Los sabores del amor

11 Están anotadas

Persi ve en redes que la ciudad está organizando un torneo de Cupcakes, y el solo hecho de participar podría poner a la panadería en el mapa, y hacerla crecer, sin que su hermana sepa las anota. Hacen falta dos cocineros por equipo y como es en las vacaciones de la universidad, puede quedarse ella y Lou a atender ¿Qué tan difícil es hacer lo que su hermana hace a diario?

—¡Hola hermanita! —se acerca y la abraza fuerte— te tengo una muy buena noticia.

Artemisa despega los ojos de la masa y la mira un momento, cada vez que su hermana empieza con "te tengo una buena noticia", para ella es de todo, menos una buena noticia.

—Resulta que la ciudad está organizando un torneo de pastelería —Artemisa para de amasar y se lava las manos, si va a cometer fratercido prefiero tener las manos sin masa, y Persi rodea la mesa de trabajo lo más lejos posible de ella—, entonces vi que es una buena oportunidad para hacer aparecer la panadería en el mapa y que la gente la note.

—¿Qué hiciste? —el tono serio llama la atención de Olivia y mira a las hermanas.

—Bueno, nos anoté —dice con una gran sonrisa. Su hermana mayor toma el frasco de pastillas para el dolor de cabeza que ya lo siente palpitar—. Arte es solo una competencia y es por cinco días —su hermana niega—, escucha yo tengo las vacaciones de verano de la universidad, podemos congelar mercadería, o me dan las recetas, y hablé con Ambrose él puede venir y quedarse con Lou a atender ¿No puede ser tan difícil o si? —la castaña mayor dibuja una sonrisa siniestra.

—No, no me iré por cinco días y dejar la panadería, aparte ¿Por qué molestas a Ambrose? Él tiene su familia, su trabajo y no, definitivamente no. Ve tú con Olivia al concurso y yo me quedo.

—Arte...

—Dije que no y es mi última palabra.

Vuelve a amasar y las amigas se miran, Persi vencida se va de vuelta a casa, Olivia no quiere tocar el tema, así que opta por seguir preparando las mezclas y hornear callada.

—¿Crees qué fui dura? —le pregunta la castaña dándole la espalda.

—Solo quiere ayudar, yo en su lugar quizás haría lo mismo. Parece que ya tiene todo organizado, no es una niña, podrías confiar más en ella.

—¿Crees que es una buena idea?

—Sí, lo creo.

—Lo pensaré.

Ella se va y deja sola a Olivia terminando de sacar la última tanda de cupcakes del horno.

Han pasado 17 días desde que Olivia viene. La panadería ha aumentado sus ventas, lo que le dio un respiro a Artemisa y por primera vez en años, ha podido pagar las cuentas a tiempo y sin recargo por atrasarse, está viendo la posibilidad de subirle el sueldo a Lou, y hasta ha pensado que si las cosas siguen así de bien podría pagar a un ayudante y descansar por lo menos en la tarde de tener que amasar o venir tantas horas, pasa más tiempo aquí que en el departamento.

Artemisa luego de años ha logrado últimamente estar menos estresada por el dinero y eso es un gran logro, menos estrés es un poco menos de ruido en su cabeza y menos ruido es un respiro hasta para poder sonreír. Lo que aún sigue sin salirle es la mezcla tan rica como la hace Olivia.

—Aún no entiendo porqué no me sale tan rica como a ti —le dice frustrada, luego de probar su tanda de galletas—, me he puesto a tu lado y he copiado cada movimiento que haces, cada porción, cada cucharada, todo y sigue habiendo diferencia entre ambas mezclas, no saben igual.

—Bueno las cosas que se hacen con amor —le dice Olivia— saben mejor, es lo que mamá dice y tiene razón, si probaras lo que cocina cuándo está enojada con mami, simplemente sale horrible.