El aire en la habitación seguía cargado de tensión. Evelina apenas podía comprender lo que estaba ocurriendo, mientras miraba alternativamente a Zaik y a la chica misteriosa.
-Zaik,- susurró Evelina, rompiendo el silencio, -¿quién es ella?
Zaik no apartaba la mirada de la joven, como si no pudiera creer lo que veía. -Selene...- dijo en voz baja. -Pensé que estabas muerta.
La joven, que hasta entonces había permanecido en silencio, ahora los miraba con unos ojos azules que parecían brillar bajo la luz tenue de la habitación. Con una voz suave, llena de reproche, respondió: -Casi lo estuve.
Evelina, confundida y ansiosa por respuestas, no podía contenerse más. -¿Quién es ella, Zaik? ¿Cómo la conoces?
Zaik respiró hondo, como si las palabras fueran dolorosas de pronunciar. -Selene es... la princesa de Eryndor. -Se detuvo, eligiendo con cuidado sus siguientes palabras. - Nos conocemos porque somos amigos desde pequeños. Nuestros padres y los suyos eran amigos y siempre estaban juntos. Su padre, el rey de Eryndor, cayó enfermo hace muchos años. Durante su enfermedad, mi padre, el conde Draven, vio la oportunidad de influir en el destino de ese reino. Sabía que Eryndor sería vulnerable sin un gobernante fuerte, y Selene era la legítima heredera.
Selene asintió, su rostro mostrando una mezcla de tristeza y amargura. -Pero antes de que pudiera tomar el trono, mi primo conspiró contra mí. Con la ayuda de tu padre, Draven, planearon apartarme para que él pudiera gobernar Eryndor. Me capturaron y me encerraron en una fortaleza lejana, en las montañas del norte. El lugar estaba diseñado para que nadie pudiera escapar. Las paredes eran de piedra sólida, y yo estaba sola, sin comida ni agua. Creyeron que con el tiempo, la soledad y el hambre harían su trabajo.
Evelina sintió un nudo en el estómago. Draven y el primo de Selene habían intentado matarla de la forma más cruel posible: abandonándola a su suerte en una prisión oculta, esperando que muriera lentamente.
-Pero no morí,- continuó Selene, su voz llena de la dureza que había forjado en esos años de supervivencia. -Después de días en los que el hambre y la desesperación casi me vencen, encontré una forma de escapar. En la fortaleza había una grieta en una de las paredes, pequeña, casi invisible. Pasé días golpeando la piedra, desgarrándome las manos, pero finalmente logré abrir un hueco lo suficientemente grande para pasar. Me escabullí durante la noche y huí al bosque.
Zaik asintió con los ojos llenos de culpa. -Nunca supe lo que mi padre planeaba. Siempre creí que estabas muerta.
Selene lo miró fijamente, con una mezcla de reproche y comprensión. -Te buscaba, Zaik. Después de escapar, viví escondida durante años, siempre moviéndome, siempre temiendo que me encontraran. De reino en reino. La mayoría de mis aliados fueron asesinados o traicionados. Sobreviví mendigando, cazando cuando podía, y escondiéndome en los lugares más inhóspitos, lejos del alcance de tu padre y de mi primo.
La voz de Selene se suavizó ligeramente mientras hablaba de aquellos años oscuros. -Fueron tiempos difíciles, pero aprendí a ser fuerte. Sabía que algún día necesitaría confrontar a quienes me habían hecho esto, pero no tenía los medios ni el poder. Fue solo recientemente que supe que Draven había consolidado su control sobre Eryndor a través de mi primo, y que estaba planeando algo mucho más grande. Por eso decidí venir aquí... a pedir tu ayuda.
Evelina miró a Selene, impresionada por su resistencia. -¿Y qué ocurrió en tu viaje hasta aquí?
Selene frunció el ceño, recordando lo que había pasado. -Mientras viajaba hacia Valeria, fui interceptada por un grupo de hombres de Ardida. Creí que Draven o mi primo los habían enviado para detenerme. Luché, pero eran demasiados, y me golpearon. Me dejaron por muerta, pero mi caballo consiguió llevarme hasta ti. Si no hubieras aparecido cuando lo hiciste, habría muerto de verdad esta vez.
Evelina sintió cómo su corazón se aceleraba. -¿Hombres de Ardida? ¿Estás segura?
Selene asintió con firmeza. -Sí. Su vestimenta era inconfundible. No sé si actuaban bajo órdenes directas, pero todo esto me hace pensar que no fue una coincidencia. Draven y mi primo están moviendo sus piezas, y si no hacemos algo pronto, ambos reinos estarán en peligro.
Zaik, con el rostro aún sombrío por todo lo que estaba escuchando, dio un paso hacia ella. -Mi padre... siempre fue ambicioso, pero no pensé que llegaría tan lejos. Si Eryndor sigue bajo el control de tu primo, y está aliado con mi padre, entonces ambos están conspirando para algo mucho más grande. Y si han recurrido a Ardida, esto solo se pone peor.
Evelina observó cómo Zaik y Selene compartían una mirada de entendimiento y de dolor. Ambos habían sido víctimas de los planes oscuros de Draven, y ahora ese mismo hombre estaba cerca de conseguir un poder absoluto.
Pero fue Selene quien finalmente rompió el silencio. -Y no es solo Eryndor lo que está en juego. Tu madre, Zaik... ella intentó detener todo esto.
Evelina y Zaik se miraron, atónitos por esta revelación. ¿Qué tenía que ver la madre de Zaik con todo esto?
-Tu madre y la mía eran aliadas,- continuó Selene. -Cuando el conde Draven comenzó a tramar sus planes para apoderarse de Eryndor, tu madre intentó detenerlo. Con pequeños deslices robaba información y la pasaba a mi madre. Sabía que su ambición pondría en peligro la paz entre nuestros reinos. Pero Draven la descubrió y la apartó de su camino. Siempre creí que la había matado, pero no tengo pruebas. Lo que sé es que, poco después de su desaparición, los planes de Draven avanzaron sin obstáculos.
Zaik, con la mandíbula apretada, intentaba procesar todo. -Siempre pensé que mi madre había huido porque no podía soportar a mi padre. Pero ahora... parece que fue algo mucho peor.
Evelina sintió una mezcla de empatía y desesperación. Todo lo que Zaik había creído sobre su madre, sobre su familia, estaba desmoronándose.
Selene dio un paso adelante, con la determinación brillando en sus ojos. -He sobrevivido hasta ahora para deshacer lo que Draven ha hecho. Necesito vuestra ayuda. Si logramos desenmascarar lo que le sucedió a tu madre, Zaik, podríamos usar esa verdad para destruir el control que Draven y mi primo tienen sobre Eryndor y sobre vuestros reinos. Tu madre era amada por el reino y si descubrimos la verdad el pueblo se pondrá de nuestra parte y en contra del conde. Hace unas semanas tuve un chivatazo y me contaron que hay susurros de que tu madre no está muerta. Está prisionera y me dieron un nombre sobre quien podría saber donde esta. Tenemos que salir a buscarla lo más pronto posible.
Zaik finalmente levantó la cabeza, con una nueva determinación en su rostro. -Lo haremos. Descubriremos lo que le ocurrió a mi madre, y terminaremos con el reinado de terror de mi padre y de tu primo. No dejaré que sigan destruyendo lo que nos queda.
Evelina, asintiendo a su lado, sabía que estaban a punto de enfrentarse a algo mucho más grande de lo que habían anticipado. Pero ahora tenían una nueva aliada, una mujer que había sobrevivido a lo imposible y que les había revelado la verdad sobre los oscuros planes que amenazaban no solo a su familia, sino a todo lo que conocían.
El silencio en la habitación era abrumador, mientras las revelaciones de Selene se asentaban en sus mentes. Ahora, con la verdad a la vista, Zaik y Evelina sabían que su misión no era solo desmantelar las mentiras de Draven, sino también descubrir la verdad oculta sobre la madre de Zaik.
El futuro de ambos reinos dependía de ello.
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Guerra y Corona
FantasíaEn el corazón del reino de Valeria, la princesa Evelina se enfrenta a pruebas no solo de fuerza y astucia, sino también de lealtad y honor. Con el reino sumido en susurros de traición y un pasado oscuro que amenaza con salir a la luz, Evelina descub...