17.

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—Soora, ey...—Tus ojos se abrieron lentamente, sentiste las lágrimas empapando tus mejillas recorriéndolas hasta que caían en tu almohada.

Era sunghoon.

Estaba en cuclillas frente a este mirándote con una expresión preocupada.

No dijiste nada, simplemente te quedas procesando, habías tenido un sueño, pero aún así sabías que no se alejaba demasiado a la realidad.

—N-no...—Te levantaste de la cama, soltándote del agarre de sunghoon de su mano acariciando tu antebrazo.

—¿No qué?—Pregunto sunghoon sin despegar la mirada de ti, comenzaba a enojarse y podías notarlo por el tono de su voz.Antes de que pudieras responder tan solo bastó que caminara unos centímetros para estar frente a frente tomando tu muñeca, su agarre era brusco pero no tanto como el día anterior, o el día antes de que despertaras.

—Ya no puedo seguir contigo, por favor.—Tu voz está vez no se quebró, estabas intentando verte lo más fuerte posible aunque supieras no lo eras, sunghoon también lo sabía pero se había esmerado en decirte que odiaba esa parte de ti que algún día tendrías que necesitarlo.

—Te dije que jamás te ibas a escapar de mi.—Su voz sonaba dulce, su mano desocupada voló hasta tu mejilla, acariciando esta con cariño.

—No sé quién piensas que soy o con qué mentalidad te quedaste de mi, pero yo ya no voy a estar aquí, esto está mal, para ambos.—Tu pecho se apretujó, sin embargo no retiraste su mano de tu mejilla.

Una pequeña sonrisa comenzó a formarse de lado a lado en su rostro, la mano que antes hacía en tu mejilla ahora había descendido hasta tu cuello, su agarre mano a cada segundo se hacía más fuerte, no dejándote sin aire pero podías sentirlo.Finalmente acercó tu rostro hasta que quedaron a solo unos centímetros de distancia, podías sentir su aliento caliente, y el nerviosismo estaba consumiéndote.

—Bien, pero sabes que igual terminarás volviendo porque tú sin mí no eres nadie.—Dijo aún con esa sonrisa en su rostro, antes de soltarte asegurándose de dejar un beso sobre tus labios.

—Siempre vas a ser de mi propiedad, soora.—No dijiste nada y simplemente lo dejaste en la habitación observando como alejabas por el pasillo para las escaleras.

¿A quién llamaría? Sunghoon tenía razón, no tenía a nadie, Wonyoung seguramente estaba mintiéndome sobre sunghoon y perdería mi dignidad, sería eso o no tener donde pasar la noche.

Aunque llevaba algo de dinero, quizá podría ir unos días con mis padres.

Tome mi teléfono de la bolsa trasera de mis jeans, inmediatamente tecleando el número de mi madre.

—Hola...—Dije después de unos segundos de que se escuchó un "¿Bueno?" a través de la línea.

Hola, hija, tenías días sin llamarnos.—Se oía al otro lado de la línea con voz preocupada, pero sabías que solo intentaban lucir así, ellos tampoco llamaron.

—No es nada, iré a visitarlos.

¿Por qué vendrás? ¿Pasó algo con sunghoon?

No pasó nada mamá.—Comenzaba a desesperarte, sentías que a este punto iba a terminar buscando cualquier excusa para que no la visitaras, la conocías mejor que nadie.

¿Entonces?

Está bien, no iré.

—Bueno, niña, solo digo que no hay necesidad de que vengas.—Ni siquiera le respondiste y solo cortaste la llamada, una vez que volviste a guardar tu teléfono en tu bolsillo trasero tus ojos comenzaron a cristalizarse, ni siquiera podía tener un poco de apoyo de mi madre, la conocía tan bien que tampoco podía contarle de cómo era sunghoon, ella vivía aún con su mentalidad de hace cientos de años, diría que sunghoon lo estaba haciendo por mi bien y que así era el amor y el matrimonio, en primer lugar por eso aceptaron que ambos viviéramos juntos, dejando a una niña a cargo de otro.

Tal vez comer un poco me hará pensar, no llevabas la cuenta de cuánto tiempo tenias sin comer pero tu estómago ya rugía.




Habías ordenado una hamburguesa, de esas que eran para niños, más pequeñas y deliciosas, porque tenía mucho dinero y aún estabas decidiendo en si llamar a Wonyoung o ir a un hotel, tenías casi 400,000 wones, los había ahorrado mientras estuviste con sunghoon para darte algunos gustos, si los usaba en un hotel ya no tendría más dinero para cuando terminara la semana.

—¿Wonyoung?—Preguntaste mientras terminabas de picotear lo último que quedaba en tu plato.

¿Si?—Su voz sonaba adormilada, teniendo en cuenta que eran las 12 de la madrugada.

—¿Crees que puedo quedarme en tu casa unos días? Te lo explicaré, lo prometo.

Siempre puedes, soora.

—¿Necesitas que vaya a buscarte?

No es necesario, creo que estabas dormida.—Dije con una risita recibiendo una a cambio a través de la línea.

—Bien, te esperaré.





¿Ya me contarás si pasó algo?—Wonyoung preguntaba desde su cama, te había ofrecido tomar un baño y una pijama porque habías olvidado la tuya, ni siquiera habías traído tanta ropa, solo unos cuantos cambios y ropa interior.

—Pelee con sunghoon.—Le decías mientras secabas tu cabello con una pequeña toalla en el baño de Wonyoung, en realidad ahí había de todo, siempre tenía de sobre y te había mencionado que podías tomar lo que quisieras.

—¿Por qué?—No respondiste, no te sentías preparada así que esperaste a terminar de arreglar tu cabello.

Finalmente saliste del baño ya con tu pijama puesta y tu cabello bien peinado, te sentaste justo a un lado de Wonyoung, mirando simplemente a tus pies pero podías sentir que Wonyoung sí tenía su mirada sobre ti.

—Él otro día, él me golpeó.—Ni siquiera te dejó continuar.

—Espera qué, ¿Soora? ¿Por qué no me habías dicho?—Tus mirada se elevó ahora para unirse a la mirada de Wonyoung, se veía bastante preocupada.

—Wonyoung, no puedo.Tengo miedo.—Tus ojos se cristalizaron, las lágrimas ya comenzaban a acumularse en tu lagrimal.

Wonyoung no dudo en rodear tu cuerpo con sus brazos, atrayéndote hacia ella y pudiendo sentir su calor corporal, hace tanto que nadie te daba un abrazo así, podía ser de lástima pero al menos sentías que alguien se preocupaba por ti.

—Lo amo, y sé que está mal, no sé si estoy lista para hacer algo.—Wonyoung suspiró, pasando su mano por tu cabello aún mojado, dejando suaves caricias.

—¿Te hizo algo más?

—No tienes idea, wony.

𝒇𝒓𝒂́𝒈𝒊𝒍 ;; 𝑠𝑢𝑛𝑔ℎ𝑜𝑜𝑛 𝑒𝑛ℎ𝑦𝑝𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora