EXTRA 𝟏.𝟓

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El alfa silbó al ver a Law vistiéndose; la bata de seda yacía en el suelo, y él apenas se había puesto la ropa interior. Sentía la mirada de Luffy atravesando cada centímetro de su piel desnuda. Buscó entre los enormes cajones del armario el mueble donde se encontraba lo que necesitaba. Aún le parecía exagerado el tamaño de su clóset era una habitación más; tanta ropa que jamás había usado.

Un escalofrío recorrió su espalda cuando sintió los brazos fuertes rodeando su cintura y los labios de Luffy depositando suaves besos en su cuello. Los brazos del alfa habían crecido, al igual que todo su cuerpo; sin darse cuenta, Luffy se había vuelto más alto, más ancho, más...

—Torao, podrías ponerte el traje de mucama otra vez—su aliento cálido acariciando la curvatura de su cuello. Sus dedos jugaban con el borde de la ropa interior de Law mientras su boca viajaba de su nuca a su clavícula—. Por favor...

Law cerró los ojos un momento, disfrutando del contacto, el calor que se extendía por su cuerpo y el familiar cosquilleo que comenzaba a crecer en su vientre. Se obligó a responder antes de sucumbir ante el hombre.

—Ya me viste—acaricio con una mano la mejilla de Luffy, sintiendo la humedad de su cabello.

Sonrió contra su piel, una sonrisa traviesa que Law podía sentir más que ver.

—Solo una vez más...—rogó. Sus manos exploraban el cuerpo de Law, con una familiaridad que le enviaba escalofríos de anticipación. Una mano acariciaba lentamente el hueso de su cadera, mientras la otra bajaba con una lentitud tortuosa entre sus muslos, apretandolo.

—No hemos podido hacerlo como se debe—su mano subió, acariciando sus testículos con delicadeza antes de presionar suavemente la entrada de Law, arrancándole un jadeo involuntario—.¿Quieres? Hoy estabas increíblemente sexy. Y un pequeño pajarito me dijo que tienes otro traje...—Luffy apretó las nalgas de Law con las manos, moviendo la tela para verlas mejor, palmeándolas con suavidad antes de besar su espalda desnuda.

Law los observó a ambos a través del espejo en la puerta del armario. Su reflejo era una imagen de deseo puro; su rostro estaba ruborizado, sus mejillas rojas y calientes, y su respiración era superficial y errática. Los ojos ardientes de su marido, llenos de un hambre insaciable, casi le hicieron gemir en voz alta. Sus pezones se habían endurecido. Suspiró profundamente, luchando contra el deseo que quemaba en su interior. No es que no quisiera; lo deseaba intensamente, pero por alguna razón, la vergüenza le nublaba los sentidos.

—Bien, lo haré—cedió finalmente—, pero no prometo que no te pongas celoso... Espera aquí

Luffy lo soltó con cierta reticencia, arqueando una ceja con una mezcla de expectación y curiosidad. Dio un paso atrás, dándole espacio a Law para buscar al otro lado, sin dejar de seguir cada uno de sus movimientos con la mirada, como un depredador esperando su momento para atacar.

Law se alejó unos pasos, intentando controlar el temblor de sus manos mientras rebuscaba entre la ropa. Sentía la mirada fija de Luffy en él, un ardor intenso. Finalmente, encontró el dichoso traje. Lo sacó del perchero con movimientos deliberadamente lentos, disfrutando del sonido de la tela deslizándose y el suspiro de Luffy detrás de él.

—¿Esto es lo que quieres, alteza?—se giro para enfrentar a su marido. Llevaba el vestido y los accesorios en las manos, su mirada desafiante. Luffy asintió, sus ojos recorriendo cada centímetro de su cuerpo

—Sí... Eso es lo que quiero.—Su voz era un ronroneo bajo.

Law se acercó lentamente, disfrutando del momento, de la forma en que los ojos de Luffy se oscurecían con cada paso. Sabía lo que hacía, sabía cómo provocarlo, cómo mantenerlo al borde de la anticipación sin darle lo que quería de inmediato.

EL ESPOSO DEL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora