Había pasado ya una semana desde la partida de Zaik, y Evelina no podía dejar de pensar en su regreso. Quedaba una semana para que volviera, y aunque había logrado poner poco a poco en orden el castillo y el reino, la preocupación por su padre, que no mejoraba, la mantenía en vilo. Cada día parecía más débil y el peso de la responsabilidad recaía cada vez más sobre sus hombros.Evelina caminaba por los pasillos del castillo, dando órdenes y asegurándose de que todo marchara bien. Roland, Sirion y Valeria la seguían de cerca, sus presencias imponentes y vigilantes. Aunque inicialmente había sentido desconfianza hacia ellos, sus acciones en la última semana habían comenzado a ganarse su admiración.
Una tarde, mientras Evelina paseaba por los jardines, un ruido repentino rompió la tranquilidad. Una flecha se había escapado y sin pensarlo y con una rapidez deslumbrante, Roland se interpuso y recibió la flecha él, en le hombro. Sirion y Valeria se aseguraron de que no hubiera más amenazas, mostrando una coordinación impecable. Todo había sido un fallo de los arqueros en el campo de entrenamiento, no siendo una amenaza real.
-Gracias,- dijo Evelina, su voz temblando ligeramente por la adrenalina. -Habéis demostrado ser rápidos y valientes. No lo olvidaré. Gracias Roland, por favor ve que te curen la herida.
Roland asintió, sus ojos mostrando una determinación inquebrantable.
-Protegerte es nuestra prioridad, princesa.
Más tarde, mientras Evelina descansaba en su habitación, su primo Alistair vino a visitarla. La conversación fue amena al principio, hablando de los progresos en el castillo y los planes futuros. Sin embargo, Evelina no podía sacudirse una sensación de inquietud.
Recordó una conversación que tuvo con su padre unos días antes. Estaban en su habitación, y él le había explicado cómo su hermano Alden había sido una figura clave en la corte, hasta que algo cambio en él tras la muerte de su mujer, al final tuvieron que exiliarlo siendo así casi una condena de muerte. "Después del exilio de tu tío, pensamos que era mejor ocultar la existencia de Alistair para protegerlo," había dicho su padre, su voz debilitada pero firme. "Ha sido una carga pesada para todos nosotros." Después de aquello decidió hablar con su primo.
-Alistair, has sido un gran apoyo,- dijo Evelina, observándolo cuidadosamente. -Pero hay algo que me preocupa. ¿Por qué nunca habías mencionado que eras hijo de Alder?
Alistair se tensó ligeramente antes de responder.
-No era seguro revelar esa información. Tú madre siempre me enseñó a mantener un perfil bajo por nuestra propia seguridad.
Evelina asintió, pero no pudo evitar sentir que algo no cuadraba.
-Aún así, creo que debería haberlo sabido. Somos familia, y deberíamos confiar el uno en el otro.
Alistair le dedicó una sonrisa tranquilizadora, pero Evelina percibió un destello de inquietud en sus ojos.
-Entiendo tus preocupaciones, Evelina. Te prometo que siempre actuaré en beneficio de Valeria.
Después de que Alistair se fue, Evelina decidió hablar con su madre sobre él. Encontró a la reina Aria en su estudio, revisando algunos documentos.
-Madre, necesito hablar contigo, ¿tienes un momento? -dijo Evelina, entrando en la habitación.
Aria levantó la vista y sonrió. -Por supuesto, cariño. ¿Qué te preocupa?
-Padre me contó que Alistair es hijo del hermano de padre, Alden. Pero nunca había escuchado sobre él antes. ¿Por qué se mantuvo en secreto?
La reina suspiró, dejando los documentos a un lado.
-Alden era un hombre valiente y leal, pero su vida dio un giro traumático. Cuando se le exilio, temimos por la seguridad de Alistair y decidimos mantener su existencia en secreto.
-Entiendo la razón, madre, pero creo que debí saberlo,- dijo Evelina, su voz teñida de frustración. -Alistair ha sufrido mucho, pero hay algo en él que no me convence del todo.
Aria asintió, su expresión suave pero firme.
-Alistair sufrió enormemente con el exilio de su padre y la muerte de su madre. Ha pasado por mucho, pero siempre ha mostrado lealtad.
Evelina se mordió el labio, aún sintiendo la inquietud en su corazón.
-Hay algo en él que no puedo explicar, madre. Algo que me hace dudar.
La reina Aria sonrió, tratando de calmar a su hija.
-Entiendo tus reservas, pero recuerda que el sufrimiento puede cambiar a las personas de formas que no siempre comprendemos. Alistair solo quiere lo mejor para ti y para Valeria.
Evelina asintió, pero no pudo evitar sentir que su madre estaba cegada por el cariño. Mientras salía del estudio, la desconfianza seguía creciendo en su interior. No quería volverse paranoica pero de verdad que notaba algo raro. Ojalá poder hablarlo con Lyra, ella siempre tenía una respuesta adecuada. Pero estaba fuera encargándose de unos asuntos con su padre.
Al caer la noche, Evelina se sentó junto a la cama de su padre, observando su respiración lenta y trabajosa. Las sombras en la habitación parecían alargarse y moverse con vida propia, reflejando la incertidumbre que sentía. Su mente estaba llena de preguntas sin respuesta y sospechas que no podía ignorar.
La semana que quedaba para el regreso de Zaik se sentía como una eternidad, y cada día Evelina se enfrentaba a nuevos desafíos y dudas. Mientras miraba la luna llena a través de la ventana, se prometió a sí misma que descubriría la verdad, sin importar el costo, incluso si eso significaba enfrentar a aquellos en quienes había confiado.
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Guerra y Corona
FantasíaEn el corazón del reino de Valeria, la princesa Evelina se enfrenta a pruebas no solo de fuerza y astucia, sino también de lealtad y honor. Con el reino sumido en susurros de traición y un pasado oscuro que amenaza con salir a la luz, Evelina descub...