𝗞𝗶𝗯𝗼𝘂.

Quimera

Quimera: Sueño o ilusión que es producto de la imaginación y que se anhela o se persigue pese a ser muy improbable qué se realice.

El dolor en su pecho no paraba de crecer y crecer, trataba desesperadamente de retener las lágrimas pero era imposible ya que lentamente comenzaban a salir de sus ojos.

No lo podía creer, no lograba comprenderlo, como podía ser que algo tan preciado como su cachorrita se fuera de él de la noche a la mañana. Lo sentía como un sueño o una pesadilla pero sabía que estaba completamente despierto. No lograba creerlo o admitirlo. Sintió como las lagrimas empezaban a caer lentamente por sus ojos al desesperadamente tratar con todas sus fuerzas de procesar todo lo que acababan de decirle.

– No... No, no. – intentaba desesperadamente negar la realidad ante la situación, no quería aceptarlo.

– No... No, cachorrita no se puede ir ¡No!.

Kiyoto intento abrazar a Ren, sabía que eso siempre lo calmaba, nunca espero que este lo empujara.

Se había alejado de Kiyoto desesperadamente, estaba teniendo una crisis nerviosa, no podía parar de pensar que la bebé no debía irse, que debería volver a él.

– ¡No me toques!. – intentó desesperadamente alejarse de su toque, empujándolo desesperadamente y tratando de mantenerse lo más alejado posible del alfa.

– Ren tranquilizate por favor, puedes lastimarte. – estaba preocupado de que pudiera lastimarse con la intravenosa en su mano.

Llegó un punto en el que Ren parecía haber perdido el control, se sentía desorientado, aterrorizado y desesperado. Trataba de quitarse el suero de la mano, al mismos tiempo que soltaba manotazos al querer alejarse del alfa.

– ¡No me toques! ¡No me toques!
¡Déjame solo!.

Kiyoto no sabía que hacer, él también estaba asustado, solo optó por correr al pasillo para llamar a una enfermera y a un médico. – ¡Alguien, por favor rápido!.

Pasaron solo segundos para que un médico y una enfermera llegaran a la habitación. Cuando llegaron se encontraron ante un cuadro desesperado y aterrorizado. Ren se encontraba sumamente agitado y llorando desesperadamente.

El médico mantenía una expresión seria y firme mientras daba algunas instrucciones a la enfermera.

Kiyoto se quedo en la esquina de la habitación, viendo como entre varios enfermeros trataban de sostener al omega, mientras una enfermera colocaba un sedante en él. Era una escena terrible para él oír los gritos desesperados de Ren pidiendo que lo suelten.

– ¡No! ¡No! ¡No quiero dormir! ¡No quiero dormir!. – gritaba, mientras seguía tratando de soltarse pero era demasiado difícil y agotador. Después de algunos minutos el sedante comenzaba a hacer efecto y poco a poco Ren iba perdiendo lentamente la consciencia.