14.

721 61 8
                                    

—Amor, hoy debo ver a Wonyoung.—Le dijiste dulcemente a sunghoon mientras preparaba unos panes con mantequilla en la barra.

—¿Irás a su casa? ¿Quieres que te lleve?—Pregunto mientras sacaba el tazón de mermelada de uno de los estantes de la cocina, inmediatamente dirigiéndose hacia ti para poner el tazón y el plato con los panes frente a ti.

—Si, sería un favor.—Le dijiste con una gran sonrisa mientras tomabas uno de los panes, untando un poco de mermelada sobre el.

Sunghoon de igual manera te miraba con una sonrisa, recordando todo lo que habían vivido ayer, fue un sueño hecho realidad y por la mañana sunghoon parecía estar en su mejor humor.

—¿A qué hora debo llevarte?—Pregunto con un trozo de pan su boca, tosiendo luego de unos segundos por hablar.

Reíste ante la situación y le entregaste una servilleta y le ofreciste un poco del jugo de naranja en tu vaso.

—A la 1 estaría bien, ¿puedo quedarme a dormir?

—No.—Ni siquiera habían pasado dos segundos y respondió con esa típica voz que hacía que tu piel se erizará, decidiste no decirle nada más porque estaba de bastante buen humor como para hacerlo enojar.

—Esta bien.—Dijiste casi en un susurro mientras depositabas un beso en sus labios.

—Quiero estar contigo esta noche.—Ahora sus manos habían dejado el pan, inmediatamente posándose sobre tu cintura, incluso con una mano la cubriría considerando cuánto habías bajado de peso por sus comentarios.

Sus labios se estamparon contra los tuyos, correspondiendo a su beso sin dudarlo, haciendo de este más brusco e intenso pero sin lastimarte, anoche se habían dado muchos pero nunca uno como este o al menos que lo disfrutarás.

Un jadeo salió de tus labios cuando sus lenguas se juntaron jugueteando entre ellas.Él se separó ligeramente deleitándose por el sonido casi inaudible.

Sus manos seguían descendiendo hasta sus muslos, en un momento se levantó de su asiento quedando frente a ti aún sentada en ese banquito alto de la cocina.Sus manos se encargaron de acariciar cualquier espacio libre de la piel de tus muslos, haciéndote estremecer ante el toque tan delicado y a la vez lujurioso que estaba tomando sobre ti.

De pronto su toque pasó de estar en tus piernas a estar debajo de tu camiseta de dormir, te sentiste insegura por estar tan cerca de tus pechos así que con ayuda de tus manos lo alejaste ligeramente.

—Y-ya no más.—Le dijiste con una pequeña sonrisa sintiéndote pequeña ante la mirada tan oscura que te estaba dando, incluso pudiste notar que sus ojos eran más oscuros de lo normal.

—Por favor, nena...—Dijo mientras volvía a besarte, esta vez en tu mejilla, dejando un rastro de saliva hasta tu cuello, donde lamió, succionó y mordisqueó algunas zonas, sabiendo que después quedaría rastro de su maltrato en la zona.

—Pronto tendré que irme...—Dijiste entre jadeos por sus labios aún atacando tu cuello que no tardaron en deslizarse hasta tu clavícula.

—Bien.—Se despegó de golpe, enderezándose en su lugar.

—Lo siento.—Dijiste con tu ojos en dirección al piso.

—Está bien, lo bueno es que estamos bien, ¿cierto?—Tus ojos se agrandaron al escuchar y después de un gran rato te paraste del banquito, estirándote para rodear su cuello con tus brazos y depositar en beso sobre sus rosados labios.

—Te amo, sunghoon.

—Y yo a ti, muñeca.—Sus labios volvieron a unirse pero esta vez en un beso más dulce definitivamente, duró varios segundos antes de volverse a separar y dirigirte al piso de arriba para comenzar a alistarte, tomarías un baño caliente y te vestirías con algo simple.





Dos toques a la puerta de Wonyoung fueron suficiente para que abriera la puerta con una gran sonrisa, abrazándose una vez que estuvieron frente a frente como si se tratase de dos niñas pequeñas.

Antes de entrar a la mansión volteaste y con la mano te despediste de sunghoon quien estaba esperando en el auto mientras las observaba con cuidado, repitió el mismo gesto que tú antes de marcharse.

—Vamos.—Dijo Wonyoung mientras tomaba tu mano y te arrastraba dentro de la casa, llevándote directamente hacia su habitación.Era la primera vez que habías tenido la oportunidad de estar en su casa y realmente era hermosa, pensaste, cada detalle de ella era precioso, parecía estar inspirada en los 60's, seguramente era vieja, pero seguía viéndose impecable.

—Te ves tan feliz, ¿es por que estoy aquí?—Preguntaste soltando una risita.

—¡Oh! Ya sé.—Exclamaste mientras la mirabas.

—Es porque estás aquí.—Dijo soltando una risita que obviamente no te convenció.

—Mmm...claro.—Tus ojos se entrecerraron y ambas se echaron a carcajadas.

La tarde estuvo increíble a su lado, platicaron de cosas sin sentido hasta de sunghoon, se te hizo bastante raro que lo halagara, pensaste que si realmente lo conociera no se la pasaría diciendo que parecía el novio perfecto, o el novio que cualquiera quisiera tener, pero siempre podía haber cambios, ¿verdad?

𝒇𝒓𝒂́𝒈𝒊𝒍 ;; 𝑠𝑢𝑛𝑔ℎ𝑜𝑜𝑛 𝑒𝑛ℎ𝑦𝑝𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora