Capítulo 22: FIRST QUESTION: ¿Por qué?

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Algo estaba mal.

Algo estaba rotundamente mal y Sergio lo sabía de alguna forma completamente inexplicable.

"Dormir" junto a Räikkönen por segunda vez lo dejó con una gran sensación de vacío en su corazón.
Se habían besado, se habían mastubado y aun así, estar en la misma cama Sergio se sintió tan alejado de Kimi como si algo los estuvese arrastrondo.
Era como una especie de cadena que los separaban, un grillete atado a sus tobillos manteniéndolos el uno del otro a kilómetros dentro de la misma habitación.

Sergio se levantó de la cama, se puso algo de ropa y se acostado boca arriba mirando el techo beige de su habitación.

Kimi a escasos centímetros o quizás milímetros de tocarse.

Lo había hecho. Había visto y tocado a Räikkönen como varias veces lo había pensado, imaginado, fantaseado. Y aun así se sentía tan lejos de él.

Giró su cuerpo levemente hacia su izquierda para quedarse viéndolo. Lo admiriría, ese hombre era guapo, desgarradoramente guapo, y, después de tantos años conociéndolo y odiándolo, por primera vez en toda su vida lo veía de esa forma, Kimi Räikkönen tan desgraciadamente guapo.
Un sonrojo se hizo presente en su rostro, Checo dándose cuanta al sentir sus mejillas arder.

Que vergonzoso.

Tantos años con el finlandés respirándole en la nuca sabiendo que en cualquier mínimo error suyo no perdería la oportunidad de hablar mal de él.
Sentía que había caído demasiado bajo.
Como si su orgullo hubera desaparecido y eso era lo que más le lastimaba.
Se sentía miserable.

Tan miserable al enterarse que se había enamorado de esa persona, esa específica persona que siempre le hizo la vida imposible.
Preguntándose: ¿Lo dejaría pasar?

Tal vez lo haría.

Por primera vez en toda su vida comenzaba a experimentar unos sentimientos, o más bien, sensaciones.
Sensaciones extrañas que recorrían su cuerpo con cada vez que miraba u observaba a aquel hombre. A un hombre.
Jamás estuvo en sus planes de vida sentirse así.
Sentirse inútil era algo de su vida diaria desde que conoció a Räikkönen.
Sin embargo, desde el accidente otras cosas comenzaron a surgir. Llendo desde el pensamiento intrusivo de agradecerle por darle a oportunidad de pasar mucho más tiempo con su esposa, hasta sentirse un imbécil por dejar que Räikkönen se disculpara por casi matarlo.

Las lágrimas salieron de sus ojos, Sergio respiró hondo, únicamente provocando que de su garganta saliera un sollozo y de sus lágrimas salieran como si hubiera olvidado cerrar el grifo y no llegaría a su casa a tiempo para cerrarla, era demasiado tarde  ahora toda su casa se encontraba inundada.

Ahora su cama flotaba a la deriva en aquel mar de lágrimas incontrolables.
Llorar no se sentía mal, por primera vez, sentía que lo necesitaba.

Se sentó en la cama y se recargó en la cabecera tratando de hacer los mínimos movimiento para no despertar a Kimi.

—¿Hice algo mal?—. Se preguntó a sí mismo, con la voz quebrada y sus ojos nublosos por las lágrimas llevó ambas manos a su cabeza y apretó sus puntos en su cabello. —Sí, lo hiciste todo mal—. Se contestó y volvió a observar a Kimi. Tan hermoso a la luz que entraba por la ventana. Aun así el arrepentido lo consumía a grandes mordisdos. —¿Por qué tuviste que enamorarte de un hombre?—. Cerró los ojos.
—Un hombre casado y además con un hijo, ¿En qué estaba pensando?—. ¿En qué estaba pensando? No lograna resolver esa pregunta, pero tenía una respuesta actual e insuficiente para esa misma pregunta. En realidad era otra pregunta que se sumaba al resentimiento, ¿soy capaz de romper una familia? Esa pregunta fue un detonate más.

UBA: Un Bwoah A la vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora