Capítulo 9 - Jet Jaguar vs. Rodan, Parte 1

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- Voy a arreglar los huecos en las paredes de la cocina hoy, ¿Bien? - Dijo un hombre desconocido a su esposa, su esposa contestó positivamente y este se fue a la parte de atrás de la casa para sacar herramientas, mientras que su esposa entretenía a la hija de ambos.
Cuando estaba hurgando entre la acumulación de polvo y herramientas de la pieza oyó a su hija gritar su nombre a todo pulmón, emocionada.
- ¡Papi! ¡Papi! ¡Mira por la ventana, hay un gran pájaro volando!
- Ya voy, ¡Ya voy-
Se oyó los gigantescos aleteos de Rodan que generaron vientos sónicos que aniquilaron todo a su paso. El hombre se golpeó la cabeza contra la pared quedando inconsciente por un tiempo indeterminado, pero al despertar y levantarse se dio cuenta de que lo único que quedó de la casa fue la pieza en la que estaba. Los vientos de Rodan no dejaron nada más en el lugar. El hombre se quedó mirando a la gigantesca bestia yéndose en el horizonte.

- ¡Soy el maldito conductor del Jet Jaguar! ¡Hagan caso a mis órdenes! - Gritó Daniel a los empleados, estaban en la gigantesca zona de reposo del Mecha. Habían puentes que conectaban a la cabeza, torso y cintura del robot dónde pasaban los ingenieros a revisar constantemente el estado de cada parte. Era titánica la instalación, al igual que Jet Jaguar. Daniel decidió desobedecer las órdenes de sus oficiales y ordenó por el mismo el accionar al robot, incluso comunico al Argo el maniobrar para poder llevar a Jet Jaguar a Chile.
- Realmente no le temes a ninguna consecuencia... - Dijo Douglas.
- ¿Consecuencias? ¿Por salvar gente? Esos hijos de puta me dejaron claro que si Ebirah hubiera atacado un pueblito en México no habrían desplegado a Jet Jaguar hasta 3 días después.
- Ya veremos como resolvemos esto, ¿Bien? Si sigues con esto los directores de la UNGCC menos te van a dejar usar a JeyJey.
- ¿JeyJey?
- Oh, es un apodo que le pusieron los ingenieros, se me terminó pegando.
- ... Dios mio, ¿Por qué no me dejaste en la G-Force? - Dijo Daniel en voz baja.

Daisuke y compañía ya habían salido de los Estados Unidos.
- La última vez que me llamaste -antes de visitarme-, habías dicho algo sobre que tenías sospechas de.. ciertas personas ¿No es así? - Preguntó Brody.
- Sí. - Dijo Daisuke.
- Esos federales eran parte de... *Ellos"?
- Oh, no, no. Son bandos totalmente diferentes. No hacen parte de lo que está pasando en la UNGCC... O no directamente, no lo sé.
Brody soltó una risa contenida.
- Eres tan igual a Eito en todo aspecto que da hasta gracia.
- ¿Cómo?
- Buscando conflicto en todas partes, luchando y forzando las cosas a favor de lo que creía. Quiero decir, no digo que te rindas, a este punto no podrías, pero solo veo muchas similitudes entre tú y tú padre. Me preguntó si tu hija es igual de terca.
- Hmm, ¡Más o menos! Después de todo, ella quiso sí o sí acompañarme.
- Al menos no estás obsesionado con matar a Godzilla, aunque lo entendería perfectamente.
- No, eso va totalmente en contra de mis creencias, ya lo sabes.

- ¿Qué era eso...? Lo que se te había caído en ese momento. - Preguntó Ptari.
- ¿Esto? - Dijo Ren, sacando un reloj de bolsillo roto.
- ¡Oh! ¿Se rompió cuando se cayó?
- No, no. Ya estaba roto desde antes, las manecillas no se mueven, están estáticas desde qué... Bueno, era de mi abuelo.
- ¿Significa algo? La hora en que se detuvo, quiero decir. He visto mucha gente que le pone significado a eso.
- De hecho, sí que tiene, mi padre estuvo en Tokio. Estaba con mi abuela y mi padre, Daisuke era un niño en ese momento cuando Godzilla atacó, incluso se había perdido entre todo el caos, pero mi abuelo, Eito, lo había encontrado y salvado, solo que mi abuela... Murió ese día. Este reloj era de Eito, y cuando falleció, mi padre me lo había regalado como una especie de amuleto de la suerte.
- No sabía que ustedes tenían una conexión tan profunda con Godzilla, no lo pude haber imaginado ni en cien años, digo, tu abuelo estuvo en el día 0 - Ptari hablaba con un tono nervioso, tratando de no decir algo que se malinterpretara u ofendiera a Ren.
- El reloj se detuvo a esa hora exacta cuando Godzilla salió de la bahía de Tokio, en esa noche de agosto de 1954. Mi abuelo le solía relatar una frase a Daisuke, y luego él me las dijo a mi, que me solía dar escalofríos. "Ese día, yo y la humanidad entera nos dimos cuenta de que no éramos la especie dominante en el planeta, que de hecho, tenemos nuestro propio verdugo, Gojira."
Ptari se quedó en silencio.
- Puedes tocarlo, ¡Toma! - Dijo Ren pasándole el reloj en las manos a Ptari.
El reloj tenía, notablemente, el vidrio roto. Las manecillas quedaron intactas a las 8:14 de la noche.

Godzilla ゴジラ: VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora