Capítulo 13: El inicio de una Travesía

80 11 0
                                    

Hamilton arrojó a Sebastian contra la pared; abalanzándose sobre él y tomándolo por el cuello con fuerza, impidiendo que Vettel se moviese de ahí.

Sebastian con los brazos pegados a la pared jadeaba mientras que el piloto británico restregaba su cuerpo contra el suyo eliminando todo el espacio entre ambos, sintiendo la necesidad de cada vez juntarse aun más.

Hamilton lo deseaba.

Vettel lo necesitaba.

Sebastian llevaba días sin comer bien, y las incípidas sobras de lo que alguna vez fue su gran centro de atención y su más preciado tesoro ya no era de él.

Ya no le servía.

Esa escultura desde hace mucho tiempo que ya no le bastaba para sustentarse, ya ni siquiera los acostones fugazes con desconos le eran suficientes.

Él nunca terminó su trabajo.

Lewis atacó los labios del alemán susccionando todo el aliento de éste, probocado que Vettel jadeara aun más.

La baba escurría por sus bocas, entre sus labios pegado y entre abiertos incistentes de más y más contacto.

Con un ágil movimiento Hamilton tomó ambos brazos de Sebastias y los alzó. Sugetándolos a ambos de la muñeca con una sola mano y colocándolos por  encima la cabeza del alemán.

Vettel trató de retroceder, sin embargo su cabeza chocó contra la fría pared, al mismo tiempo Hamilton metió su mano por debajo de su camisa erizándole la piel a Sebastian.

El alemán pasaba su lengua por toda la boca del británico y sus salivas se resbalaban por sus piochas humedeciando todo su rostro al conbinarse con su sudor.

Hamilton estaba perdido entre la excitación y el deseo.

Deseaba tanto estar dentro de Sebastian, así como deseaba a Sergio.

Siempre estuvo enamorado sel tapatío desde que lo miró por primera vez en el padook, mas lo suyo nunca pudo ser ya que Vettel siempre se lo impedía, siempre lo incitaba a acostarse con él y olvidarse de Sergio, siempre supo esas intenciones que Sebastian tuvo con Checo.

El alemán siempre fue muy celoco con ello, nadie se le podía acercar con alguna intención que no fuera una simple amistad a medias, y Sergio jamás lo supo; ahora, Sebastian volvía a hacer lo mismo, volvía a meterse con Hamilton para evitar que se le acercase a Checo.

Eso ya no funcionaría, Hamilton ya había superado esa dependencia hacia Vettel.

Ya lo había estudiado.

Leyendo todas y cada una de las acciones del piloto de Ferrari para poder controlarlo como él hacia con los demás.

Para Lewis, Vettel ya había llegado a la recta final de su esplendor, ahora todo llegaría en picada para Seb, y Lewis se encargaría de eso.

Hamilton le desabotonó el pantalón a Sebastian. —No sabes que duro estoy—. Susurró en su oído, a lo que Sebastian se retorcía cual babosa en sal. —Te destrozaré ese culo tuyo—. Soltó los brazos del otro y llevó una de sus manos a su entrepierna.
—¿Lo vez?—.

Vettel gimió y asintió con la cabeza.

Hamilton lo soltó por completo y retrocedió un paso. —Quítamelo—. Exigió. —Vámos quítamelo—. Tomó a Sebastian por la parte posterior de la cabeza y lo jaló.

Vettel cayó de rodillas.

Rápidamente se dehizo del pantalón del británico y comenzó a frotar su miembro ya erecto.

UBA: Un Bwoah A la vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora