35 ¡¿Qué hiciste?!

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¿Quién diría que al fin Artemisa podría descansar? Solo tiene que cumplir horario y despreocuparse del trabajo hasta el otro día que entra de nuevo a trabajar, su puesto como encargada sigue sin tener el peso que tenía con la panadería a cargo de todo y es un gran alivio en esa parte. Pasa y ve casi a diario el lugar dónde están edificando la nueva pastelería, suspira, ya definitivamente no hay marcha atrás, la demolición avanza tirando todo abajo, para edificar lo nuevo.

Persi se puso muy contenta con el departamento que tendrá, y diseñó junto a las arquitectas cada espacio, dos habitaciones, dos baños, cocina comedor, living en el fondo que da a un pequeño patio interno con una piscina y tiene una azotea. Cada habitación de su departamento y del hogar que será de su hermana queda muy alejada la una de la otra, para no tener que escuchar nunca más nada. El hogar que será de Olivia y Artemisa contará con tres habitaciones, cocina comedor, un living que puede abrirse para unirse al comedor por paneles móviles, y tres baños, también tendrá un patio interno más amplio pero sin piscina.

—Ya viene Zayan así te llevamos al aeropuerto.

—Okay —dice Artemisa cerrando la maleta.

—Solo quedan dos meses para que ella vuelva, el tiempo ha pasado volando.

—Lo sé, estoy tan ansiosa y feliz esperando ese momento. Juliana cree que en un mes más todo estaría listo, podríamos dejar de alquilar y mudarnos. Solo queda colocar el piso y pintar, es increíble lo rápido que han construido todo.

—Tendré mi propio departamento —festeja dando saltitos Persi.

—¿Ella no sospecha nada? Prácticamente no la hemos dejado venir en meses, hasta viajamos para las fiestas y su cumpleaños.

—No, ha intentado querer venir de sorpresa, pero la convencí de no hacerlo, le dije que tú irías o sus mamás o sus tías, esto de viajar de repente torneándonos entre todos es estresante. Tu novia es estresante —su hermana le avienta un almohadazo en el rostro.

—Cuida esa boca, que yo sé el estrés que tengo de novia —ambas ríen.

Olivia la recibe con una gran sonrisa en cuánto toca el aeropuerto, saltando y subiéndose encima de ella. La besa y abraza fuerte, cada vez que viene es lo mismo, no le da vergüenza demostrar cuánto ama a su novia.

—Te extrañaba tanto.

—Yo también —se baja la de ojos verdes de encima— ¿Tienes planeado algún tour? —la otra sonríe de medio lado y levanta una ceja de manera sugerente—, que no implique sexo en cada lugar del departamento, no hablo de un tour sexual.

—Eres tan aburrida.

—Quiero tomarme el tiempo de disfrutarte sin prisa y sé que tienes que ir a la academia en una hora y media —su novia hacer un berrinche—, no puedes faltar cada vez que vengo.

—Ves, aburriiiidaaa —ambas ríen entrelazando sus manos—. Puedo invitarte a comer algo cerca del instituto ¿Te acuerdas cómo llegar al departamento para esperarme desnuda? —Arte sonríe y se muerde el labio inferior negando— ¿No te acuerdas?

—Sí, me acuerdo, pequeña pervertida —besa la punta de su nariz—. Vamos a comer que muero de hambre ¿Ya tienes mi regalo? Cumplimos aniversario hoy, por si no lo has notado.

—Claro, por quién me tomas —la besa—. Lo tengo en el departamento, te lo doy en cuánto llegue.

Al caer la tarde y con el tiempo pasar cada vez más deprisa, Artemisa prepara todo para hacer este aniversario especial, quizás sea el último que pasen en Francia y siendo la ciudad del amor quiso hacer algo romántico. Se coloca un traje comprado en una feria, cómodo pero sin perder la elegancia, quiere que la pedida de matrimonio sea especial y va probando cosas nuevas para ver que le gusta a Olivia, cómo le dijo, tiene que ser épico.

Los sabores del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora