Capítulo 11

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Heron

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Los lobos finalmente se habían decidido en aceptar mi plan de tener a Katrina como carnada para así poder captar la atención de Aramis y provocar que ésta saliera de donde sea que estaba en estos instantes.

Sé que mi plan sería perfecto, ya que si Aramis Ferronel odiaba tanto a la loba clase X y el rey lobo alpha la buscaba tan incansablemente para darle la sangre a su preciada hija; sé que al fin y al cabo terminaríamos encontrándola fuese como fuese.

Y eso me lo habían demostrado al enviar a su ejército de encapuchados a aquella vivienda donde los lobos a penas habían pasado una sola noche.

Ellos estaban cerca, siempre lo han estado; aunque los lobos piensen lo contrario. Los encapuchados no han dejado de perderle el rastro como ellos piensan... solo es que tal vez están esperando a tenerlos acorralados tal y como ellos quieren. A que estén desprevenidos para así atacarles cuando menos se lo esperen.

Por lo que si planificamos esto bien, es muy posible que todo salga tal y como lo tengo en mente.

Caminando hasta la mesa del comedor, saco del bolsillo de mi pantalón aquel mapa que tomé de la habitación del hospedaje donde los lobos se estaban quedando, aquel con la marca en rojo en el que me indicó hacia dónde iban; y lo coloco sobre la mesa.

Algunos de los lobos prontamente se acercan y rodean la mesa, observando.

—Ese es mi mapa. —Dice Wesley señalando el papel en la mesa con el dedo índice. —¡Devuélvemelo! —Me mira serio, sus cejas enmarcadas.

—Así que por culpa tuya fue que el vampiro lo encontró. —Le dice un chico humano viéndole con una ceja enmarcada.

—Les dije que volviéramos por mi mochila, y nadie aquí me hizo caso. —Hace un berrinche.

Yo siento pena ajena por todos ellos; por lo patéticos que son.

—Pero no mencionaste lo del mapa nunca. —El humano se le acerca y ambos se miran fijamente, pecho contra pecho. —Si lo hubieras dicho, claro que todos, muy posiblemente, habríamos regresado por el para que el puto asesino que quería matar a Katrina no nos hubiera encontrado. —La tensión subiendo exponencialmente entre estos dos quienes se dan miradas fulminantes el uno al otro.

—Ya está, todo está bien. El chico no le hizo nada a Katrina y ya vimos que nos va a ayudar a encontrar a Aramis. —La madre de Katrina se acerca a los dos salvajes y los separa con una sonrisa en el rostro.

—¡Idiota! —Dice el humano alejándose; yendo hacia el otro extremo de la mesa. Lejos de Wesley.

—¡Pendejo! —Contenta Wesley.

—Wesley por favor, no es el momento. —Justin, creo que así se llama; le mira con mala gana y frunce los labios.

Wesley inmediatamente hace una mueca de no estar muy de acuerdo con aquellos, para luego cruzarse de brazos y volver su mirada hacia el frente.

—Aunque Frank tiene razón, gracias a Wesley fue que nos encontró. —Habla Austin con muy mala cara. —Por culpa de tú ineptitud. —Le da una mirada fulminante al chico. Su quijada tensa.

—Tú fuiste el primero que dijo que no regresáramos por mis cosas, así que no vengas a reclamarme por eso.

Ambos dándose miradas de coraje, listos para saltarse encima y darse de agolpes.

¡Salvajes!

—¡Cállense los dos ya! —Aquel chico, Lían, da un manotazo en la mesa y ve a los dos directo al alma. —Tenemos que hacer esto, es importante. Así que solo cierren el pico y no peleen entre ustedes, ya que no podemos perder más tiempo.

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