No. 14 🚨

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A la par que el verano estaba llegando a su fin, los días de estancia de Minho cada vez disminuían, haciendo que el miedo e incertidumbre en Lee crecieran paulatinamente.

Calculaba que le faltaban más o menos 2 semanas ahí. Por fin cumpliría su condena de 7 años. El Minho de hacía 5 años estaría feliz, pero el de ahora estaba aterrado, quería seguir ahí, todo por cierto angel rizado de piel canela.

No quería dejarlo solo, quería quedarse con él, poder estar con su presencia un poquito más, poder seguir viendo su hermosa cara todos los días de su vida. Deseaba con todo su corazón quedarse para siempre con su chico.

No podía estar más enamorado de él, se había convertido en su kryptonita.

A pesar del poco tiempo que habían estado conviviendo, fue suficiente para hacerle caer rendido ante el castaño, saber que era capaz de amar a alguien al punto de poder dar su vida por esa persona no podía hacerle más feliz.

Lo observaba como siempre, admiraba cada centímetro de él como si fuera una cimera obra de arte, la más cara y preciosa del museo más grande y visitado del mundo. Lo comparaba con tantas cosas que sería capaz de hacer una lista de "cosas a las que se asimila Han Jisung". Y esa lista sería infinita, porque Jisung es la cosita más bella en el mundo de Minho.

Del lado de Jisung, se sentía más cansado y harto de estar ahí a la par que las manecillas avanzaban y el sol salía y volvía a su escondite al oeste . No soportaba estar más en ese lugar, y sabía que estaría ahí por los siguentes 34 años, aunque nunca se sabe, tal vez y salía antes.

Tal vez por que se dieron cuenta de que fue un error.

O tal vez porque murió.

No se podía predecir qué le deparaba el destino, porque sí, Jisung creía fielmente en el destino, en aquella fuerza desconocida que elije el camino que tomarás en tu vida. Tal vez y este elegiría que tendrá su final feliz con Minho. O, por el contrario, decidiría que su linda historia de amor se terminará en el momento en que llegue la indeseada partida del mayor.

Cada día que pasaba pensaba en:  ¿Qué haría cuando Minho se vaya? Porque definitivamente no iba a sobrevivir sin él, sin su pilar en aquella cárcel infernal, sin su cargador.

Dolería. Claro que dolería. Pues cuando más lo necesitó, estuvo ahí, no lo estuvo cuando sufrió aquel incidente innombrable, pero sí cuando estuvo deprimido y solo. Cuando ideas suicidas llegaron a su mente, le ayudó, y él, sin saberlo, salvó a Jisung de la muerte voluntaria.

Era la única persona que le vió de esa forma, tan vulnerable y destrozado, nunca había sentido tanta melarchía y angustia, jamás en su vida había experimentado tal nivel de humillación a su persona. Y él le dejó desahogarse en su pecho mientras le musitaba halagos y le hacía saber que estaba ahí, dispuesto a lo que sea por él.

Le debía tanto, que le daba miedo no poder devolvérselo a tiempo, de no ser capaz de agradecerle lo suficiente. Su enamoramiento solo empeoraba las cosas y las volvía más complicadas de lo que ya eran.

Puede que la gente no encuentre felicidad dentro de aquellas paredes de piedra traicioneras, y Jisung claramente tampoco le encontraba lo divertido al principio, pero después de conocerlo, todo dió vueltas, ahora ya tenía ganas de despertar, con tal de convivir más con su angel guardián, como le había catalogado desde la primera vez que le salvó.

"Siempre estaré ahí para tí, no importa lo que sea, te ayudaré porque te amo". Dijo su novio cuando se dieron su primer beso.

¡Qué falacia! ¡Nadie jamás habia tenido ese nivel de descaro! Y unos años después, le dió la espalda en medio de desesperación y se fue, dejándolo desamparado en frente de gente que solo le juzgaba y se aprovechaba de él con el simple propósito de salirse con la suya. Porque sabía muy bien que fue engañado, que le usaron con el fin de no recibir castigo, salieron huyendo como cobardes, sin tener la valentía de enfrentar cara a cara a lo que se hacía llamar "La justicia".

A comparación de toda la gente con la que había convivido, Lee Minho fue la persona que más le ayudó y motivó cuando más lo necesitaba, y sí, a pesar de que hayan estado juntos apenas 1 mes, fue suficiente para crear un hermoso lazo, una unión, juntos. Y aquel cordón que los ataba, sería muy doloroso de romper. Los dos lo sabían.

Jisung no estaba acostumbrado al sufrimiento, mucho menos al que se iba a exponer si dejaba que el hilo se fortalezca cada vez más. Si ellos se separaban, estaba claro que estarían destinados a sufrir, sabiendo que su otra mitad está lejos, fuera de su alcance.

Y puede sonar una exageración, pero ambos habían desarrollado un tipo de independencia hacia el contrario, cada vez que se separaban, aunque sea por la más mínima cosa, su mente comenzaba a ser pesimista, haciéndoles pasar un rato no muy agradable, era de su conocimiento que se había transformado en una droga peligrosa capaz de matarlos de la forma más sufrida, por amor.

Ninguno lo sabía, pero estaban comenzando a amarse, algo que es lacerante cuando no es correspondido, y es peor cuando los dos sienten lo mismo pero el destino no lo tiene considerado en sus planes, lo que hace que se separen, sin importar lo que hagan. No vale cuánta sangre o lágrimas derrames, cuando el hado no quiere, no hay nada que se pueda hacer.

Eso pasaba con ellos, porque el sino ya tenía escrito el final de su salada historia de amor.

Y no se podía saber si era bueno, o malo.






























¿Qué dicen? ¿Quieren que tengan final feliz? Porque ya a tengo escrito el final, así que, sí, faltan algunos caps para que concluya. No sé si son muchos o pocos.

Prisionero ~ Minsung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora