Personaje secundario || Ohmnanon

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✨️Nanon.✨️

Estoy intentando leer, pero Ohm no se va y es incómodo.

No puedo botarle, esta es su casa, y esta es un área común, pero quiero que se vaya.

Es que me pone nervioso.

No voy a poder concentrarme si se mantiene cerca.

Suspiro, mirando su perfil.

Ya sé, lo he dicho muchas veces, es un hombre guapísimo.

Su inseguridad no está en su físico.

Se sobre exige, porque cree que no está al nivel de su padre, y le teme a la corona.

Será un gran rey, lo he leído.

Bajo mi mirada por su cuerpo, y siento el calor subiendo a mis mejillas.

No lo quiero cerca, pero disfruto tanto verlo.

No he visto hombres así en la vida real.

No quiero pensar en dónde estoy, y la lógica de haber llegado a este lugar, pero esas preguntas me atacan a veces.

¿Estaré muerto? ¿Puede un sueño ser tan largo?

—Pasaste el día entero acá —me dice y yo bajo la mirada, porque se ha dado cuenta.

—Este es un clásico —respondo mostrándole la portada.

Me intimida estar a solas con él, sin una discusión de por medio.

Creo que nunca hemos tenido una conversación normal.

—Frankenstein —lee al aire, y me muestra el libro que tiene él.

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Sí, creo que incluso tenemos los mismos gustos.

Podríamos ser amigos, si no me odiara.

Detallo su rostro, porque se acerca, y creo que voy a vomitar por lo nervioso que estoy, cuando se sienta a mi lado.

Agarra el libro que tengo yo, rozando casi imperceptiblemente su mano con uno de mis dedos.

—No leo Frankenstein hace años —me informa y yo asiento sin sentido.

No lo definiría como amable, pero no parece estar a la defensiva ahora y es suficiente para mí.

Mi parte racional cree que este es un gran paso para salvar mi vida.

Mi parte instintiva está loca por su atención.

No entiendo porqué está complicándose controlarme, es como si estuviera...

Me levanto de golpe cuando me doy cuenta y él parece confundido.

Retrocedo, porque quiero irme.

—Terminé, puedes tomarlo —digo alejándome y su mano agarra la mía.

—¿Ya te vas?

—Estoy agotado —respondo quitándome y me suelto, casi corriendo al pasillo.

Tengo mucho calor, creo que es el celo.