𝟏𝟒

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La lluvia caía sin cesar, el cielo estaba completamente nublado y el fuerte viento movía las hojas de los árboles con fuerza. El sonido de los truenos resonaba en el aire. Law leía un libro en su habitación, intentando encontrar un momento de calma, pero su cama se sentía vacía y sin vida sin Luffy en ella. Un Den Den Mushi descansaba a un lado de él, esperando una llamada que nunca parecía llegar.

La puerta se abrió de golpe y Bepo entró en la habitación acompañado de varios de sus guardias. La expresión en su rostro era de nerviosismo y seriedad, algo que no pasó desapercibido para Law.

—Alteza—Carraspeo Bepo haciendo una reverencia—, hemos recibido una llamada. Es importante, pero...—jugueteó con sus manos, visiblemente incómodo, lo que hizo que Law se sintiera aún más ansioso—. Necesito que seas fuerte por ellos. Es sobre el rey. Ha sido víctima de una emboscada por los piratas rebeldes de Eustass. Garp-san ha sido herido de gravedad, y no se sabe nada sobre Sabo y él

Contuvo el aliento, su corazón latía con fuerza en su pecho.

—Han enviado algo, pero no es bueno para ti—continuó Bepo, tratando de medir sus palabras.

—¡Dámelo!—exclamó Law, alzando la voz, su desesperación evidente—. ¡Quiero ver eso!

Bepo negó con la cabeza, pero Law se levantó de un salto y forcejeó con él, logrando arrebatarle una bolsa que Bepo había escondido detrás de su capa. Con manos temblorosas, abrió la bolsa y lo que encontró en su interior le quitó el aliento. Su cuerpo entero tembló al ver un dedo ensangrentado con un anillo que conocía muy bien. Era el anillo de Luffy.

Con los ojos cristalinos, leyó la nota que acompañaba el macabro paquete.

-Espero te haya gustado el regalo. A partir de este momento, tendrás un nuevo rey consorte. 

EK

El mundo de Law se derrumbó en ese instante. Sintió como si el aire se hubiera vuelto demasiado denso para respirar, como si todo el dolor y la desesperación del universo se hubieran concentrado en su pecho. Se dejó caer en la cama sosteniendo el dedo de Luffy con una mezcla de náuseas y dolor indescriptible. Los guardias a su alrededor bajaron la cabeza, incapaces de contener su propia tristeza y preocupación por él.

La lluvia seguía cayendo sin cesar, como si el cielo mismo llorara junto a él.

—¡Es imposible!—gritó, levantándose de un salto. Se abrió paso con desesperación, mientras Bepo lo seguía a pasos veloces.

—Law...

—¡Iré a buscarlo yo mismo!—. Declaró, pero su beta lo tomó del hombro obligándolo a detenerse.

—Necesito que por ahora esperes—dijo Bepo con voz firme, pero llena de preocupación—. Sé que es difícil para ti, pero no puedes salir así. Piensa en ellos, en tu estado es peligroso.—Bepo lo abrazó, tratando de transmitirle calma—. Luffy es fuerte, debe ser una trampa de ese idiota

Se recargó en su hombro y rompió a llorar. Quería controlarse, no alterarse por el bien de sus cachorros. Bepo acarició su cabello y palmeó su espalda. Cuando Law levantó el rostro, su fragilidad y las lágrimas que bañaban su rostro revelaban una faceta rara vez vista por los demás.

—¿Qué tal si está herido? O si de verdad m...urió—su voz era apenas un susurro—. ¡Me prometió estar con ellos en su nacimiento! Ellos no pueden perder a su padre. No lo resistiría—sollozó con desesperación.

—Te aseguro que está bien y que lo encontraremos—Bepo acarició su cabello—. No olvides que es un hombre de palabra. Debemos estar preparados para todo. Regresaremos a tu habitación y llamaré a Chopper, ¿Sí?—Tocó suavemente el vientre de Law y lo acarició.

EL ESPOSO DEL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora