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Emma Bennett


Estoy en una de las cafeterías del centro de Chicago, admirando la vitrina llena de dulces.

Hay una selección impresionante, y el aspecto es tan bueno que me cuesta decidirme.

Finalmente, escojo un par de pastelillos que parecen estar rellenos de algo delicioso y, con la bolsa en la mano, me dirijo hacia la puerta.

Lucas y Aiden están fuera, hablando en voz baja, discutiendo algo que no alcanzo a escuchar ni entender.

Cuando salgo de la cafetería, estoy a solo un par de pasos de ellos cuando escucho que alguien dice mi nombre.

—¡Emma! —dice una voz, llena de sorpresa y alegría—. ¡No puedo creer que seas tu!

Me detengo en seco y noto cómo Aiden y Lucas se giran al instante, ambos mirando en la dirección de la voz.

Lucas se tensa, y su expresión se oscurece con confusión.

Me doy la vuelta y, para mi sorpresa, veo a tres personas que nunca esperé encontrar aquí.

—¿Blake? ¿Jake? ¿Lily? —digo, sin creerme a quienes veo.

Sin pensarlo dos veces, dejo la bolsa de los dulces sobre una de las mesas cercanas y corro hacia Lily, que se ríe mientras me envuelve en un abrazo cálido.

De inmediato, siento dos pares de brazos más rodeándome.

Cuando nos separamos, no puedo evitar saltar sobre Blake, que me levanta del suelo con una carcajada.

—¡Todavía no puedo creerlo! —exclamo cuando me baja al suelo.

Jake, siempre el más bromista, pasa su brazo por mis hombros y me revuelve el pelo con una sonrisa burlona.

—Y nosotros que pensábamos que nos habíamos librado de ti —dice, divertido.

—¿Qué están haciendo aquí? —les pregunto, todavía confundida por la coincidencia.

—Trabajo —responde Lily, poniendo los ojos en blanco como si la palabra misma la aburriera.

—¡Ja! —me río, observando la cara de fastidio de Lily antes de girarme hacia Lucas y Aiden.

Ambos los miran con una desconfianza palpable, como si estos tres fueran una amenaza más.

Miro a Lucas con un gesto de regaño, pero él solo levanta una ceja, ofendido, como si la idea de que confíe en alguien más lo perturbara.

—Chicos, estos son tres de mis antiguos amigos del barrio. Hemos sido vecinos durante más de diez años —les explico a Lucas y Aiden, esperando que se relajen un poco.

—Vecina y también intrusa en nuestras casas, ¿verdad, Em? —añade Blake con una sonrisa traviesa.

Le doy un manotazo en el hombro, y él levanta las manos en son de paz, fingiendo dolor.

—¡Qué exagerado eres! —le replico, riendo.

Justo en ese momento, el teléfono de Jake comienza a sonar.

Mira la pantalla y luego a nosotros con una mueca de resignación.

—Tenemos que irnos ya.

Lily me mira con pena, sus ojos reflejan un sentimiento genuino.

—Quería hablar más contigo, Em...

Le sonrío con comprensión y le pongo una mano en el brazo.

—Pueden pasar por mi casa cuando quieran.

Reina del caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora