Capítulo 12: Cinco

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A éste punto. Sebastian ya había cogido con casi todos los mecánicos de Ferrari, Red Bull, Aston Martin y Mercedes y unos cuantos (por no decir la mayoría) de las otras escuderías. Así que le sería fácil entre comillas identificar quién es aquel amante entre tantos mecánicos.

Llegó al padook lo más temprano posible. Y se encaminó hacia la entrada trasera de garaje de Mercedes, de ahí tendría que encontrar a una sola persona entre cientos.

Lo lograría hacer, lo haría antes de que empezara la carrera.

-¿Sebi?-. Alguien lo interrumpeó cuando tomó la puerta justo antes de abrir.

-Lu-. Se giró de inmediato al reconocer que era la voz de Lewis Hamilton. Le sonrió en una busqueda inútil de esconder sus acciones. -Que sorpresa-.

-¿Qué hacer aquí?-. Preguntó el Inglés.

-Vine a quitarte tu octavo título mundial desde aquí-. Él se encogió de hombros sin darle importancia a su propio comentario, era más que obvio que Hamilton no le creería.

-¿Tú?-. Preguntó el inglés con ironía. -¿Con esa lata roja que manejas?-.
Eso era cierto, Ferrari venía con grandes problemas desde el inicio de la temporada, aun así, eso no les evitaría bromear entre ellos por sus problemas así que ambos rieron. -Es más probable que tu novio me lo quite-, continuó, -él sí sabe utilizar la lata, lo malo es que le encanta ultilizarla como carrito chocón-.

En éste momento el ambiente se tornó más oscuro, no había manera en la que Hamilton se riera de eso, las acciones tan imprudentes del piloto finlandés contra Checo lo ponían de mal humor.

-Kimi no tiene remedio-.

-En eso si que no podemos estar seguros-.
Hamilton recordó aquiellas imágenes que vió en redes sociales, aquellas dende Checo y Räikkönen estaban bastante juntos, demaciado para su gusto. Frunció el ceño.
-Es bastante raro como ha estado tan pegado a Checo, ¿no crees?-. Bomba, una gran bomba de celos, celos que siempre tuvo guardados por años.

Para Sebastian tampoco fue de su agrado dicho comentario. Tampoco quería a Sergio y Kimi cerca, ahora mismo hacía todo lo posible para que su plan fuese el adecuado, el sol estaba en su punto más alto, y sus esculturas quedaron desprotegidas ante tal abrazador calor,

El peor expuesto y más afectado fue la joya de su colección, ahora derretida por completo quedándose sin su mejor pieza en su banquete.

Necesitaba proteger las plantas de su jardín antes de que se ahogen con el agua del glasear que se derretía dentro de su bodega.

Sebastian apretó la quijada con fuerza, su paciencia comenzaba a agotarse junto con su energía vital por no obtener su comida, Hamilton logró notar de reojo los músculos del rostro del alemán, le encantaba hacer enojar a Vettel era una de las cosas que aun más le exitaban después de romper su relación. Tragó saliva al imaginarse al alemán en su cama con ambas piernas abiertas al aire. -¿Bueno me dirás a qué veías?-. Habló, Sebastian en realidad no tendría que estar ahí.

-Busco a una persona-. Vettel respondió sin más.

Lewis no habló después, esperaba a que Sebastián terminara de explicar, no obstante esa explicación jamás llegaría sin someter alguna presión. -¿Y?-.

-No sé su nombre, ni su aspecto, sus años, nada, solo sé que es uno de tús mecánicos-.

Lewis se cruzó de brazos. -Y ¿Cómo estás seguro que es uno de mis mecánicos?-. Eso sí era una gran acusación, tomando en cuenta que ahí adentro de cada equipo trabajaban cientos de personas.

-Bueno los tuyos son los únicos con historial de infidelidades y les encanta meterse con personas casadas-, miró a Hamilton a los ojos, -me consta-.

Lewis se quedó callado, eso era cierto, gracias a eso habían tenido varios problemas. -Entonces supongo que estás en el lugar correcto-.

UBA: Un Bwoah A la vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora