Capítulo 77; "Spite"

328 46 5
                                    

— Una vez más aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Una vez más aquí... —murmura la pelirroja, observando Winterfell desde lo montada en un caballo. El viento del Norte despeinando unos cuantos mechones de cabello que el gorro de su abrigo no lograba cubrir.

Melisandre cabalgó un poco más hasta llegar a las puertas de Invernarlia, donde la interceptaron un par de caballeros.

— Estoy aquí para ver al guardián del Norte. —informa la ojiazul con determinación.

— ¿Por órdenes de quien? —indaga uno de ellos, mirándola con cierta desconfianza.

— Su Señor, el dios de la luz. —inclina un poco su cabeza hacia el frente.

Entre ellos se miran.

— Aguarde un momento aquí, ¿cuál es su nombre? —pregunta el caballero.

— Melisandre. —contesta cortamente.

— Es usted la mujer roja, ¿cierto? —inquiere el hombre con cierto temor.

— Es así como algunos me conocen. —responde con desinterés.

Los guardias la ven con detenimiento por algunos segundos, incluso susurraron cosas entre ellos para después dirigirle la atención.

— Pase. —habla el caballero después de tragar saliva en seco. Los hombres se abren hacia un costado y el acceso de Winterfell es abierto— La escoltaremos hasta Lord Cregan Stark, Milady.

[...]

Melisandre se baja del caballo con ayuda de un hombre, delante del castillo de Invernalia. Arregla su vestido y se dedica a observar delicadamente su entorno, mientras de fondo escucha la pisadas del lobo.

— Lady Melisandre. —habla Cregan a sus espaldas, causando que la pelirroja se girase lentamente para encararlo— Su repentina visita me toma imprevisto.

— Usted sabe porque estoy aquí, Milord. —responde ella, encontrándose con el muchacho de cabellera medianamente larga de color castaña.

La mirada azul del Guardián se entrecierra, pensando una respuesta lógica ante el comentario de la bruja. Este da un paso hacia la mujer, acercándose más a ella.

— ¿Se trata de mi hermana? —le habla en voz baja, como si se tratase de un secreto entre ellos dos.

Melisandre lo observa fijamente.

— Y su niño. —replica con seriedad.

Cregan ve hacia sus costados.

— Por favor, acompáñeme. —le pide gentilmente.

La mujer siguió al lobo hasta lo que parecía ser un cuartel o algo semejante. Dentro de ese lugar, con puertas cerradas y ellos únicamente dentro, el Stark dejó ir una bocanada de aire.

El Llanto del Lobo;  Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora