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"𝐴𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑢𝑛 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑠𝑢 𝑣𝑖𝑑𝑎 "
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Tras ser raptado por los bárbaros y vendido a los lacayos del imperio enemigo de su tierra natal, Izuku decide ganarse el favor del sultán del gran imperio...
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La campaña había iniciado, los mejores guerreros, los voluntarios y algunos miembros nobles del imperio partieron junto al sultán del mundo alzando la bandera de Ddraig.
El palacio se despidió del alfa con una fiesta que al anochecer terminó entre los brazos de su adorada esmeralda, Katsuki sintió ganas de abandonar la campaña y quedarse con su precioso omega pero incluso Izuku; a pesar de estar envuelto en lágrimas, le dijo que era su deber ganar la guerra y traer la victoria al imperio de las grandes bestias.
Así que con el dolor en su corazón y la motivación de su familia partió en los dragones, para el pueblo fue un espectáculo ver las grandes bestias de escamas brillantes y de enormes alas pasar sobre ellos en filas, y ver a las bestias marinas de Illyus ir entre las aguas fue una maravilla.
El sol del amanecer del segundo mes tras la partida de los alfas se asomó desde las montañas. Izuku abrió sus ojos al oír los ronquidos de Denki en su oído, vio tanto a Denki como a Monoma durmiendo a sus costados.
Aquella dinámica donde dormían con él tras la partida del alfa fue para evitar sentirse solo.
Además para cuidarlo de los ataques de Eijirou.
Necesitaba su calor, quería sentir el aroma a caramelo de Katsuki y ser rodeado por sus fuertes brazos.
Las puertas fueron tocadas con suavidad, Monoma fue el primero en levantarse a pesar de aún estar casi dormido, tras la puerta vio a Tenko. El rubio soltó un suspiro lleno de fastidio para abrir las puertas y volver a la cama del peliverde para envolverse con las frazadas.
— oh por Jeanist, ¿siguen en la cama? —entró cerrando las puertas tras de sí para acercarse al borde del dosel.
— estoy deprimido Keigo —murmuró Izuku desganado.
Otro ronquido por parte de Denki lo hizo reír levemente.
Tenko tuvo que cerrar sus ojos y contar hasta tres para no cometer asesinato en los aposentos del cuarto favorito, no tenía muchas ganas de venir pero había prometido a Izuku que lo ayudaría a volverse "el gran concubino" para seguir enamorando al sultán a cambio de una buena propina.
Pero ver al cuarto favorito tirado en la cama con los ánimos hasta el suelo solo porque el sultán se había marchado le hacía querer regresar aquel saco de oro al peliverde y dejarlo a su suerte.
— estar en la cama no te ayudara a ser el mejor omega, levántate, que seas favorito no quiere decir que no debas tomar clases, y ustedes dos canarios escandalosos salgan de la cama del Kadin —gruñó pateando el colchón de Izuku.
Tanto Monoma como Denki soltaron un sinfín de improperios al peliceleste para levantarse y entrar a su cuarto a arreglarse.
— si quieres encantar al sultán con tus "grandes conocimientos" debes tomar tus clases como se deben, debes saber de arte, literatura, filosofía y música
