Sus madres toman muy bien la noticia, mejor que ella, ahora toca decirles la parte dónde rechazará la oferta y solo se irá por un año como en el plan inicial.
—Wow dos años, igual el tiempo se pasa volando —dice Juliana con felicidad y algo de tristeza. Su hija más grande se irá por dos años.
—¿Ósea que tendremos una habitación más para nosotros? —dice su hermano.
—¿Eres idiota? No la veremos por dos años, niño tonto —lo reta su melliza—. Te felicito, hermana.
—Solo será un año —ellas la miran serias y los mellizos se levantan, esto seguro será para pelea—. No voy a quedarme dos años en Francia.
—Pero la beca es completa, y son los dos años que dura la carrera, puedes tener un título en alta pastelería —le dice algo exaltada Juliana—. Artemisa es lo mejor para ella ¿Lo sabes verdad?
Juliana la mira pensando que es ella quién no quiere que se vaya, aunque en realidad es todo lo contrario, pero el solo hecho de que siquiera se atreva a mencionarlo o pensarlo, la irrita.
—Mamá no insinúes que ella me frena, yo soy quién no quiere. Ella me ha estado insistiendo —ambas la miran—. Dos años es demasiado tiempo lejos de casa, de mis amigos, mi hogar y sí, de Artemisa.
—¿Olivia cómo puedes dejar pasar una oportunidad así? No, definitivamente no la dejarás pasar, lo lamento, pero no te dejaremos hacer eso.
—Más lamento yo que no entiendan, no tengo doce años, no necesito su permiso, no se lo estoy consultando, esto es un comunicado, no tengo porqué someterlo a votación, yo ya tomé una decisión.
—¡Olivia!
Olivia se levanta furiosa y se dirige a su habitación, Juliana la sigue detrás, y Pauline se levanta para ir detrás de ellas, Artemisa no sabe que hacer, esta es una discusión familiar, espera un momento y ve como Olivia se dirige a la puerta con un bolso, la mira, la toma de la mano y salen.
—Vamos.
—Amor —Artemisa le abre la puerta de la camioneta pero no se sube, se queda a su lado—, no es la forma de irte de tu casa —Olivia suspira y mira al suelo—, tienes que hablar con ellas y solucionar las cosas, no te vayas estando peleada con ellas. Si quieres venir conmigo, ven, pero no te vayas ahora así.
La de ojos verdes la mira con lágrimas en los ojos y ve sobre su hombro a su mamá, Pauline, en la entrada de su casa, Arte le seca las lágrimas y la abraza.
—¿Siempre tienes que tener razón y ser comprensiva?
—Ya sabemos quién tendrá la razón en esta relación.
—Boba —se ríe y se separa de ella—, mi mamá está esperando a ver que hago —la castaña la besa en la frente y la toma de la mano.
—Habla con ellas tranquila, vamos.
La toma de la mano, toma su bolso y caminan ambas hasta la puerta de la casa, la besa, saluda a su suegra y se marcha, pero ella la alcanza llegando a la camioneta.
—Gracias Artemis —le dice tomando su brazo—, por apoyarla, por no alejarla de nosotras y por alentarla a seguir.
Artemisa voltea a verla, puede ver y recordar a su mamá en Pauline, ellas eran cercanas y si alguna vez hubiera discutido con su madre quisiera que alguien le dijera que estaría siendo una tonta por hacerlo, que no la tendría mucho tiempo y que debería apreciar cada minuto con ella, claro que Pauline no es su madre, ni tiene su diagnóstico, pero la quiere y aprecia como tal.
—La amo, Pauline, solo quiero lo mejor para ella. Ya le dije que aceptara la beca, que es su sueño, pero ella es una adulta y lo que ella decida lo tendremos que aceptar y no presionarla, aunque ya le dije que perder esa beca y quedarse no es una opción, se irá al menos por un año como su plan inicial.
—Gracias, Artemisa.
—Dime, Arte, después de todo serás mi suegra. En realidad hace tiempo que son como mi familia, es solo que... me cuesta todo esto de los sentimientos, pero quería agradecerte, por todo lo que han hecho siempre por mí y por Persi —Pauline tiene los ojos llenos de lágrimas—. No llores —la abraza y Pauline llora—, ay ahora lloras más fuerte.
—Es que —no puede hablar—, es que... Arte te conocemos hace años y... me alegra mucho que Olivia esté contigo. Sé que vas a cuidar a mi hija.
—¿Todo bien? —pregunta Juliana, que mide casi lo mismo que Artemisa.
—Sí —su esposa la ve y toma su mano—, volvamos a casa y te cuento ¿No quieres quedarte a comer?
—No sé si es un buen momento para quedarme, prefiero darles privacidad.
Las saluda y sigue camino a la camioneta, hasta que siente un abrazo a su espalda y es Olivia que la toma fuerte, y luego con dificultad ella voltea para tenerla frente a frente.
—Casi te vas sin despedirte ¿No quieres quedarte a comer?
—Necesitan algo de privacidad y hablar bien las cosas —besa su frente—, te veo mañana —la abraza fuerte—, te amo.
—Te amo.
Al llegar a su departamento recibe un mensaje de su novia que la hacer reír.
—Hablé más tranquila con ellas en el almuerzo, y después de reflexionar que sería peor si me obligan a hacer algo, decidieron que aceptaran lo que decida. Por cierto dice, mami Juliana, que le debes su abrazo y también te dirá, Arte y que te invita esta noche a cenar para saldar la deuda.
Artemisa cae con Persi a la cena, en cuánto cruza la puerta y Juliana la ve se acerca rápidamente con los brazos extendidos, su nuera se ríe recibiendo un empujoncito de su hermana por atrás.
—Ahora cumplí con todos los pendientes en mi vida, bueno los viejos, con ustedes dos juntas ya tengo nuevas cosas en la lista...
—Mami no lo digas —dice Olivia.
—¡Nietos!
—¡Sobrinos! —dicen Persi y los mellizos.
—Dios —Olivia se da una face palm—, si no te has ido con Julia, y ahora con ellos, por favor espérame un año y no te vayas —Arte la trae hacia ella, sonriendo y la besa.
—No me iré a ningún lado.
—Ay son tan tiernas —dicen Mateo y Persi mirándolas—. Nos darán sobrinos súper lindos.
—Bueno a comer, demasiados besuqueos por hoy —dice Juliana.
—Mamá hacemos algo más que esto.
—¡Olivia! —dicen Juliana y Artemisa, rojas, ella se ríe con Persi y chocan los cinco.
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Los sabores del amor
RomanceArtemisa tiene una panadería prácticamente en banca rota, Olivia, la mejor amiga de su hermana y quién tiene un crush con ella desde la primera vez que la vió, va a intentar ayudarle a salvar el negocio que le dejó su madre, y quizás con suerte hace...