Se propuso hacerlo.

Y ahí estaba, esperando a que Lee se moviera de la salida de la celda, pero él no parecía querer hacerlo. Y era obvia la razón: No quería, lo haría cuando él lo haga. Lo maldijo en su interior a la vez que salía bajo la atenta mirada del mayor. Y él por fin cedió a la idea de abandonar los barrotes cuando tomó una distancia prudente.

Y lo siguió pensando, hasta que se percató de algo. Sabía que constantemente era observando por Minho, ¿Cómo podía salvarse de él? Era demasiado persistente.

No podía teletransportarse ni nada así. Y en ese momento, era algo que deseaba con todo su corazón.

¿Y si lo tacleaba? No, no podía. ¿Y si...? No, no podía hacer nada. Nada podía detener al gran Lee Minho de vigilar a si chico Han Jisung.

Por fin llegó al área de batalla, como le llamaba a la cafetería. Y cuando dió un paso dentro, trató de escabullirse entre la gente, aunque no contó con que un viejo lo empuje y caiga. Su trasero tocó el piso y se escuchó un gran estruendo.

Cuando escuchó las risas de las personas, no pudo evitar sonrojarse. Y al subir la cabeza, notó que Minho le miraba. Lo que más quería evitar. Y para el colmo, Changbin se le acercó por la espalda y con una facilidad sorprendente, lo levantó como si de una pluma se tratara.

—¿Estás bien?—. Preguntó preocupado y lo volteó, ignorando por completo la pesada mirada que sentía en él. Y sabía de antemano que era Lee quien le miraba de esa forma. Han ocultó su cara en sus manos aturdido por la vergüenza que sentía.

—S-sí—. Después de decir eso, le tomó de la mano, direccionándolo a la conocida mesa rectangular donde desayunaba, comía y almorzaba comida casi echada a perder y de la cuál ya estaba más que acostumbrado. Ahí notó todos los rostros conocidos sin prestarle atención.

Quería poder irse, y Dios pareció escucharlo cuando ese hombre de la última vez apareció nuevamente, llamando a Seungmin. Y ahí, todos, sin excepción, se levantaron con ganas de enfrentarse a él. Y Jisung lo tomó como una oportunidad para escaparse.

Rápidamente se levantó y silenciosamente fue retrocediendo hasta que ya no estaban a su alcance. Y con eso en mente, dió vuelta, y chocó directamente con la pared como resultado de su torpeza.

Ignoró las risas de personas indiscretas y sin decir nada, entró en el pasadizo.

Y olvidó por completo que cierta persona, le estaba observando.

La cuál corrió al lugar donde se metió, pero no lo pudo encontrar.

—¿Jisung? ¿Qué demonios crees que haces?—. Preguntó. Rogándole a los cielos que le conteste. Pero nunca llegó la respuesta.

Ya que el joven Han, se había perdido.