Se meten ambas al baño, Artemisa ingresa primero a la ducha probando el agua, mantiene la mirada fija en los ojos verdes, no quiere incomodarla, le extiende la mano una vez que comprobó bien la temperatura del agua.
—¿Quieres que te lave la cabeza? —le pregunta la castaña a lo que la otra asiente dándole la espalda
Aprovecha para admirar cada retazo de su piel bajo sus manos, dibuja la curvas en su mente. Masajea con delicadeza su cuero cabelludo, y bajo el chorro de agua enjuaga su cabeza, sacando primero el shampoo y luego al acondicionador, como ambas miden casi lo mismo con una diferencia muy mínima pueden mirarse prácticamente a los ojos cuando Olivia los abre, ella se acerca regalándole un beso y hace lo mismo con Artemisa, solo se atreve a admirar mejor su desnudez cuándo la otra no puede verla ruborizarse por eso.
—No creo estar lista para perdonar a mi padre y hacer como si nada hubiera pasado, como si sus acciones no nos hubieran lastimado, todo porque él ha cambiado.
Olivia la voltea para que quede frente a ella y llevando una mano a su rostro la acaricia, la castaña cierra los ojos ante la muestra de afecto y le besa la palma de la mano.
—No tienes que darle el perdón y olvidar lo que hizo, tal vez cambió y tal vez está mejor, pero si no quieres mantener una relación con él, está bien. Solo tú sabes cuánto y todo lo que te costó, salir adelante y sacar a Persi adelante todo estos años. El perdón en realidad es para tu tranquilidad, no para liberarlo a él de culpas. La decisión que tomes te apoyaré y hablaré con Persi, sé que puede ser algo insistente a veces —Arte sonríe, ella también lo sabe—. Has lo que te haga bien a ti, piensa en ti y en lo que tú quieres o te hace bien, ponte a ti primero —la besa—, por una vez y yo voy a apoyarte, siempre.
Ante la ternura de las palabras de Olivia, Artemisa la trae hacia ella para abrazarla por la cintura y besarla, pero para antes de que las cosas que ya están encaminadas pasen, en otro momento tendrán estos arranques en la ducha, pero hoy no, hoy quiere darle amor y ternura, cuidado y cariño.
—¿Nos quedamos un rato más bajo el agua? —Olivia la abraza logrando que suspire.
—Amor, ya tenemos los dedos arrugados, creo que mejor salimos.
Sienten la puerta de entrada cerrarse fuerte y saben que es Persi.
—Hermana ya que se fue Oli, dime al fin me practicaron para hacerme tía. No me hago más joven —se la escucha masticar algo y el ruido de una bolsa se papas.
—Persephone cierra el pico.
—¿Por qué? Acaso te da vergüenza que tu hermanita sepa de tu vida sexual. Te he visto salir con cada idiota incogible, créeme tú ya no tienes vergüenza, pero al parecer recuperaste el gusto, porque mi amiga está 10 de 10.
—Hola Persi —dice Olivia desde adentro—, ya salimos y te recomiendo que por tu bien no estés para que te agarre tu hermana.
Persephone se da una face palm, Artemisa va a matarla cuándo se queden a solas, y como miedo al éxito ella no tiene y nació sin el dispositivo del sentido de la supervivencia, tira el último comentario.
—¿Comes acá, hermanita, o irás a lo de tus suegras a seguir comiendo lo que preparen ellas? Digo ya que te comiste a su hija anoche.
—¡Persi! —gritan las dos.
Olivia tiene la cara roja, Artemisa también pero del coraje contra su hermana, intenta salir rápido y cuándo abre la puerta y va hacia la cocina no hay nadie, la cobarde debe estar camino a México, o a punto de abordar un avión en Canadá, llegar a trabajar, conocer a alguien, enamorarse, hacer una vida, tener hijos y quizás ahí regresar para corroborar que a su hermana se le pasó el enojo.
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Los sabores del amor
عاطفيةArtemisa tiene una panadería prácticamente en banca rota, Olivia, la mejor amiga de su hermana y quién tiene un crush con ella desde la primera vez que la vió, va a intentar ayudarle a salvar el negocio que le dejó su madre, y quizás con suerte hace...