Capítulo 25

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Heron

Utilizando todas las fuerzas que tenía, me zafé del agarre de los Victorian y comencé a correr a toda prisa hacia Aramis, quien aún tenía sujeta a Katrina del cuello, sin poder respirar.

Al llegar al lado de Aramis, la embestí con fuerza, provocando que Katrina cayera al suelo, mientras yo me subía sobre ella y comenzaba a golpearla con puñetazos, uno tras otro.

Katrina tose tras de mí. Los demás están peleando contra el ejército de encapuchados que nos rodeaban.

Tomando ahora yo a Aramis del cuello, comencé a ahorcarla, utilizando las fuerzas que me quedaban para apretar mi agarre contra su cuello.

Ella posa sus manos en mis muñecas, y percibo cómo comienza a ejercer presión en ellas para apartarlas de su cuello.

Cuanto más intento sostener mi agarre, con más facilidad Aramis comienza a separar mis manos de su piel.

Abro los ojos muy grandes al ver hasta dónde había llegado... cuán fuerte era.

Cuando mis manos ya no están en contacto con su piel, Aramis me toma fuerte del brazo y me lanza con fuerza hacia la derecha.

Ruedo por el suelo y me paro rápido, listo para volver a atacarla.

—Son unos buenos para nada. —Dice Aramis, parándose del suelo y viéndome a mí y a Katrina, quien se levanta también con dificultades.

Comenzando a correr hacia ella nuevamente, intento golpearla. Aramis me esquiva y me da un puño en las costillas, haciéndome soltar una bocanada de aire forzada.

Mientras peleamos, veo cómo Katrina se nos acerca y la agarra por el cuello, desde la espalda, y comienza a darle puñetazos en la cabeza sin cesar.

Quizás esta era nuestra oportunidad. Tal vez, si trabajamos juntos, tendríamos más posibilidades de derrotarla, por lo que de inmediato la comienzo a atacar.

Aramis parecía un saco de boxeo, ya que Katrina y yo estábamos golpeándola. No tenía cómo defenderse, y mientras trataba de atacarme a mí o a ella, el otro la molía a golpes... pero la loba aún resistía.

Era demasiado fuerte.

Entretanto, mientras Katrina y yo la enfrentamos, escucho cómo Lían se queja en la lejanía. Miro de reojo y veo a un encapuchado torcerle la muñeca hacia atrás con la intención de partirle el brazo.

En ese mismo instante, y sin pensarlo demasiado, Katrina salta de encima de Aramis y corre al rescate de Lían.

Me quedo perplejo ante su acción.

¿Cómo se le ocurre dejarme solo cuando estábamos trabajando juntos para derrotarla?

De pronto, siento cómo Aramis me toma de un brazo, me eleva en el aire y me lanza lejos de ella.

Mi cuerpo se choca contra un árbol, al igual que mi cabeza, y de inmediato me comienzo a sentir aturdido.

Levanto un poco el rostro y veo a Aramis tomar la espada de uno de los Victorian y caminar con ella mientras arrastra la punta por la tierra mientras se acerca.

Trato de pararme, pero las piernas me fallan y prontamente vuelvo a caer sentado en el suelo. Mi vista borrosa, mi cabeza dándome vueltas.

Cuando Aramis se detiene justo frente a mí, lo único que siento es un dolor agudo en una de mis costillas. Un dolor penetrante y persistente.

Me quejo mientras bajo la mirada y veo cómo Aramis había clavado aquella espada que traía en uno de mis costados.

La miro, con la vista nublada, mientras suelto un quejido de dolor al sentir la espada cortarme con tan solo el más mínimo movimiento de mi cuerpo.

Dos Mundos Wolfrahan © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora