𝘗𝘙𝘖𝘔𝘌𝘚𝘈.

018.

Rosé es perfecta, es hermosa, es amable, tiene el corazón más bonito y grande del mundo. Es realmente suave en todos los sentidos con Jisoo, su forma de sostenerla, de comprenderla, acompañarla, besarla, abrazarla y sobre todo amarla. Finalmente pudó comprender que no hay una persona como ella que robe sus suspiros y su propio corazón como lo hacía ella. Era como un rayo de sol en un día completamente frío, era la luz de su oscuridad, era el anillo para su dedo.

La pertenecía en cuerpo, alma y pensamiento. Era completamente suya.

Si, estaba convencida, quería tener a Rosé como su esposa.

— ¿QUE? — Jennie escupió el agua en el rostro de Lisa. — Oh. Dios. Mío. — agarró el hombro de su novia y lo sacudió. — ¡¿Escuchaste eso, Lalisa?! ¡¿ESCUCHASTE?!

— No estoy sorda, Jennie.

— ¡AH JISOO VA A CASARSE CON PARK CHAEYOUNG!

— Joder, que pesada eres. — Jisoo la empujó levemente cuando sintió el peso de su amiga tirarse sobre ella. — Ni siquiera le he pedido.

— ¿Por que reaccionas como si fuera que no estuvieras emocionada? Se que por dentro tienes tu lado fan girlie gritando como una gata en celos.

— ¿Crees que diga que si?

Jisoo estaba nerviosa desde su dedo chiquito del pie hasta la última cana de su cabello. Moriría al saber que fue rechazada, no podría imaginarse una vida sin Rosé, no otra vez.

— Dime tu plan.

— Bien... —la pareja tomó asiento a lado suyo para escucharla con atención. — El plan es...

[...]

El ambiente era tranquilo, una mesa decorada al aire libre sintiendo la fresca brisa de la noche, la gente pasando, las luces encendidas y una vela que daba el toque romántico, lo suficiente romántico para que Jisoo pudiera sentir su estómago revolverse de los nervios.

— Esto está tan delicioso. — Rosé cerró sus ojos saboreando el exquisito plato que pidió. — Quiero ser un camarón para ser comida por ti.

Jisoo rió. — Imagina ser un camarón libre en el mar, sin preocupaciones ni nada de que estresarte.

— Quizás en mi vida pasada fui un camarón o un tiburón. — agregó. — La reina de las aguas.

Ambas rieron sintiendo la compañía de la otra, era realmente divertido y se sentían cómodas. Era un sueño que nunca pensaron que pasaría.

El corazón de Jisoo latía desenfrenado cuando sintió la mano de su novia sobre la suya. Llegó el momento, creía que iba a morir ahí mismo de lo nerviosa que podía llegar a estar una persona, y más si se trataba de una propuesta de matrimonio. Apretó sutilmente el bolsillo de su abrigo en donde estaba aquella cajita roja para asegurarse que todavía se encontraba allí.

Podría regalarle su corazón entero si Rosé se lo pedía, haría todo por ella y más cuando una dulce sonrisa se grabó en sus labios con esa extraña mirada al ver a Jisoo tan perdida en sus pensamientos.

— ¿Estas bien, Chu? ¿En que piensas?

En ti.

Sus miradas chocan y vuelve a sentir su comida devolverse, tomó el valor para encontrar las palabras adecuadas para la situación, ¿como se supone que debía empezar? El silencio se apoderó rápido por un tiempo, Rosé solo se dedicaba a mirarla con las cejas levantadas esperando una respuesta.

Cuando las obtuvo comenzó a hablar.— ¿Recuerdas aquella conversación cuando éramos pequeñas? La de si no encontrábamos a nadie. — Park asintió confundida. — Podría asegurarte que desde esos días comencé a sentir algo por ti y era tan bonito e inocente que juré que por el resto de los años que fuéramos amigas cuidaría de ti, no dejaría que nada malo te pase pero... te falle y me fui. Fui una completa estúpida, me aleje porque estaba tan celosa.