Capítulo 5: Deshielo

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Kimi se detuvo para acomodarse la ropa, ya que la sintió un poco desoerdenada; quedando detrás del alemán y el mexicano, y notando cómo al segundo le costaba bastante caminar, Sergio andaba con dificultad y disimuladamente se agachaba para sobar su rodilla por encima de la férula, le dolía un poco la pierna debía admitir, sin embargo, no mostraría debilidad después de hacer un trabajo perfecto en su monoplaza hace un par de horas.
Su orgullo no le permitiría pedir ayuda o que pararan un poco a descansar y eso Räikkönen lo sabía a la perfección, vaya que varios años odiándolo sirvieron para encontrar casi todos los puntos débiles del mexicano, y, ahora veía uno.
—Seb—. Llamó y ambas personas a varios metros de distancia, por el tiempo que se quedó quieto, lo voltearon a ver. De inmediato dejó de observar a Sergio y se dirigió a Sebastian.
Sintiendo la necesidad de comportarse como siempre lo hacía con Sebastian, de alguna manera, aquel adolorído y que de alguna manera demactado Sergio le hacía sentir esa confianza. Sin embargo recordó que en realidad ellos no llevan una buena relación, y no creyó que Sergio se tomara muy a la ligera verlo coquetear con Seb todo el tiempo, y aunque ya los había visto en las duchas, deseaba con todo su ser que Sergio lo olvidara, la mejor solución: seguir siendo él.
IceMan.
—Creo que sería mejor que tú conduscas por él—. Habló dando cierta distancia entre Sebastian y él, siendo frio con sus palabras como siempre lo era. 

En realidad no fingía ser frío, lo era por naturalidad, fingía ser amable con las personas, excepto con su familia, y Sebastian; y ahora, anhelaba ser así con el tapatío, sin saber en concreto el porqué total, solo sabía que le debía demaciado por casi matarlo.

Vettel se volvió hacia Checo de inmediato, no llevaban mucho caminando, no más de lo que hicieron cuando salieron del padook, sin embargo, Sergio sudaba del esfuerzo que hacía por aparentar estay bien, eso únicamente le porvocaría más problemas a Sergio a largo plazo. —Dios, Checo, por qué no me dijiste nada—.

—Estoy bien, ¿de qué hablas?—. Se recargó en una pared para aparentar tranquilidad. No obstante su pierna tenía otros planes, frexionando la rodilla de forma involuntara, provocando que se resbalara cayendo al instante. Por suerte Sebastian lo tomó de la cintura impidiendo que siquiera se inclinase demaciado.

Räikkönen retrocedió un paso ante el movimiento inesperado del alemán para no ser golpeado por éste, se sentía incómodo al presenciar tal acto, al notar cómo Sebastian tomaba y tocaba al tapatío.
Jamás lo había sostenido así, o mejor dicho, él jamás había tocado se esa forma a Sebastian.
Aunque fuera un buen gesto, no podía dejar de pensar en eso de forma sexosa. En ese movimiento Vettel levantó un poco la ramera de Sergio causando que descubriera un poco de su abdomen.
Diablos, Seb le tocaba el abdomen y Räikkönen no evitó morderse el labio inferior. Desde que Sergio los miró en las duchas sentía el impulso de lanzarsele a Sebastian y volver a excitar al mexicano, estaba mal pero quería ver su erección, y verla un poco más de cerca.

—Descuida, yo conduzco—. La voz de Sebastian lo trajo de vuelta a la realidad.
Sergio reposó su esoalda contra la pared y suspiró con los ojos cerrados.

—De acuerdo—.  Le era humillante tener que disponer de los demás.

—Kimi podrías...

—Yo me llevo tu auto—. Intereumpió Räikkönen extendiéndole la mano para que el otro le entregara las llaves.

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UBA: Un Bwoah A la vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora