Los sabores del amor

16 Quizás se acabó

—No puedo hacerlo, no puedo ¿Por qué vino? —Arte quiere llorar.

Productores se acercan a ayudarla incluso algunos compañeros, pero Olivia les pide un momento, mientras ve correr el reloj.

—Escúchame, Artemisa Valentia ha sacado un negocio adelante con 17 años, crío a su hermana -miran ambas a la tribuna sus seres queridos que las miran preocupadas-, y se ha levantado siempre, esta vez no es la excepción, Arte. Tal vez no lleguemos a la final, pero lo vamos a dar todo, si él está aquí, también podemos invocar el recuerdo de tu madre y motivarnos para ganar.

Olivia se levanta, conecta un parlante que trajo al Bluetooth de su teléfono y pone una lista de canciones que le recuerdan a la madre de Arte, son las mismas canciones que escuchaba cuándo iba a su casa, o en la panadería, las mismas canciones que bailaba con sus hijas y hasta la sumaban a ella misma si estaba presente.

Le extiende la mano con amor.

—Levántate, mi amor, has que tu madre se sienta orgullosa.

Con una sonrisa, Arte, la toma incorporándose, la besa y vuelve a hacer la mezcla. La tribuna estalla en vitoreos a la pareja, sobre todo su familia, se ponen a bailar como de sus compañeros. Claro que Juliana la mira entrecerrando los ojos, Olivia sigue siendo su bebé.

—Deja de ser una madre sobreprotectora—le susurra Pauline.

—Seguirá siendo mi bebé complotadora que nos unió, toda la vida.

—Ya nos había dicho que está saliendo con ella, y no va a ser la última vez que se besen delante nuestro —la besa—, cambia esa cara y acostúmbrate, nuestra hija ya creció. No es lo único que van a hacer entre ellas -le levanta una ceja.

—Ay Pauline, por favor. No necesito pensar en nuestra hija y Artemisa de otra manera.

Un teléfono suena con el nombre de "Tía Julia" en la pantalla.

—Mamá, es tu amiga —le dice Juliana a Tricia intentando pasarle el teléfono.

—Es tu tía y madrina —ella no quiere tocarlo.

—Pero es tu...

—Gallinas las dos.

Pauline toma la llamada y sale, digamos que Julia vio como su sobrina favorita era besada en vivo y en directo, algo que no le hizo mucha gracia, aunque conoce a las Valentia desde que eran pequeñas.

—Dice que viene en camino y Victoria les manda saludos.

La competencia es reñida y llegan con lo justo a hacer la presentación en el plato, los pasteleros los prueban y anotan sus observaciones, como hacen con cada plato en una libreta personal. Luego de la degustación les dan tiempo de dejar su estación de trabajo en orden y para que se tomen 20 min de descanso hasta el veredicto.

Las chicas se acercan a su familia, Arte ni siquiera registra a su padre y la situación es algo incómoda. En ese momento entra Julia, acompañada de su esposa.

—Hola.

—Tías, hola.

—Necesito hablar contigo unas cositas —señala a Artemisa, que la ve con algo de pánico y Victoria a su lado le aprieta el brazo y le susurra algo al oído—. Solo será hablar, lo prometo, es solo hablar. Aparte los dioses olímpicos no son fáciles de matar, sino en la universidad Atenea hubiera muerto en cuánto clavó su mirada en Tricia.

—¿La amiga de ustedes, tuvo un crush contigo en la universidad? —su abuela asiente— ¿Y te la perdiste por el abuelo? —su madre Juliana la mira— Ay por favor mamá, ni al caso ¿Has visto lo que es Atenea? De más joven tiene que haber estado... —Arte se aclara la garganta y su tía Julia la mira mal—. Bueno creo que mejor callo.