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"𝐴𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑢𝑛 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑠𝑢 𝑣𝑖𝑑𝑎 "
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Tras ser raptado por los bárbaros y vendido a los lacayos del imperio enemigo de su tierra natal, Izuku decide ganarse el favor del sultán del gran imperio...
Ay perdónenme pero me andaba leyendo dos historias BkDk y no mamen, me dio tres bajones de azúcar y dos comas diabeticos.
En fin, aquí esta la actualización
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Abrió los ojos al sentir el aroma de caramelo más tenue de lo habitual, se enderezó rápido para mirar a los lados buscando al alfa.
——"¿se habrá ido al rezo de los dreigius?"
En la mesa central de los aposentos vio una bandeja con abundante alimento y un pequeño cofre.
Se levantó rápido colocándose la bata de seda negra del sultán, le parecía lindo que lo haya dejado descansar un poco más en su cama.
Vio con emoción el plato con codorniz asada con verduras y dos platos de frutos rojos y unos panes extraños.
— me hubiera gustado desayunar con él —habló para sí mismo mientras tomaba el pequeño cofre.
Soltó un jadeo al ver dentro un collar de plata con esmeraldas, era hermoso y se notaba que el mismo sultán lo hizo.
——"¿en que momento lo hizo?"
Hizo memoria, anoche después de volver a hacerlo Katsuki y él jugaron un rato a adivinar a la persona, escuchando complacido las risas del rubio. Después de eso le enseñó su escritorio donde; aparte de trabajar, hacía joyas. Katsuki le contó lo mucho que le gustaba hacer esos bonitos accesorios.
Empezó en su niñez con brazaletes sencillos con cuencas y piedras benditas.
Luego de su mayoría de edad y cuando lo enviaron a su primera provincia mejoró la técnica, creando tanto collares como anillos.
Muchas joyas que había visto en la sultana Mitsuki y en sus favoritos fueron hechos por él.
Y ese collar no estaba en la mesa cuando le mostró algunas piezas que no estaban terminadas.
Además de que esas bonitas esmeraldas estaban sueltas dentro de una cajita.
Pronto su corazón se aceleró al ver que Katsuki lo hizo para el y que sus ojos fueron la razón para las esmeraldas.
— tan divino
Tomó asiento con cuidado en uno de los cojines para degustar el desayuno, soltando un gemido de gusto ante el sabor de la codorniz en su boca.
Las puertas fueron abiertas dejando ver a Denki con unas ropas dobladas en sus manos.
— al fin despertó su excelencia el gran esposo del sultán —dijo con diversión—. por un momento creí que el sultán te mató por tanta pasión de anoche que creí que me quedaría solo antes de ser tío
— oh cállate Denki, solo disfrutaba el dormir tan cómodo antes de ir al harén
