𝟎𝟕

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El sol se colaba por las cortinas, iluminando suavemente la habitación. Luffy se estiró perezosamente, sus músculos flexionándose con cada movimiento. Alargó la mano y palmeó el trasero descubierto de su esposo, sintiendo la calidez de su piel bajo sus dedos. Law yacía a su lado, su cuerpo adornado con marcas de chupetones y mordidas que recorrían su espalda, pecho y pezones.

Una sábana cubría parcialmente la espalda baja de Law, dejando sus largas y esbeltas piernas al descubierto. Luffy las recorrió con la mirada, lamiéndose los labios con deleite. Había algo en esas piernas que lo fascinaba profundamente; sensuales, seductoras, y para él, no había unas más tentadoras que las de Law. Cada línea y curva de su cuerpo lo atraía irresistiblemente, y sus tatuajes, negros y audaces, adornaban la piel suave y blanca de Law, acentuando su belleza natural.

Luffy se inclinó hacia adelante, sus labios rozando la piel marcada y besando cada tatuaje con una devoción casi reverencial. Su lengua siguió las líneas negras, dibujando un rastro húmedo y caliente sobre la carne blanca. Law gimió suavemente bajo el toque de Luffy, su cuerpo reaccionó de inmediato a las caricias de su esposo.

Luffy bajó lentamente, sus manos acariciando las caderas de Law mientras sus labios continuaban su descenso. Cuando llegó a los muslos, mordisqueó suavemente la piel, provocando pequeños suspiros.

—Buenos días, cariño—murmuró Luffy contra la piel de Law, su voz ronca. Law giró ligeramente la cabeza, sus ojos aún pesados de sueño pero brillando con una chispa. Una sonrisa perezosa curvó sus labios mientras miraba a Luffy, su corazón latiendo con fuerza ante la intensidad de su mirada.

—Buenos días, alfa—respondió Law con voz adormilada—. Parece que alguien tiene mucha energía esta mañana y recuperó el habla

Luffy sonrió, sus dientes blancos destellando en la luz matutina. Sus manos se deslizaron hacia arriba, agarrando suavemente las caderas de Law y tirándolo hacia él, provocando que la sábana cayera por completo y dejara al descubierto toda su desnudez.

—No puedo evitarlo—dijo Luffy, su voz un susurro ardiente—. Cada vez que te miro, no puedo resistirme. Todo tú me vuelve loco

Law soltó una risa suave, su cuerpo relajándose bajo las manos de Luffy. Se dejó llevar, entregándose completamente a los caprichos de su esposo, sabiendo que cada caricia, cada beso, estaría cargado de amor y deseo.


...
Las miradas de todos no eran discretas. Sabía que el olor de Luffy estaba pegado a él como un perfume, ya no había necesidad de ocultar las feromonas sobre su piel. La noticia sobre el celo del rey se había extendido demasiado rápido. A su correo y al castillo llegaron cientos de cartas y regalos para la pareja, desbordando la entrada y la oficina de Law. Incluso aparecieron de nuevo en el periódico, generando mayor atención y especulación.

"¿Cachorro del rey de los piratas?: Se espera el anuncio del embarazo del emperador"

Regresaron tomados de la mano, con Luffy luciendo radiante y relajado. El olor de sus feromonas seguía siendo igual de fuerte, pero ahora más controlado y a raya. A su lado un Law tranquilo y con un paso lento.

Sabo y Koala los esperaban con una sonrisa, mientras Isamu se lanzó hacia ellos, casi al borde de las lágrimas por no haberlos visto en esos días. El cachorro había desarrollado un gran apego por Law y Luffy, aunque parecía que con el alfa solo quisiera morderlo.

El rubio mayor se detuvo y no intentó lanzarse bruscamente. Aunque el rut de Luffy había terminado, él seguía sensible sobre Law, así que era mejor no perturbarlo hasta el día siguiente.

—¡Te extrañé hermanito! Creí que nunca volverías

—Solo fue una semana, no es para tanto, cielo

EL ESPOSO DEL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora