UBA: Un Bwoah A la vez

Capítulo 21: Martínez-Mendoza

Las contracciones eran constantes y sobrepasaban el límite de dolor al que Carola acostumbraba.

Caro tomó su teléfono celular y trató de llamar a su esposo, no obstante el dolor punzante recorría todo su cuerpo impidiéndole hacer esa simple acción. El celular se cayó de sus manos.

Su madre escuchó el ruido y los gritos de Carola desde su habitación, salió de inmediato y corrió en su auxilio. Ya nacería la bebé.

—Caro, lla-llamaré a un taxi, ¿okey? Solo respira—. Tomó el celular de su hija y llamó

Llegaron al hospital e internaron inmediatamente a Carola, su madre, mientras esperaba noticias de qué sucedería, intentó llamar a su yerno con su teléfono, sin embargo, la llamada no entraba, tras varios intentos sin éxito, llegó una idea a su mente. Sacó el bolsillo de su chaqueta el teléfono celular de su hija para intentar llamarlo también. Fue directamente a contacto y llamó a Checo, sin respuesta aun.
Al regresar una vez en la pantalla le gió hacia la sección de llamadas anteriores.
Llamándole la atención la inmensa cantidad de llamadas a un contacto registrado como Oliver Brown, ella jamás había escuchado hablar de esa persona, bajó más y más por la lista de llamadas registradas, cientos y cientos de llamadas a lo largo de lo que iba del año. Algo en eso le daba mala espina, el comportamiento extraño de su yerno el día que fueron a aquella cena, además de que ya no les contestaba ni una sola llamada, y ahora ésto, comenzaba a sospechar de la fiabilidad de su propia hija, ella dijo que todo estaba bien, pero era más que obio que no es así.

Una enfermera se le acercó y le informó que su hija ya estaba de parto, queriendo no creer sus propias sospechas buscó el contacto de la hermana de su yerno en el teléfono de su hija, ese sí lo tenía.

La llamó y le contó lo que había sucedido, no dijo nada más ni exigió algo tampoco, lo hizo solo con la intención de que el aviso llegará de algún modo a su yerno. Lo apreciaba tanto que si tan solo Sergio le volviese a dar alguna señal, confirmaría sus sospechas, ella siempre confió más en Checo que en su propia hija, ella siempre fue cruel con su esposo, cosa que ella jamás le enseñó, sintiendose decepcionada de que  la persona que crió con tanto amor fuera de esa forma.
No podría hacer nada para ayudarla, sin embargo, sí podría ayudar a Sergio a alejarse de ella.

Tras una otra trató de llamar devuelta, no obstante, la llamada no fue correspondida, esa fue la señal para concluir sus sospechas, su hija había llegado demasiado lejos como para que Sergio hiciera eso, él jamás había roto su sonrisa ante ninguna circunstancia, (más si eran sobre su propia esposa).

Las horas pasaron y finalmente un médico se le acercó y le indicó que el parto había sido totalmente natural y sin ningún problema. Era una niña. Una hermosa niña que no tenía ni un solo parecido a Sergio, ni siquiera a Carola.
Ella frunció el ceño. —Caro, hija, te ¿encuentras bie?—.

—Sí mamá, gracias—. Carola se sentó con sumo cuidado en la camilla y abrazó a su bebé. —¿Y Sergio?—. No movió su mirada de la bebé al hablar.

Su madre se piso rígida al instante. (—Tú teléfono no tiene saldo y yo no tengo su número—). Se imaginó diciendolo, no funcionaría. Así que dijo la verdad. —No pude contactarlo.

Carola ni siquiera cambió de expresión. —¿Tienes mi teléfono?—. Ella asintió y se lo entregó. —¿Podrías llamarle a Sebastian, probablemente él pueda contactar a Checo, es que no tengo saldo—. Su madre asintió, aunque la mentira era más que expuesta, quizás incluso los médicos podrían saberlo, si es que entendiesen español, sacó su celular. —Te dicho el número, a y me puedes traer algo de comer—.

—Sí, claro—. Ella asiento y salió de la habitación después de obtener el número de Sebastian, sabía que su hija haría algo, ya que tendría que tener estrictamente prohibido comer despues del parto hasta después de media hora al menos, se quedò en la puerta esperando cualquier acción de Carola, ésta llegó de inmediato.