Evelina se levantó al amanecer, su mente nublada por las tensiones y preocupaciones del día anterior. A medida que se vestía, se preparaba mentalmente para la despedida del duque Draven y la incertidumbre del viaje de regreso a Valeria. Sabía que cada paso que daba la acercaba más a la confrontación final y a la recuperación de su reino.Cuando salió de su habitación, encontró a Aric esperándola en el pasillo. Su mirada era grave pero reconfortante.
-Es hora de partir,- dijo con firmeza.
Caminaron juntos hacia la entrada principal del castillo, donde el duque Draven los esperaba con su mirada penetrante y una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
-Princesa Evelina, me han informado que te vas. Que solo me sentiré a partir de ahora.- dijo el duque, su voz suave pero cargada de amenaza. -Espero que recuerdes nuestra conversación.
-Lo haré, duque Draven,- respondió Evelina, manteniendo su tono diplomático.
El duque se acercó un paso más. -Recuerda también la fecha de la boda. Dentro de un mes. Espero que estés preparada.
Evelina sintió un escalofrío recorrer su espalda. -Lo estaré.
Antes de que pudiera alejarse, Zaik apareció junto a ellos, su presencia imponente y silenciosa. Evelina notó que aunque no dijo nada, su postura reflejaba una decisión firme de acompañarla.
-El príncipe Zaik vendrá con nosotros,- dijo Aric, observando al Principe con desconfianza.
El duque pareció momentáneamente desconcertado, pero se recuperó rápidamente.
-Muy bien. Estoy seguro de que le vendrá bien conocer su nuevo reino. bien pensado hijo.
Evelina intercambió una mirada con Zaik, entendiendo que su presencia, aunque impuesta, podría ser ventajosa.
El viaje comenzó en silencio. El paisaje de Aridia se desvanecía lentamente mientras se adentraban en los terrenos más fértiles y familiares de Valeria. Evelina se sentía cada vez más ansiosa por llegar a casa y enfrentarse a los desafíos que le esperaban.
Durante una de las paradas para descansar, Evelina y Zaik se sentaron a la sombra de un gran árbol. La brisa fresca traía consigo el aroma de la vegetación de Valeria, despertando en Evelina una ola de nostalgia.
-Zaik,- comenzó Evelina, mirando hacia el horizonte, - tengo que ser sincera contigo. No te he dicho toda la verdad. Mi castillo cayó en manos de los nobles que nos traicionaron. Necesito recuperar lo que es mío, pero no sé cómo hacerlo sin causar más daño.
Zaik, con su rostro imperturbable, la observó por un momento antes de responder.
- Te puedo ayudar si lo deseas. La clave está en la estrategia, no en la fuerza bruta. Debemos identificar a los aliados dentro del castillo y socavar las lealtades de los traidores. Ganarles en su propio terreno.
Evelina asintió, apreciando su enfoque pragmático.
-¿Y cómo propones que lo hagamos?
Aric sacó un pequeño mapa y lo extendió sobre el suelo.
-Conozco algunas rutas secretas que podrían sernos útiles.
Zaik lo observo con atención.
-Necesitamos infiltrar agentes leales para sembrar dudas y recuperar el control de las defensas clave del castillo. Tenemos que hacerles creer que estamos de su lado. Podría jugar con la carta de mi padre. Tengo una idea pero debéis confiar en mi.
A medida que discutían los detalles del plan, Evelina sintió una creciente admiración por la mente aguda de Zaik. Aunque su presencia inicialmente la había puesto en guardia, comenzaba a ver en él a un valioso aliado.
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Guerra y Corona
FantasyEn el corazón del reino de Valeria, la princesa Evelina se enfrenta a pruebas no solo de fuerza y astucia, sino también de lealtad y honor. Con el reino sumido en susurros de traición y un pasado oscuro que amenaza con salir a la luz, Evelina descub...