capítulo 4

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Mikaila.
Un mes después

Mi estadía en londres es comoda me adapte a las semanas con la universidad llendome de maravilla en arqueología, antropología e historia.

Con Luci y Romi nos acercamos más formando una linda amistad me presentaron a sus padres los cuales me cayeron genial son personas muy amables.
Aunque aun no conocen a Magnus no han tenido el honor.

Ludmila saca el vestido que usaré está noche en la cena con el ministro Morgan me invito a su casa luego de acordar al fin el día.

Hace una semana recibí la primera invitación la cancelé por qué ese mismo día tenía una pijamada con mis amigas, las cuales pegaron un grito cuando se enteraron de que le cancele a su ministro.

—el negro le queda hermoso— me halaga cuando terminó de vestirme.

—verdad que si los lancrotte somos la encarnación de la belleza misma— respondo mirándome al espejo.

El ego y la humildad de un lancrotte es enorme como nuestros reinos
Magnus dice que somos la definición de la perfección y no se equivoca.

Me siento para que pueda maquillarme y peinarme me hace unas leves hondas y un sencillo maquillaje como siempre.

Me pongo el collar de diamantes con la M y unos pendientes del mismo color.

—el auto está listo princesa— me avisa lud.

Me doy una última repasada viendo que nada me falte y cuando terminó salgo poniendo me abrigo y el bolso.
Me marcho a la mansión Morgan con dos de mis guardias con Willy y el chófer.

Cuando llegamos nos reciben sus hombres y la dama de llaves quien me indica a donde debo ir llevándome al living en dónde el ministro está esperando cuando me ve ensancha su sonrisa.

Se acerca hasta a mi entendiendo su mano.

—princesa es un placer conocerla— su voz es muy gruesa.

—el placer es mío ministro— tomo su mano y la lleva a su boca dejando un beso en ella.

Otro hombre de ojos grises entra con un semblante serio trae un traje negro que le queda demasiado bien mira al ministro sin notarme aún.

—christopher que bueno que llegas— le dice —quiero presentarte a la princesa de lancrotte —me presenta.

Sus ojos grises me escanean de pies a cabezas y sonrió por tal osadia.

—coronel christopher Morgan— se presenta.

Nunca había oído una voz tan sexy todo en este hombre es sexy.
Cuánto años tendrá? Y Por qué todos son tan altos a mi lado.

—un placer conocerlo coronel— digo sin mostrar una pizca de nervios.

Anuncian que la mesa está lista y camino con ellos para poder cenar
El ministro se sienta en la esquina el coronel a su derecha y yo a su lado.
Comenzamos a comer y a tener una conversacion trivial.

~~~~•~~~~

Christopher morgan.

Lo observo sin disimular un carajo quedando casi embalsamado por su belleza recorro sus pechos deseando ver más y me quedo como idiota mirando sus labios gruesos y carnosos deseando prenderme de ellos que delicia.

Me mira con curiosidad sus ojos verdes son brillantes y en ello demuestra una inocencia que quiero corromper.

— y cuantos años tiene princesa?— pregunta Alex.

Lo había olvidado por completo dandole mi atención a la mujer que es una tentación andante.

—acabo de cumplir 18.

El silencio se hace presente como que 18 años es una cría una muy sexy.
Maldición Christopher me regaño mentalmente por mis pensamientos lujuriosos.

—tu llegada a londres fue una locura aún recuerdo cuando conocí a tu madre sucedió lo mismo con ella—dice

Su sonrisa flaquea por la mención de su madre.

La velada sigue con ambos conversando me mantengo al margen escuchándola hablar incluso su voz está cargada de inocencia.

La cena comienza a ser más de cosas políticas demostrando su inteligencia en eso.

—no recuerdo haberlo visto ministro— contesta.

—eras una bebé en ese momento solo conocí a tu hermano— dice el

Me mira unos segundos y después sonríe enarco una ceja ya se volvió loco.

—incluso Christopher desea ir cuando era niño— continúa.

La rubia me mira dándome una sonrisa vuelvo a escanearla quedándome hipnotizo con sus labios.
Joder por qué tiene que ser una niña ?
Levanto la vista para ver sus mejillas sonrojadas pero nada sigue igual.

Acaso perdí mi efecto? No hay ni un rastro de nervios o de lujuria.

—si gustas conocerlo yo puedo asegurarme de darte un recorrido sobre todo por el castillo— dice mirándome.

Me relajo de inmediato cambiando mi semblante por uno más tranquilo.

—estare encantado por ello— sobre todo si me muestras tu habitación.

El idiota de alex me mira después de escuchar lo que dije.
La cena termina y la princesa se queda un poco mas se le ve muy entretenida hablando con el.

Se despide de Alex poniéndose a mi lado y quiero reir por la diferencia de altura nunca había conocido a una mujer tan pequeña.

Observo sus piernas y su cuerpo sobre todo sus pechos la sangre comienza a fluir concentrándose en un solo lugar si sigo así mi errecion se notara.

—adios coronel— se despide de mi.

Que pequeña que es tan pequeña que podría hacerle todo cambiarla de posición como quisiera.

—adiós princesa.

Entra al auto acompañada de sus guardias.

—maldición Christopher no dejabas de mirarla — me reprende Alex.

— y a ti que te importa— le digo mordaz.

Volteo entrando a la casa para buscar mis llaves para largarme de aquí.

—nunca me ah importado en dónde metes tu polla pero evita hacerlo con ella —lo ignoro —es una cría christopher buscate a alguien más —es lo último que dice dejándome solo.

Me largo para irme al penhause conduzco pasando por alto los semáforos quiero llegar rápido.

Llegó entrando inmediatamente a mi cuarto me quitó el traje viendo que aún sigo duro.

Cierro los ojos evitando pensar ella pero es vano su figura llega a mi mente sus pechos y labios me excitan haciendo que comienze a masajear mi verga de arriba abajo.

Pongo una mano en la pared para masturbarme con su recuerdo.
Subo y bajo la intensidad imaginando que es ella quien lo hace mirándome con esos ojos inocentes y chupándome la polla como una loca.
Suelto un gemido ronco cuando me vengo haciendo un desastre en mi mano.








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Hola!

voy a intentar esforzarme más cuando narre Christopher por qué siento que queda muy forzado.

Espero que le guste.

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