Capítulo 11 - Tokio

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7 de Agosto de 1954, a 21.6 millas naúticas de la Isla de Odo, que está a 1054 kilómetros de Tokio, Japón.

— ¡Un cuerpo masivo se encuentra a 4 millas náuticas! — Dijo uno de los operadores de los radares del USS Lawton.
— ¿Un misil? No hay más que barcos de los nuestros en el área.
— No lo creo, pero ahora el Bogey se está acercando más y más rápido. ¡Su velocidad media es de cuarenta nudos!
— ¿¡Cuarenta nudos!?
El personal de todo el barco se estaba preparando para el potencial ataque de lo que sea que se estuviera acercando. Prepararon las torretas y los torpedos, listos para disparar.
El Cabo Denham estaba cerca a uno de los botes salvavidas del barco, listo para toda orden que se le diera y además tratando de ver en el horizonte que era lo que se estaba acercando.
La gigantesca masa en el radar se detuvo por unos segundos y dejo de aparecer. Después de unos minutos volvió, y ahora parecía estar a menos de 30 metros cerca de ellos. Todos en el barco se dieron cuenta de esto cuando objetos con forma puntiaguda se habían elevado sobre el agua. No eran más que las placas dorsales de un animal.
Todos estaban impactados e hiptonizados. ¿Podría ser que un animal más grande que una ballena azul pudiera existir?, no lo sabían, pero se dio la orden inmediata de disparar los torpedos.
La criatura reaccionó adolorida, soltando quejidos de dolor, y se sumergió en el agua otra vez. Fue tan rápido que no pudieron reaccionar cuando las placas dorsales destruyeron parte del lado derecho del barco. Nadie sabía que hacer, corrían por todas partes, algunos a recargar las torretas, otros entraron a las habitaciones yéndose de la cubierta y otros entraron a las salas de radar. Carl Denham aprovechó la distracción y bajo el bote salvavidas que estaba a su lado, sabía que el USS Lawton era un caso perdido y que tal vez pudieran ganarle si fuera un barco ordinario o un avión común y corriente, pero esto era algo más. Sabía que si invitaba a alguien más al bote los iban a obligar a quedarse, así que fue él solo.
— ¡Está resistiendo los torpedos!
— Más grande que una ballena, y con una piel más dura que el metal... — dijo uno de los oficiales del barco.
— El USS Lawton está siendo atacado por... — Decía uno de los operadores de Radio a sus superiores en las bases en tierra firme y a otros barcos — un objeto masivo, un organismo masivo no identificado... ¡Ha destruido parte de la quilla!
Denham logró bajar en el bote pero otros marineros se dieron cuenta y lo empezaron a reportar, incluso lanzarle cosas. Pero Denham solo se alejó lo más que pudo del Lawton, cosa que consiguió a tiempo antes de que una gran luz azul los cegara a todos. La luz provenía de debajo del barco, y poco después un rayo como láser se disparó hacia el cielo y partió en dos el Lawton.
Las olas del mar generadas por el rayo mandaron lejos el bote de Denham. Agarrándose con todas sus fuerzas para no ser arrastrado fuera del bote. Cuando las aguas se calmaron levantó la vista: La criatura dejo revelar su cara y parte de su cuerpo, elevándose para ver lo que había provocado. Los restos del USS Lawton se hundían y una enorme nube negra resultado del rayo se había creado, liberando rayos eléctricos azules como una tormenta eléctrica, pero esto no era cualquier tormenta eléctrica; lo supo Denham cuando enfoco la vista en el monstruo. Un ser reptiliano con dientes afilados, bigotes como de foca, cabeza redonda, mandíbula cuadrada, brazos largos con  y un cuerpo gordo junto a 3 filas de grandes placas dorsales que se iluminaban en un color azul brillante. Tenía una mirada vacía, digna de un animal que no estaba consciente de lo que hizo, solo se defendió. Denham lo describía en su mente como un ser sin alma, sin razonamiento.
La criatura dio un estruendoso rugido antes de volver a sumergirse. La onda expansiva del rayo fue tan poderosa que lanzó los cadáveres de los compañeros de Denham cerca a él. Estaba rodeado de piezas metálicas y partes de los cuerpos de los marinos flotando en el agua.

Ptari despertó de un largo sueño. Era de día, había visto por las ventanas, sintió que ya habían aterrizado pero al ver por la ventana al lado de su sillón notó que seguían flotando en el aire. Se sintió un viento frío recorriendo todo el interior del avión, y al tratar de ver de dónde se originaba ese viento se dio cuenta de que el avión estaba lleno de mariposas o polillas naranja, no distinguía si eran una cosa o la otra, solo las veía borrosas. Las mariposas soltaban un extraño polvo amarillo dorado que empezó a sofocar a Ptari.
El avión de Brody aterrizó en una de sus propiedades privadas en Hakone, Japón. Iban a entrar ilegalmente a la "Zona Restringida de la Antigua Capital de la Metrópolis de Tokio", considerada como patrimonio de la humanidad, por contradictorio que sonará al ver que solo son ruinas, es considerada el lugar donde inició todo, donde inició la "Era de los Monstruos". Daisuke solo quería volver y ver dentro de la ciudad por unos momentos, después de lo que pasó con Lián, pensó en hacer una visita y reflexionar. Ptari despertó agitada, a lo que Ren la intentó tranquilizar diciéndole que ya habían llegado.
— ¿Vamos a ir a Tokio? — Preguntó Ren.
— Solo una corta visita. Ya no hay radiación, si tanto te preocupa eso. — Respondió Daisuke.
Los 4 salieron de la propiedad de Brody y se aproximaron a Tokio en auto. Brody llevaba una maleta llena de herramientas, incluidos linternas, alicates, destornilladores, etc. Todo lo necesario para pasar sobre la seguridad de la zona restringida de la antigua capital japonesa.

Godzilla ゴジラ: VerdugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora