Las secuelas del pasado siguen atormentando a T/N, como si fuera un renacer,un patético renacer.
Viviendo una vida que no le pertenece,pero pagando los precios de sus pecados.
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-Y...¡Corten!,fuera de aire Thomás, tómate un descanso,te vez pálido.
El sudor recorre mi frente mientras las luces del set se apagan. La noticia acaba de salir al aire, una explosión en un edificio importante. Es falsa, lo sé, pero tuve que decirlo. El teleprompter me lo ordenó inculpar a una joven que ni siquiera sabía pronunciar correctamente su nombre, y no podía cuestionar las instrucciones. Siento una mezcla de culpa y temor al imaginar el caos que esto podría causar.
Salgo del set de grabación, tratando de aparentar calma mientras mi mente corre a mil por hora. Necesito llegar a mi camerino, necesito un momento para respirar y pensar en lo que acabo de hacer. ¿Quién me mandó esto? ¿Por qué?
Abro la puerta de mi camerino y apenas tengo tiempo de cerrar la puerta tras de mí cuando siento una mano fuerte cubriendo mi boca. Intento gritar, pero el sonido queda ahogado por la tela que rápidamente me amordaza. Mis brazos son retorcidos detrás de mi espalda y siento la presión de las cuerdas apretándose en mis muñecas. Me empujan hacia la silla y me obligan a sentarme. La oscuridad me envuelve por un segundo antes de que la venda sea retirada de mis ojos.
Frente a mí, dos figuras enmascaradas con horriblemente reales mascaras de cráneo,una de blanco y otra de negro. Sus ojos fríos y asesinos me observan con detenimiento,ambos equipados como fuerzas especiales. El más alto se adelanta y, con una voz baja y amenazante, me pregunta:
-¿Quién te pidió que dieras esa noticia?
Trago saliva y mi corazón late con fuerza. No sé qué decir.
"¿Debería decir la verdad? ¿Y si eso me mete en más problemas? "
Intento ganar tiempo.
-Yo... no sé de qué están hablando -respondo, tratando de sonar convincente.
El hombre se inclina hacia adelante, acercando su rostro al mío.
-No mientas. Sabemos que recibiste instrucciones. Solo queremos saber de quién,una mentira más y el se encarga.
El otro sujeto salió de las sombras portando en su hombro una funda de cuchillo.
El silencio en la habitación es ensordecedor. Puedo escuchar mi respiración rápida y descontrolada. Siento la presión aumentando. No tengo muchas opciones. Quizás si colaboro, saldré de esta con vida... después de todo...¿No es mi problema o si?.
-¡Está bien, está bien! Recibí una nota en el teleprompter. No sé de dónde vino. Solo seguí órdenes.
El hombre se endereza y mira a su compañero. Sus ojos se encuentran por un momento antes de que el otro hombre hable.
-Nosotros sabremos si mientes. Y si lo haces, te aseguro que esta silla no será lo peor que enfrentarás.
Las palabras resuenan en mi mente mientras trago saliva de nuevo, esperando que lo que he dicho sea suficiente para satisfacer su curiosidad.
