Los sabores del amor

33 Pensando en el futuro

Ya es viernes y finalmente Olivia cae en casa golpeando la puerta con Artemisa a su lado, Pauline abre y ve a Olivia y su nuera paradas frente a ella, Persi grita desde atrás ¡Sorpresa!

—Ay mi bebé —la abraza fuerte su madre.

—¿Oliv? —se acerca Juliana rápidamente para saludar a su hija—. Hija te extrañamos tanto —le dice cuándo es su turno de tenerla entre sus brazos—. Y tú —se dirige a su nuera— ¿Piensas que porque Olivia no esté ya no nos vas a ver más? —suelta a la joven y abraza a Artemisa que se deja abrazar— Entren.

La pareja saluda a Persi y a Zayan, que cocinan junto a Pauline llenando las tartas con los rellenos para cenar. Los mellizos abrazan a su hermana mayor y Matt se sube a la espalda de Persi para jugar a las carreras por la casa. Olivia observa a su familia, luego la mirada de su novia le da la bienvenida esperando el contacto con sus ojos y acerca a ella con pasos firmes.

—¿Estás sola? —le pregunta de manera seductora la castaña.

—No, tengo a la novia más sexy, así que aléjate, gata rompe hogares —Artemisa ríe y la besa, para luego abrazarla—. Si vas a caer así de sorpresa cada vez que discutamos, creo que vamos a pelear una vez al mes —Olivia ríe y le da un golpe suave en el estómago.

—Ni se te ocurra, porque eso me genera demasiada ansiedad —coloca ambos brazos alrededor de su cuello—. Bueno ahora que Pía se vaya podemos volver a nuestras rutinas —le guiña un ojo y Artemisa asiente mordiendo su labio inferior, Juliana pasa levantando los brazos de su hija—. ¿Si sabes que hacemos mucho más que abrazarnos y besarnos?

—¡OLIVIA! —gritan sus madres, Artemisa y su hermana.

Ella levanta las manos y se aparta de su novia luego de darle un casto beso para ir a poner la mesa sonriendo con picardía, Artemisa se tapa el rostro rojo y Juliana la mira entrecerrando los ojos, su esposa se acerca a su lado.

—Deja de mirar a nuestra nuera así ¿O tengo que recordarte que tú eres peor?

—Pero yo soy yo...

—Una mujer que dormirá en el sillón si me sigue contestando como lo estás haciendo —se toca su alianza y Juliana sonríe, regalándole un beso. Olivia le saca la lengua detrás de su madre y Artemisa la nalguea, entonces Juliana le saca la lengua.

—Basta las dos —dicen Pauline y Artemisa al mismo tiempo.

—Eso me dio escalofríos —dice madre e hija al mismo tiempo.

Persi se ríe viendo la función en vivo y en directo, su novio la abraza por la espalda y le da palomitas en la boca, luego hacen una carrerita con los mellizos al patio y la cena tranquila termina con Persi en el hospital y una fisura en el peroné. Estuvieron jugando a probar quién saltaba más alto en los columpios, Persi aterrizó mal y se fisuró.

—Te juro Persephone que la próxima te ato a mi lado —le dice su hermana mayor mientras la enyesan—. Tu lacayo va a cuidarte.

—Lo sé, lo sé —se agacha para susurrarle al oído.

—Espero que tengas bien cargados tus air pods —su hermana menor suspira.

La castaña sonríe y besa su frente mientras caminan abrazadas a la salida del hospital con Pauline y Juliana atrás. Las mujeres las miran y Juliana sonríe, su hija está en buenas manos, ella dentro de su protectora forma de ser, sabe que Artemisa va a cuidarla y eso la deja dormir más tranquila en las noches.

—Hacen una linda pareja —le dice Pauline a su esposa tomando su mano.

—Sí, ella la cuida bien y la apoya, definitivamente hizo una buena elección.

Pauline y Juliana sugieren ir terminar de cenar o cenar algo en un McDonald's al menos, ya que la cena se retrasó por el inconveniente la fisura. Todos van al McDonald's, Zayan le pide un plumón a una enfermera y le coloca su nombre en el pie, de la pierna enyesada, corriendo a la salida con su novia en la silla de ruedas.

—Parece que se conocieron en una guardería, y ambos son universitarios.

—Déjalos que se diviertan —le dice Olivia abrazando su brazo.

—Mira a dónde los llevó la diversión —suspira y se lleva dos dedos al entrecejo.

—Extrañaba esto —la castaña la mira levantando una ceja—, no hablo de Persi fisurada —se ríe—, hablo de esto, nuestra familia unida, las risas, las reuniones familiares, a ti y a mí, juntas.

—Yo también, ellos son cálidos, pero tenerte a mi lado es la mejor parte.

Estos días, Artemisa ha tenido tiempo de reflexionar y pensar en la propuesta que le hicieron Julia y Victoria, también en las palabras de su hermana y en lo que ella quiere, ya tomó una decisión, una vez que su novia se vaya irá a hablar con las mujeres.

—¿En qué piensas? —le pregunta Olivia acostándose a su lado en la cama, mañana sale su avión.

—En lo mucho que voy a extrañarte —le dice una media verdad.

—Yo también, pero ahora serán cinco meses en una semana, y serán siete meses para volver a ti, definitivamente y para siempre.

Se despiden de Olivia en el aeropuerto, esta despedida no fue como la primera vez que concurrieron todos de manera masiva para verla partir, pero como la primera vez Artemisa mira por el enorme ventanal su avión despegar hasta que ya no lo ve y se marcha con su hermana de vuelta al hogar de ambas, en la camioneta le comenta la decisión que ha tomado y Persi está de acuerdo.

El domingo llega y ella se presenta en la casa de ambas mujeres, golpea la puerta y Victoria la recibe con una gran sonrisa, la hace pasar y ve que trae el contrato en sus manos, Julia entra cortando una llamada, la saluda con un apretón de mano y la invita a sentarse en uno de los sillones del living, la casa de ambas es majestuosa y sencilla, nada presuntuosa o excesiva e innecesariamente grande.

—¿Y entonces, pensaste en nuestra propuesta?

—Sí.

—¿Vas a vendernos la panadería?

Artemisa las mira a ambas, toma aire cerrando los ojos, su madre cruza por su mente, la primera vez que inauguraron el local con su pequeña familia, el calor de esa cocina, casi puede ver a su madre amasando y horneando mientras ella y su hermana decoraban galletas, su sonrisa, observa el sol caer por el enorme ventanal del patio y ruega a Dios que la decisión que va a tomar sea la acertada. Saca el contrato y se los extiende ellas lo miran y la miran.