11.

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El día de la fiesta finalmente se había llegado, sunghoon y tú yacían en la gigante casa de jungwon, ahora habías perdido de vista a sunghoon suponiendo que estaba con alguno de sus amigos probablemente riki.

—Hey, soora.—Oíste una voz detrás de ti, obligándote a voltear para ver de quién se trataba.

Era riki.Lo observaste unos segundos antes de hablar notando una pequeña cicatriz en su labio inferior.

—H-hola...—Dijiste con cierto nerviosismo por lo que había pasado la última vez que se vieron.

—¿Qué es...?—Dijiste rozando su cicatriz con su pulgar dándote cuenta rápidamente de lo que acababas de hacer así que apartaste la mano.

—Tu novio es...—Está vez su voz sonó como si se tratara de algo para reír cuando lo recordarás.

—No deberíamos estar hablando, lo siento.—Ibas a retirarte de la situación pero la mano de ni-ki al rededor de tu muñeca te lo impidió.

—Esta bien, él solo dijo que si nos volvía a ver me mataría.—De igual forma recordaste lo que te había hecho, sonreíste incómodamente y te sacaste de su agarre para irte.

Una pequeña lágrima se resbaló por tu mejilla ya de un tono rojizo.Buscaste el baño más cercano que encontraste pero este estaba ocupado, ahora todo estaba siendo asfixiante para ti.

Así no era como lo habías planeado para ser exacta, se suponía que wonyoung te haría compañía pero ahora ni siquiera sabías dónde estaba y sunghoon menos, apenas llegaron y sunghoon se escabulló en alguna parte sin siquiera avisarte.

De repente la música subió de volumen al igual que el bullicio en la habitación, comenzaste a sentirte mareada pero aún así trataste de subir las escaleras en busca del baño, subiste casi gateando sintiéndote exhausta por la simple accion agradeciste cuando abriste la puerta del baño y este no estaba ocupado, te encerraste y te sentaste en el piso tratando de calmarte, tocaste tu pecho, tu corazón latía a mil por hora.

Sin siquiera darte cuenta las lágrimas comenzaron a salir, ¿realmente te había puesto tan mal el hecho de enterarte lo que le había hecho a ni-ki?

Después de unos minutos estas pararon, pensaste hasta llegar a la conclusión de que no importaba lo que hicieras sunghoon siempre encontraría el mínimo defecto en ti, esta era tu noche, disfrutarías al máximo sabiendo que aunque no lo hicieras sunghoon reclamaría seguramente, así que le darías razones verdaderas para reclamar.

Saliste del baño con tu rímel ligeramente corrido pero nadie realmente lo notaba por la falta de luz.

Las horas pasaban al igual que los vasos llenos de cerveza habías perdido la cuenta desde que viste a tu novio con una chica de cabello largo ondulado subir, donde se encontraban las habitaciones.

Tu cuerpo al mismo tiempo se meneaba en conjunto con la música, de repente sentiste a alguien lo suficientemente pegado a ti pero no le tomaste importancia hasta que una de sus manos pasó por tu trasero vestido, sintiéndote obviamente incómoda por el toque pero sin estar suficientemente consciente como para hacer que se alejara.

Una mano tomo tu brazo sacándote de la situación incómoda, antes de que pudieras darle el último sorbo al vaso de cerveza te lo arrebataron de las manos.

—Creo que estás muy borracha como para seguir tomando.—Reconociste la voz de ni-ki.

—Sh.—Pusiste uno de tus dedos sobre los rozados labios del chico, inmediatamente deleitándote por lo suaves que eran, por un momento te preguntaste cómo se sentiría besarlos, pero estabas demasiado borracha como para hacerlo, aunque se suponía que debería ser al revés, aún te daba algo de vergüenza.

—¿Por qué estás así? Que yo sepa sunghoon no te dejaría hacer esto.—Dijo ni-ki sosteniéndote por la cintura sin ser demasiado descarado para que no pudieras caer.

—Ya no importa sunghoon.—Dijiste zafándote de su agarre y te dirigiste por otro vaso de cerveza importándote poco que ni-ki lo impidiera.

Lo único que te detuvo fueron las inmensas ganas de vomitar, encontrándote sentada delante del inodora para expulsar el vómito.

Te levantaste tambaleándote en tu lugar y te miraste al espejo, realmente te veías miserable, tu cabello estaba sucio y tu ropa en desorden.

Las lágrimas volvieron a aparecer al verte así, necesitabas volver a casa aunque fuera sin sunghoon pero ya ni siquiera tenías una llave de ella.

Tal vez podrías ir a un hotel, llevabas algo de dinero por si se necesitaba, que en realidad te había dado sunghoon.

Era impresionante como aunque hubiera menos gente la que quedaba seguía bailando y disfrutando de la música, apenas eran las 3:30 de la mañana pero parecía que esa gente se quedaría por horas más.

Saliste de la casa aún sintiéndote algo mareada por al alcohol, sabías que no conseguirías un taxi exactamente en ese punto así que decidiste caminar unas cuadras hasta la avenida donde abundaban realmente pocos carros.

Antes de tomar el taxi que estaba justo estacionado frente a ti, una mano se posó en tu brazo, apretándote lo suficiente como hacer que todos tus movimientos se detuvieran.

—¿Otra vez tú?—Dijiste irritada al notar una vez más a ni-ki.

—No creo que sea bueno que subas en este estado a un taxi.—Pudiste notar su voz preocupada así que sin reproches dejaste que el conductor se fuera.

—No necesito tu lástima, suficiente tuve con lo del otro día.

—Mierda, eres un desastre soora.

𝒇𝒓𝒂́𝒈𝒊𝒍 ;; 𝑠𝑢𝑛𝑔ℎ𝑜𝑜𝑛 𝑒𝑛ℎ𝑦𝑝𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora