capitulo 10

647 59 3
                                    

Christopher.

La oficina estaba envuelta en el habitual ambiente de orden y frialdad, el aroma a cuero y papel viejo impregnaba el aire mientras me concentraba en los informes de la semana. Pero algo, una noticia que llegó con una mezcla de formalidad y urgencia, había logrado desviar mi atención. Mikaila había sido atacada. La noticia me llegó a través de un informe tardío, y mientras leía las primeras líneas, una ola de incomodidad se apoderó de mí.

Al recibir la noticia del ataque, algo en mí se movió. Era una mezcla de sorpresa y un tipo de inquietud que no me atrevería a definir claramente.

La oficina se convirtió en un espacio de agitación interna. Mi lema, "primero yo, luego el mundo", solía ser mi mantra. Pero al enfrentarme a la noticia del ataque a Mikaila, las palabras se sintieron vacías y distantes. Intenté concentrarme en el trabajo, pero mi mente vagaba entre el resentimiento hacia mí mismo y el impulso de querer hacer algo.

Fue entonces cuando Patrick entró en mi oficina, rompiendo el silencio pesado. Tenía una expresión decidida, con una mirada que mostraba una mezcla de determinación y preocupación.

-Christopher -comenzó Patrick -acabo de recibir noticias sobre la princesa Mikaila. Está herida, pero se está recuperando. Planeo ir a visitarla, ya que me cae bastante bien-

Su declaración fue como un balde de agua fría. Mi primer impulso fue reaccionar con desdén, pero, por alguna razón inexplicable, la idea de ir a visitarla me pareció repentinamente interesante.

-¿Visitarla? -pregunté, tratando de mantener mi tono habitual de indiferencia -¿Por qué te importa tanto la princesa?-

Patrick me miró con una mezcla de sorpresa y desdén, como si no entendiera mi tono.

-No sé por qué, pero me parece correcto. Ella ha sido amable conmigo, y parece que podría necesitar un poco de compañía-

Fue en ese momento cuando, en un intento de ocultar mi propia inquietud, decidí seguir el impulso de mi curiosidad. Me incorporé, fingiendo un desdén que estaba muy lejos de lo que realmente sentía.

-No es una mala idea -dije, levantándome de mi silla -Si vas a ir a visitarla, yo ire contigo, Puede que también me venga bien un cambio de aire-

Patrick me miró, evidentemente sorprendido por mi disposición a acompañarlo.

-No esperaba que quisieras venir, Christopher. ¿Seguro que estás interesado?-

-Claro -respondí alcanzado ocultar mi verdadero interés.

La realidad era que la idea de acompañar a Patrick era una excusa conveniente para enfrentar mi propio conflicto interno. No sabía cómo iba a manejarlo, A medida que la idea de visitarla se concretaba, me di cuenta de que mi actitud narcisista y mi lema se estaban desmoronando frente a la realidad de mis propios deseos.

Mientras me preparaba para la visita, sentía una creciente mezcla de desasosiego y anticipación. Aunque había hecho un esfuerzo por mantener la compostura, dentro de mí se libraba una batalla entre el deseo de mostrarme indiferente y la preocupación por Mikaila. Pronto estaría en el palacio donde se recuperaba, y aunque no sabía exactamente qué esperar, estaba decidido a enfrentar mis propios deseos en el proceso.

Mikaila.

El dolor en mi cuerpo todavía era una constante, un recordatorio de lo que había pasado. Aún así, el eco de la mansión me envolvía en un silencio que encontraba más inquietante que reconfortante. Desde el ataque, el personal del palacio había sido discreto, susurrando entre sí, cuidando de no alterar la paz aparente que intentaba mantener. Pero sabía que no era paz, sino una tormenta contenida. Una que estaba a punto de desatarse.

Mi Dulce Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora