21

6 2 0
                                    

Emma Bennett


Me miro en el espejo, ajustando el tirante de mi vestido con dedos nerviosos.

El vestido es de un tono azul profundo, casi como el mar al anochecer, con un escote en forma de corazón que deja los hombros al descubierto y se ajusta a la cintura antes de caer en una elegante falda hasta el suelo.

Los detalles de encaje en la parte superior le dan un toque delicado, casi etéreo, y me sorprendo al notar lo bien que me queda.

Los tacones, aunque incómodos, alargan mis piernas y me obligan a mantener una postura recta y elegante.

Sigo sin estar segura de todo esto, pero admito que, al menos, el conjunto es precioso.

Estaba terminando de girar frente al espejo, asegurándome de que todo estuviera en su lugar, cuando escucho unos golpes en la puerta.

Me giro con algo de dificultad, desequilibrada por los tacones, y me encuentro con Lucas, vestido en un traje de chaqueta azul marino que parece hecho a medida.

No puedo evitar mirarlo con una mezcla de duda y expectativa.

Lucas levanta las cejas, claramente sorprendido, antes de esbozar una sonrisa que me hace sentirme un poco menos ridícula.

—Al parecer, sí tenías motivos para esconder cuál había sido el vestido que elegiste —dice, con una mezcla de aprobación y diversión en su voz.

—¿No te parece demasiado para la graduación? —le pregunto, mordiendo ligeramente mi labio inferior, esperando que no me diga que parezco una muñeca de escaparate.

Lucas niega con la cabeza, aún sonriendo.

—Es perfecto —asegura, acercándose un paso más para ajustar un mechón de mi pelo—. No podrías haber escogido mejor.

Asiento, algo más tranquila.

Lucas me señala la puerta con la cabeza, indicando que es hora de marcharnos.

—Vamos, ya es hora —dice con un tono de urgencia suave.

Lo sigo hasta el salón, tratando de no tropezar con los tacones, lo que parece una misión imposible.

Apenas pongo un pie en el salón, siento una mirada fija recorriéndome de pies a cabeza, y no necesito girarme para saber que es Aiden.

Puedo casi sentir el calor de su mirada atravesándome, y algo dentro de mí se revuelve incómodo.

Las últimas semanas han sido extrañas entre Aiden y yo.

Todo parece estar tenso, sin razón aparente, como si estuviéramos al borde de una discusión que ninguno quiere empezar.

Sé que no le agrada demasiado la idea de que vaya con Jason al baile, pero no podía rechazar la invitación, especialmente con Lucas presionándome para aceptar.

Además, ¿qué importancia tiene lo que Aiden piense? No debería tener ninguna, pero...

Sacudo esos pensamientos de mi mente y sigo a Lucas hasta el coche.

Reina del caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora