EL ESPOSO DEL REY

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Luffy tenía una bolsa de hielo en la cabeza mientras Chopper lo examinaba cuidadosamente, preocupado por su estado. Nami y los demás se enteraron de la situación gracias a Ussop, quien, al percatarse de la inquietud y preguntas de todos, decidió contarles lo sucedido. Les explicó cómo los guardias habían expulsado al tipo sospechoso que vieron en el buffet y su relación con Luffy.

Robin estaba junto al alfa, mientras Nami y los demás intentaban controlarla. Sanji, por su parte, se encontraba al lado de Law. Entre ellos se percibía un aura incómoda que provenía del hecho de que no habían intercambiado palabra alguna desde que se reencontraron.

—Yo... Solo estaba...—Law jugueteaba con sus manos, buscando las palabras correctas.

—Molesto y conmocionado—terminó—. Torao, lo comprendo, es algo que debías hablar con ese idiota, además, no eres el único con un esposo así—se acercó y se pegó a su oído—. Zoro era igual, ese par son un dolor de cabeza

Law asintió y ahora hablaba en voz baja en la oreja de Sanji:

—¿Ellos alguna vez hicieron eso juntos?

Sanji se encogió de hombros y se miraron, como si en el fondo supieran la respuesta. Rieron.

—¿Ya terminaron su secreteo?—Zoro los tomó de la cabeza y arqueó una ceja.

—Eso no es de tu incumbencia. ¿Qué quieres?—respondió Sanji, cruzándose de brazos.

—Además de que Nami casi me deja viudo—dijo Law, mirando a la pelinaranja.

—¡Se lo merecía! ¿Cómo pudo hacerte llorar en ese estado?

—Concuerdo con ella—Sachi y Penguin afirmaron, moviendo sus cabezas exageradamente.

—¿Hablaron sobre eso?

Law tenía la atención de todos y carraspeó su garganta

—Sí, lo hemos hecho, pero aún... Faltan unos asuntos

Todos suspiraron, como si hubieran estado conteniendo el aliento.

—Estaba temiendo lo peor—Kaya sonrió—. Sabía que lo arreglarían, son tan lindos que no soportaría verlos separados

—Yo lo mataría—. Afirmó Nami.

—Sabemos eso, querida—Vivi acarició el cabello de Nami.

—Dadan estaría de acuerdo contigo, Nami-ya. Iré por él y comprobaré que no dejaste una contusión cerebral en mi esposo—añadió Law, dirigiéndose hacia Luffy.

Chopper, Franky y Robin estaban sentados frente a Luffy, todos disfrutando de una piña colada mientras esté seguía con una bolsa de hielo en la cabeza.

—No puedo creer que haya dejado así al rey—Law lo abrazó por el cuello desde atrás. Luffy giró su vista hacia arriba quitándose la bolsa de hielo.

—Al menos me dejó vivir

—Tuviste suerte—respondió Robin, levantándose de su asiento—. Nosotros hemos terminado por aquí. Sigues tú, Torao—. Le guiñó un ojo y los demás la siguieron, dejándolos solos en la cocina.

Una vez solos, Law se acercó y le besó la mejilla. Luffy tomó la mano de Law, besándola también y colocándola en su propia mejilla.

—¿Cómo estás?

—Esa debería ser mi pregunta, no fui yo a quien apalearon

—Si digo que estoy mal, a punto de morir, ¿Me besarías?—preguntó con un tono juguetón.

Law tomó su mejilla y capturó sus labios en un dulce beso. Luffy ronroneó de felicidad.

—No necesitas una situación extrema para que lo haga