21: Mi heladito

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Yo intente ignorarla lo más que pude hasta poder llegar a el centro comercial de la zona, cuando por fin nos bajamos del auto móvil pude respirar libremente, por Belcebú, casi muero ahí.

...

Estábamos caminando por la zona de comida chatarra y mientras que mi hermana arrojaba casi todo lo que veía dentro del carrito mi luna solo me acompañaba tranquilamente, ya le había ofrecido que escogiera algo de su preferencia, como unas 10 veces, pero aun así no elegía nada.

-¿Segura que no quieres nada?

-Mmm no, nada de aquí me gusta mucho.

Nada le gustaba, ¿cómo era eso posible?

Había una inmensa variedad de comida de todo tipo y nada le gustaba o llamaba la atención.

Ahora sé que en el momento que quiera regalarle algún dulce me va a costar un testículo que le guste.

Keris volvió sosteniendo más cosas en sus brazos con una mueca de felicidad que solo tenía ella en este mundo.

Metió más cosas en el carrito para luego volver a desaparecer entre los giros de los estantes.

-¿Y qué te gusta? Mi luna.

-El helado, me encanta el helado sobre todas las cosas del mundo.

Yo voltee mi mirada hacia la persona más hermosa que he visto en esta vida y en la anterior, la misma que por primera vez en toda la salida, se veía entusiasmada y todo por hablar de un postre cremoso y frio.

Ahora que lo pensaba, el postre es igual sus actitudes al principio, primero era fría y te daba dolor de cabeza y ahora es dulce y cremosa, es algo que disfruto bastante.

Al parecer no es solo mi luna, también es mi heladito.

Yo di una vuelta inesperada, haciendo que Umed me siga a toda velocidad, aun que luego de unos segundos me detuve.

-¡auch!

Sentí como algo chocaba contra mi espalda, seguida de una exclamación, al voltear mi heladito se estaba sobando la punta de la nariz, la misma que lucía rosada.

Tuve el jubilo de burlarme en su cara, aun que ella me obsequio una mirada de desagrado y desprecio, que se ablando con los segundos.

-¿Cuál quieres?

Umed me observo confundida, como si tuviera dos cabezas... o tres piernas, lo cual no es el del todo una calumnia.

Al final miro hacia su alrededor y juro que podría morir con esa linda expresión en su cara, mas aun con el brillo que irradian sus ojitos al mirar la gran cantidad de helado de diferentes sabores, tamaños y colores.

-¿Estás seguro?

-Es mi dinero y lo gastare en lo que me place y en este momento, mirarte me complace.

-Bueno...

Seguido de eso tomo un bote de helado de un litro, pude saber el sabor por lo que decía en las etiquetas decorativas del bote "helado con oreos" es una buena elección.

Luego de un rato volvimos a la casa, mi hermana guardaba las miles de cosas innecesarias que compro para "ella y Sirius" como si él le fuera a aceptar eso, además no es muy fan de la comida chatarra, desde que llego mi luna ella es su centro de atención, Keris no comprende eso, puede que sea mi hermana, pero luce bastante ridícula, ilusa y ingenua persiguiéndolo por toda la casa como un cachorro abandonado ¿Cómo llegamos aquí?

-¿De quién es esto? Yo no lo seleccione.

Yo mire a la tonta de mi hermanita, ella tenía el tarro de helado de mi luna, la única maldita cosa que me ha permitido comprarle en nuestra salida al súper y ahora mi hermana lo tiene.

-Yo lo compre.

-¿Para mí? Gracias hermanito te amo mucho y sé que siempre voy a ser tu favorita en el MUNDO.

¿Qué mierda?

Esa frase era para mí luna, sus celos tóxicos se estaban filtrando en mi entorno y yo no estoy dispuesto a eso, ni hoy ni nunca y no voy a dejar que la humille.

-No es para ti.

-¿Qué?

-Como lo escuchaste.

-¿Y... para quién es?

-Para mi luna, lo compre para ella, así que ya déjalo.

Añorando alguien que me compre helado, recuerden votar MUACK!

Vigilo tu espalda y tu vigilas mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora