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A diferencia de lo que muchos podrían creer, la relación de Jimin y Jimmy nunca fue realmente buena. Ni siquiera desde el inicio. Eran dos cabezas complejas, dos mundos distintos que cada uno de ellos tenía su forma de picar y soltar veneno. Cuando los dos gemelitos nacieron, eran bebés demandantes.

 A los padres les resultaba un poco difícil mantener el ritmo de vida con gemelos debido a su apretado trabajo y agenda. No les prestaban mucha atención a sus hijos y por eso se la pasaban contactando niñeras que se hicieran cargo de ellos mientras ellos viajaban o se quedaban en reuniones hasta muy noche. Cuando Jimin y Jimmy eran infantes, bebés que gateaban, se querían mucho. Eran bebés muy unidos que jugaban a ser el otro y a veces, pasaban semanas sin que los padres se dieran cuenta que estaban confundiendo a sus hijos. Ellos se divertían mucho con eso ya que era su juego favorito: hacerse pasar por el otro.

Sus padres al estar tan ausentes, realmente nunca pudieron crear ese vínculo tan fraternal.

¿Pero cómo no podían identificar a sus hijos? Sí, lo hacían. Pero a veces dudaban un poco. Sobre todo porque las diferencias entre Jimin y Jimmy eran mínimas. Jimmy, a diferencia de Jimin, tenía los labios un poco más gruesos y formados, los ojos un poco más gatunos y un lunar en la oreja muy pequeño. Jimin era de facciones dulces y piel perfecta y suave. Jimmy el que se la pasaba lleno de moretones y raspones por estar jugando.

¿Eran felices? Lo fueron durante un tiempo antes de crecer. Cuando eran pequeños, eran unidos. A los ocho años comenzó a cambiar un poco.

— ¡Jimmy! —Llamó Jimin a su gemelo, quien estaba sentado balanceando sus piecitos en la grande silla— ¿no viste al señor elefante?

— Nopi — Jimmy negó con su cabeza.

— ¡Mentiroso! — Lo acusó Jimin — ¡Yo te vi con él!

— No es cierto —Jimmy negó con su cabeza repetidas veces.

— ¡Si es cierto!

— ¡No es cierto!

Eran pequeñas peleas inocentes en un principio. Jimmy le hacía muchas travesuras a Jimmy ya que siempre fue un niño bastante travieso, un diablillo. Jimin era más tranquilo el angelito de la familia, pero con un carácter más delicado que su gemelo menor. Así que entre bromitas inocentes, Jimin comenzó a devolverle las jugarretas pero a un nivel mayor.

Una vez le arrancó los ojos al señor esponjoso ya que Jimmy había ensuciado al señor elefante por jugar con él en el lodo. Jimmy nunca se lo perdonó y creo que a la fecha, no lo hace.

En el colegio comenzaron las típicas competencias. Que los gemelos llegaran al Linsday fue un furor, todos se intrigaban por los gemelos. Sin embargo, había un grupito que no los quería y ese era el grupo de los "niños populares", el cual, el líder, era Jeon Jungkook. Tenían diez años para ese entonces.

— Son unos tontos —se quejaba Jungkook, visiblemente molesto de que los recién ingresados le quitaran la atención.

— Y son feos —apoyó su amiga Yugyeom.

— No se merecen toda la atención —resopló Jungkook — además, ¿ya vieron al que tiene lentos? Se le ven ojos enormes. Cuatro ojos.

— Cuatro ojos —se burló su grupito de amigos.

Muy inocente y tonto si lo vemos nosotros, pero para su edad, una pequeña burla así era el fin del mundo. Jimmy lo había aprendido bien. No le causaba gracia que todos llegaran y le dijeran "cuatro ojos". Jimin les decía que no molestaran pero cuando mágicamente el grupo popular lo adoptó, parece que se olvidó de su gemelo. Eso enojó a Jimmy en parte.

Pretty Park Twins |Yoonmin| [Libro 1] 100% COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora