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Emma Bennett


---¿A dónde crees que vas?--- resuena una voz detrás de mi.

Doy un salto asustada girándome rápidamente para ver a Aiden mirándome con los brazos cruzados y una ceja levantada.

Cualquier día me sacará el corazón por la boca de tantos sustos.

---¿A dónde demonios crees que vas?--- vuelve a preguntar está vez más autoritario.

---Necesito ir a tomar el aire --- simplificó.

Su expresión se vuelve más seria mientras que no aparta su mirada de mi.

---Deberias de estar en tu habitación descansando.

Lo miro con fastidio poniendo los ojos en blanco.

---Estoy cansada de estar en la cama. Además de que ya estoy perfectamente.

Llevo una semana encerrada en mi cuarto sin moverme de la cama.

Lucas y Aidenno estaban convencidos de que me quedara sola en la casa y yo no consentí mudarme a la mansión.

Con tener a Reggie respirándome en la nuca las veinticuatro horas del día me sobra.

Así que los dos se auto invitaron a mi casa por tiempo indefinido.

Es increíble la forma en la que he sido invadida por ellos dos en cuestión de horas.

Aiden asiente lentamente.

Por la forma en la que me analiza con la mirada se que está tramando un plan en su mente retorcida.

---Entonces te acompañaré a dónde sea que tengas que ir--- suelta con tranquilidad.

Ni en broma.

Ni loca lo llevo conmigo al cementerio.

Necesito ir ya que entre el tiempo hospitalizada y el que llevo en casa no he podido ir ni una sola vez.

---No puedes venir.

Aiden sonríe de medio lado de tal forma que hace que mi corazón se desboque en mi pecho.

Daun paso en mi dirección tentandome y no aparto la mirada de el mientras me quedo en mi sitio.

Si piensa que voy a retroceder se va a llevar una sorpresa.

---Puedo ir a dónde sea que quiera. Y nadie va a negarmelo, ni tan siquiera tu pequeña.

¿Cómo puede ser tan guapo y tan deseable de golpear a la vez?

Sabiendo lo cabezota que es ni aunque lo encadene a los barrotes de las escaleras se quedara aquí.

Así que me limito a mirarlo malamente dándome media vuelta ignorandolo por completo.

Si quiere venir que venga, pero que no se crea que voy a prestarle atención.

Salgo de la casa y me encuentro con Reggie.

El hombre parece estar día y noche como póster de luz en la puerta de la casa, vigilando.

Le doy una media sonrisa que me devuelve encantado pero al ver la figura de Aiden salir de la casa su sonrisa desaparece.

Continuo andando alejándome.

---Deberias mantener tus confianzas a raya si quieres mantener tu trabajo--- le dice Aiden en un intento de susurro.

Resoplo con fastidio dejando en claro que lo he escuchado y rápidamente vuelvo a escuchar sus pasos detrás de mi.

Camino por las calles del pueblo en un recorrido que he hecho tantas veces que lo puedo hacer incluso con los ojos cerrados.

Reina del caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora