Capítulo 28

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Katrina

Me quedo fría e inmóvil en el tejado de la casa, mientras mi mente solo repite la imagen de Heron acercándose a mí, con lo que pienso yo, la intención de besarme.

¿Acaso él en realidad lo iba a hacer?

Poso mi mano sobre mi pecho e intento calmar a este corazón que tan solo quería salir de mi pecho e irse corriendo tras de él.

Aún siento la sensación que me dio al percibir su respiración tibia rebotando sobre la piel de mi rostro. Todavía huelo el perfume de sus ropas como si estuviera frente a mí en estos instantes.

Una sonrisa de labios cerrados se me dibuja en la cara mientras una ola de felicidad y calorcito me recorre el pecho.

Quería gritar para poder liberar toda esta emoción que sentía en mi interior. Quería brincar y revolotear mis manos mientras daba saltos y giraba sobre mi propio eje, pero me contuve.

¿Esto quiere decir que siente lo mismo que yo siento por él?

¿Puede que solo haya sido un impulso ocasionado por el momento?

No lo sé, ni estoy segura de ello, por lo que prefiero no hacerme ilusiones con el vampiro. Mucho menos cuando aparentaba ser un ser tan frío y sin sentimientos aparentes, al menos eso era lo que nos quería hacer ver a todos.

Tomo una bocanada de aire y me tranquilizo. Comienzo a pensar en si aquello hubiera pasado, en si nos hubiéramos besado, todo lo que implicaría.

Todavía no he encontrado un buen momento para hablar con Jaxon con respecto a esto... a lo que estaba sintiendo. Y siempre que quería hablarle o que encontraba un momento en el que pudiéramos discutir esto, algo siempre sucedía.

Necesitaba hablar con Jaxon lo antes posible para quitarme esta sensación que me abarcaba y que cargaba en los hombros día a día desde que comprendí lo que sentía por Heron. Tenía que decirle todo al respecto o explotaría cuando me tocase verle a los ojos de nuevo.

Bajando del tejado, miro a mi alrededor por si veía a Heron, quien había desaparecido en un parpadeo, pero no le veía por ningún lado.

Expulsando aire por la nariz al no entender bien por qué Heron actuó de aquella manera y simplemente había salido corriendo a pesar de que él fue el que se me acercó, continúo mi andar hacia el frente de la casa.

Al llegar, abro la puerta y es ahí cuando un frío me recorre el estómago al verle de espaldas frente a la barra que dividía la cocina de la sala, hablando con mi papá y con Justin.

—¿Dónde estabas, Katrina? —Lian me ve y me reprocha. —¿Qué haces afuera? ¿No se supone que estás en recuperación? —Me da una mirada fulminante.

Heron gira el cuerpo y le veo colocarse en una posición en la que le era posible verme de reojo.

Trago hondo.

—Solo salí a tomar un poco de aire afuera. Ya me siento bien, en serio. No podía quedarme más encerrada en esa habitación. —Digo mientras camino hacia la cocina.

Heron y yo cruzamos miradas disimuladamente al pasarle por el lado, por lo que de inmediato bajo la mirada y contengo la sonrisa que quería formarse en mis labios al sentir mucha pena mientras recordaba las imágenes del tejado.

Al recordarlo a él...

—Toma hija, come tu cena. —Mamá se me acerca con un plato de verduras y un poco de arroz. Las cosas que el pobre hombre de la casa tenía en la cocina.

—Heron me dijo que teníamos que marcharnos, Katrina. —Papá me habla mientras yo me echo una cucharada de arroz a la boca.

Asiento como si no supiera nada.

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