Emma Bennett
Camino por el pasillo principal del instituto sintiendo las miradas de desagrado de todos sobre mi como si me tratase de un espectáculo ambulante.
O un animal exotico encerrado en una jaula.
Cada paso que doy resuena en el silencio del pasillo aumentando mi ansiedad a niveles estratisfericos.
Agachó la cabeza mirando en dirección al suelo mientras camino hacia mi última clase del día.
Por favor que nadie se me acerque.
Al menos hasta que llegue.
Algunos murmullos que no logro entender suenan cuando paso al lado de un grupo de chicas, que de seguro ya saben lo que me espera y están deseando que entre en mi clase para ver el show.
Después de varios metros más veo la puerta de mi clase y entro soltando un leve suspiro.
Al menos he podido llegar sin que nada me pase.
Por lo menos aquí estoy más escondida del resto de personas.
Me deslizó sobre mi asiento sintiendo como mis músculos se tensan del nerviosismo al no saber que es lo que me espera dentro de varios minutos.
Justo cuando creo que hoy será mi día de suerte me doy cuenta de que estoy equivocada.
Varias sombras aparecen por mi lado ocultando los rayos de sol que daban en mi mesa.
Al levantar la cabeza veo las figuras de Emily, Sarah, Jessica, Megan, Tom y Mike mirándome fijamente.
---¿Lo has traído?--- pregunta Jessica mirándome malamente al igual que sus secuaces.
Asiento débilmente sin atreverme a mirarla a los ojos sintiendo como mi pulso se acelera a cada segundo que pasa.
Jessica sonríe de forma fría mirándome con maldad.
---¿Entonces a que demonios esperas para dármelo? ---exclama.
Doy un salto en mi sitio temblando cuando su mano impacta en la mesa delante de mi cara con fuerza.
Con las manos temblorosas agarro mi mochila abriendo la cremallera sacando lo que me pide.
Le tiendo de forma temerosa la bolsa llena de billetes mientras ella la agarra sonriendo ampliamente.
Mientras Jessica habrá la dichosa bolsa Sarah, Megan, Emily, Tom y Mike me miran con desagrado en silencio.
Jessica revisa que este todo mientras asiente sonriendo de tal forma que hace que se me erice la piel.
---No está nada mal--- dice mirándome como si me tratara de un trozo de basura en el suelo.
Justo en ese momento los pasos del señor Smith resuenan en la clase llamando la atención de todos.
Jessica y sus secuaces se marchan a sus asientos en silencio de forma rápida, no sin antes darme una mirada de advertencia.
Me quedo con la vista clavada en el pizarrón un momento intentando calmar mi pulso el cual está descontrolado.
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Reina del caos
RomanceAidén nunca fue un héroe. Su mundo, rodeado de muerte, no daba espacio para actos de bondad ni para sentimientos de ternura. Él vivía en las sombras, liderando con puño de hierro un imperio que muchos temían y pocos comprendían. Y él estaba en pa...