Dor

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Dor: Echar de menos a alguien que amas, existiendo una distancia entre ambos.

– ¡Deja de llamarme! No quiero hablar contigo

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– ¡Deja de llamarme! No quiero hablar contigo. – grito asustado, mientras se acurrucaba más contra la puerta.

– Perdón... Realmente no se que me paso. – recargo su frente en la puerta, esperado qué el omega se dignara a salir.

– N-No, no quiero que te disculpes... Quiero que te vayas y no vuelvas. – sentenció, simplemente no quería seguir viendo el rostro del alfa.

Kiyoto lo entendía perfectamente, no importaba cuanto se disculpara, lo que había hecho no tenía justificación.

– Ren, encerio perdoname, sal y hablemos.

El omega hundió el rostro entre sus piernas, negando con la cabeza, sin ganas de seguir hablando con Kiyoto, y aún sintiéndose demasiado asustado de que le volvieran a poner una mano encima.

– No quiero hablar contigo. Aléjate de la puerta y vete, déjame solo.

Ren se sentía traicionado, siempre vio a Kiyoto como un alfa pacifico y amable, incapaz de hacerle daño, que siempre lo cuidaba y mimaba. Esto solo le reafirmó lo idiota que era al confiar nuevamente en un alfa.

– Ren... Anda, por favor sal, prometo no hacer nada, hace frío allí adentro y te resfriaras.

– Me resfriaré pero prefiero eso, a que me toques otra vez. – reafirmó, abrazándose más, para intentar calmarse.

– No haré nada, lo juro... Solo, por favor hablemos. – suplico, sintiendo una presión en el pecho que le impedía respirar correctamente. Se había convertido en una bestia.

– N-No quiero... No quiero seguir hablando contigo y te dije que te fueras. – dijo entre sollozos.

Kiyoto no iba a forzar el seguro, eso solamente lo iba a asustar más y ya la había cagado demasiado hoy.

– Ren, te prometo que no fui yo, no se que paso. Se que lo que acabo de hacer no tiene justificación de ninguna manera, pero...

El omega cerró los ojos con fuerza, sintiendo como una pequeña ola de rabia se apoderaba de él.

– Si, claro, ¿Entonces de quien es la culpa? Fuiste tú quien me empujó hacia la cama, fuiste tú quien se subió encima de mí... Fue t-tu quien trato de morder mi cuello.

Kiyoto trago grueso, todo eso era verdad, de que servía intentar defenderse. Sabía que él, fue su cuerpo, pero... Algo no está a bien, algo se sentía diferente en él.

– ¿Qué puedo hacer para que me perdones? Encerio lo lamento.

– ¡S-Si tanto lo lamentas, entonces demuéstralo! ¡Y deja de intentar entrar al baño!. – afirmó lo más fuerte que pudo. No saldría ni aunque me pagaran.

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⏰ Última actualización: Sep 02 ⏰

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