𝒇𝒓𝒂́𝒈𝒊𝒍 ;; 𝑠𝑢𝑛𝑔ℎ𝑜𝑜𝑛 𝑒𝑛ℎ𝑦𝑝𝑒𝑛

20.

—¿Crees que sea mejor que vaya yo sola?—Le preguntaste a Ni-ki, con una mirada preocupada mientras jugueteabas con tus propios dedos por el nerviosismo.

Hace un minuto que habían aterrizado en el estacionamiento del edificio de la casa de sunghoon pero aún no sabían que hacer, simplemente estaban sin un plan.

—De ninguna manera, vayamos los dos.—Dijo Ni-ki, tomando tu mano pero inmediatamente te soltaste de su agarre.

—¿Estás loco? Eso va a ser peor.—Dijiste alzando las cejas, aún impresionada por la idea de Ni-ki que obviamente no era la mejor.

—Iremos los dos, y ya.—Dijo sin más, saliendo del auto y dejándote en el auto completamente confundido y enfadada.

—Bien.—Dijiste seriamente mientras comenzabas a caminar hacia el elevador que estaba a unos metros.Picaron el botón de este y después de unos minutos finalmente se abrieron las puertas, Ni-ki haciéndote una señal de que entrarás primero y así lo hiciste rodando los ojos provocando que Ni-ki soltara una carcajada casi inaudible.

Al cabo de los minutos el elevador volvió a abrirse en el piso correspondiente, tu nerviosismo había aumentado, ahora podías sentirlo en todo tu cuerpo, en tu estómago mayormente, sentías que ibas a vomitar pero debías ser fuerte.

—Vamos.—Ni-ki estaba por tocar el timbre pero tu mano lo detuvo, dándole un manotazo a lo que el soltó un quejido en voz baja.

—Tengo una llave.—Buscaste en tu bolsillo trasero y Ni-ki se limitó a levantar una ceja, arqueandola.Una vez que sacaste la llave la introducíste en la cerradura, abriéndose inmediatamente el seguro.

—Mi pregunta es, ¿por qué aún tienes una llave?—Que pregunta más tonta, pensaste.

—Pues es obvio, ¿no? Cuando nos arreglamos sunghoon volvió a darme una copia y olvidó quitármela.—Una vez que terminaste de hablar giraste la manija, dejándote ver el interior del departamento, estaba más sucio de los normal, había cosas en el suelo, en especial ese jarrón que a Sunghoon le encantaba tanto y cuidaba tanto, estaba completamente hecho pedazos, algo andaba mal.

Ambos se adentraron al departamento, tratando de hacer el menor ruido posible, aunque el lugar también estaba en completo silencio, quizá ni siquiera estaba en casa.Volteaste a ver a Ni-ki, quien caminaba detrás de ti con cuidado de no pisar las partes del jarrón en el suelo.

Tus ojos comenzaron a inspeccionar mejor el lugar, realmente algo andaba mal, había más cosas fuera de lugar y mientras tu mirada pasaba por la mirada que estaba a tan solo unos metros notaste una mancha de sangre en la barra blanca de granito.

—Ni-ki.—Lo llamaste mientras caminabas hacia la cocina, en efecto, esta era sangre como habías supuesto.

—Mierda.—Ambos repitieron al mismo tiempo cuando llegó Ni-ki a tu lado y notó la mancha de sangre.

—Tenemos que ir arriba.—Con cuidado se dirigieron hasta las escaleras para encaminarse hacia la parte de arriba.

La puerta de sunghoon estaba completamente abierta pero aún no lograbas ver nada.Mediante te acercabas varios sonidos se hicieron presentes en tus oídos, eran gemidos, jadeos y gruñidos, de sunghoon.

Caminaste hasta quedar justo a un lado de la puerta para que no te notara.

Ni-ki: Creo que deberíamos irnos.

Decía Ni-ki en el mensaje de texto para evitar hablar.

Soora: No, había sangre, Ni-ki.

Volviste a guardar tu teléfono en uno de los bolsillos de tus jeans, esta vez armándote de valor para asomar tu cabeza hasta que alcanzaste a divisar a sunghoon.

Tus ganas de vomitar aumentaron al verlo arriba de Wonyoung, estaba de espaldas pero aún así podías suponer lo que estaban haciendo por la posición y porque sunghoon no llevaba sus pantalones.

Ellos estaban teniendo sexo, y esto no era un sueño, estabas segura.

No pudiste despegar tu mirada pero, ¿por qué Wonyoung no se movía? Tampoco emitía algún sonido.

Finalmente juntaste cada parte, Wonyoung estaba inconsciente.

Soora: Esta insconciente.

Soora: Toma algo que te pueda servir para defenderte y yo entraré.

Ni-ki: No iras sola.

Soora: Si lo haré, y tengo que Ni-ki.

Entraste sin mas sin dejar que Ni-ki tuviera tiempo de detenerte y te abalanzaste sobre sunghoon.

—Suéltala maldito imbecil.—Dijiste casi en un grito, empujando a sunghoon hasta que su cuerpo estuvo completamente fuera de arriba de Wonyoung provocando que Sunghoon se detuviera, observándote con el ceño fruncido pero a la vez su expresión era de sorpresa, sus puños comenzaron a apretarse, sus nudillos comenzaban a volverse blancos y su ceño estaba cada vez más fruncido.

—¿Qué crees que haces?—Sunghoon se levanto, subiendo sus boxers junto a su pantalón y abrochándolo en un segundo, se acercó a ti a pasos pesados y no pudiste evitar quedarte inmóvil en tu lugar.

Estabas tan asustada por lucia realmente enojado, pero no tenías porque tener miedo, ¿cierto? Ni-ki estaba contigo, y ya no ibas a dejar que sunghoon te pisoteara como solía hacerlo.

Seguías casi inmóvil hasta que notaste que estaba acercándose a ti, de un segundo a otro ya tenía su mano sobre tu cuello, ejerciendo toda la fuerza que pudo y dejándote sin aire inmediatamente.

—Suéltala.—Oíste a Ni-ki detrás de él, no lograste a ver si había hecho caso a tu instrucción pero solo esperabas que te soltara, pataleando por si eso ayudaba de algo pero parecía ser en vano porque sunghoon aún tenía su mano envuelta en tu cuello mientras una sonrisa se formaba en su rostro en el momento que Ni-ki habló.

—¿Ahora eres la putita de Ni-ki?—Dijiste mientras una carcajada salía de sus labios, sintiendo su aliento caliente en tu rostro cuando estuvo más cerca de ti.

Estabas a nada de desmayarte cuando un golpe se escuchó, Sunghoon te soltó inmediatamente soltando una quejido y arqueando la espalda mientras se llevaba la mano a esa parte para sobarse.

—Mierda.—Dijo aún agachado por el dolor, aprovechando para correr hasta Ni-ki mientras sonabas tu garganta y tosías, recuperando el aire que te faltaba.

Wonyoung seguía en la cama inconsciente y sin ropa.Tomaste el bate que llevaba Ni-ki en la mano y volviste a golpear a Sunghoon, soltando una quejido aún más fuerte que el anterior, hasta que su cuerpo estuvo casi pegado al piso.

—Maldita puta.