.24. Celos

2.1K 271 234
                                    

◇ Al ai wont for crismaaaas iiiiiis yuuuuuuuuuuuuuu

Katsuki soltó un suspiro, el calor que envolvía su miembro lo hizo gruñir para dar otra embestida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Katsuki soltó un suspiro, el calor que envolvía su miembro lo hizo gruñir para dar otra embestida.

El sollozo erótico de aquella omega de piel porcelana y cabello chocolate hizo a su alfa inflar su pecho con orgullo.

La mujer se mantenía boca abajo con su cadera elevada y sus dientes apretando con fuerza las sábanas blancas del sultán mientras que de nuevo su interior recibía las estocadas salvaje del cenizo.

Tenía prohibido decir algo más que sólo gemidos y sus chillidos de placer.

El sultán no deseaba oír sus palabras, después de todo era la único condición que le puso Touya para hacerla ingresar a los aposentos del sultán.

Le había pedido, casi rogado que la enviara a los aposentos.

Solo quería que el sultán la mirara y supiera que Izuku y Eijirou no eran los únicos que podían complacer al sultán.

Había esperado a que Izuku y esos dos rubios se quedaran dormidos para escabullirse de los aposentos y arreglarse para ir.

El sultán no había tenido algún acercamiento carnal con su harén e Izuku aún seguía en estado de reposo. Tomó un vestido de color gris plateado con un escote profundo y con una abertura en la pierna que dejara ver su piel lechosa. Tomó un baño donde perfume su piel con esencia de jazmín y potenciador de feromonas. Limpio su intimidad y tomó unas pastillas que haría que su lubricante natural fuera abundante a la hora de unirse con el alfa.

En silencio fue llevado por Tenko y Aizawa hasta llegar a los aposentos del sultán.

En todo el camino dorado no dejaba de jugar con las telas de sus faldas, su emoción casi se desbordaba.

Asintió a cada consejo de Aizawa e ingreso con la cabeza gacha.

Pudo ver de reojo que el sultán se mantenía de pie dándole la espalda, vestía solo una túnica de seda negra.

Su omega dio un brinco al sentir la intensa mirada roja, se arrodilló besando el dobladillo del sultán y dejó que este la tomará con fuerza.

De un momento a otro ya estaba siendo tomada con salvajismo en la cama del alfa, solo salían gritos de placer y lágrimas por las estimulaciones en su punto. Sus pechos rebotaban a cada estocada, la mano del alfa tapó su boca y la alzó pegandolo a su pecho.

Cerró sus ojos al sentir el nudo del cenizo hincharse en su entrada. Sus labios vaginales se estiraron y su vientre se hincho ante la esencia de Katsuki.

Se quedaron así un momento hasta que el alfa la soltó dejándola caer de bruces en su colchón.

Salió de ella ignorando el nudo, arrancandole un pequeño grito por el dolor.

ODNOLIUB | 𝐁aku𝐃eku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora