Capitulo 13

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Heron

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Caminando por los alrededores de la casa, miro si hay alguna señal de que esté habitada. Teníamos que asegurarnos de que no hubiera nadie, sino crear alguna excusa para sacar a las personas de este lugar.

Este era el sitio perfecto para emboscar a Aramis cuando viniera por Katrina.

La gran cantidad de árboles que había alrededor, y la poca explanada o terreno al aire libre, hacía de este sitio uno idóneo para que los lobos de la manada de Katrina se escondieran entre las altas ramas de los árboles y así atacar desde arriba. Como también, el desplazarme a altas velocidades entre la vegetación despistaría mucho a los enemigos, haciéndole más difícil poder seguirme el rastro cuando corriera.

Mientras camino por la parte trasera de la casa, el olor a comida humana que sale por una de las ventanas abiertas que da a la cocina me inunda las fosas nasales.

¡Mierda, la casa está habitada!

Abro los ojos muy grandes y rápidamente comienzo a correr a toda velocidad hacia el frente de la casa. Sabía que los lobos iban a investigar la vivienda utilizando la puerta principal... cosa que yo no haría nunca, pero bueno, ¿qué se puede esperar de ellos? Si aparentan ser un grupo de locos y con poco cerebro, así que corrían peligro.

Al llegar al frente, muy deprisa, lo primero que veo es a un hombre de unos 39 años apuntándole a los lobos con un arma, a Justin específicamente, la escopeta justo tras la nuca de este, sobre su piel.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen en mi casa? —Grita el hombre empujando un poco el arma hacia Justin. Este suelta un quejido al acero de esta pegarle en la cabeza.

Yo me acerco lentamente, por la espalda, siendo muy sigiloso.

—Solo venimos a... —Justin habla, pero por el miedo que aparentemente sentía, tartamudea.

—¿A qué, malditos infelices? —Grita el hombre notándose muy enojado.

Yo, sigo acercándome, y noto cómo Katrina me ve con la esquina del ojo. Hacemos contacto visual, pero ella rápidamente actúa y pretende no haberme visto.

Cuando estoy lo suficientemente cerca del hombre, un escalón más abajo del que él está en la escalera, le toco el hombro con pequeños golpecitos. Éste inmediatamente mira hacia atrás con malicia y ganas de pegarme un tiro, pero, antes de que tan siquiera moviera un músculo de su cuerpo para hacerlo, yo le pego un puñetazo en la frente que lo deja instantáneamente inconsciente. Rápido cae al suelo tras los pies de Justin.

—¡Mierda! —Grita Justin al oír aquel golpe a sus espaldas. Luego se gira rápidamente y observa lo que sucedía.

—Eso estuvo cerca. —Lian posa su mano derecha sobre su cabeza, nervioso.

—¿Está muerto? —Pregunta Justin viéndole fijamente. Yo niego.

—Está inconsciente. Deberíamos atarlo y llevarlo a algún lugar seguro dentro de la casa si es que pensamos hacer todo este plan contra Aramis aquí. —Me agacho, lo agarro, y lo coloco sobre mi hombro tal cual un saco de patatas.

—Iré a revisar la casa por dentro, para asegurarme de que no haya nadie más aquí. —Dice Katrina. Yo asiento y la veo caminar hacia la puerta, abrirla y así meterse dentro de la vivienda. Su padre y Austin la siguen.

—Entonces tú y yo busquemos si hay algunas sogas o algo con que atarlo. —Lian se acerca a la puerta y la abre para que yo pase con el inconsciente. —Justin, tú ve por los demás que están en el bosque. Pero asegúrate primero que los alrededores no sean peligrosos, puede que haya alguien más con él; no lo sé.

Dos Mundos Wolfrahan © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora