Mikaila.
Hoy el sol brillaba más de lo habitual en Londres, o tal vez solo era mi buen humor el que hacía que todo pareciera más brillante. Caminaba por las calles comerciales con Alexa a mi lado, rodeada de mis guardias. Las tiendas estaban llenas de luces y vitrinas, pero mi mente estaba en otro lado.
Alexa me lanzaba miradas curiosas mientras hablaba de su vida, claramente esperando el momento adecuado para preguntar lo que realmente quería saber. No me sorprendió cuando se detuvo frente a una vitrina y, con una sonrisa traviesa, me hizo la pregunta que tanto había estado guardando.
-Mikaila, ¿estás en una relación con el coronel Morgan?
La pregunta me tomó por sorpresa, aunque debí haberlo previsto. Alexa era perspicaz y nunca se le escapaba nada. Bajé la vista por un segundo, sintiendo cómo mis mejillas se calentaban. Finalmente, sonreí ligeramente.
-Sí... -dije, con un suspiro. -Hace dos meses.
Alexa soltó un grito ahogado, lo suficientemente fuerte como para que varios transeúntes se dieran la vuelta. Siempre había sido la más expresiva de mis amigas, y hoy no era la excepción.
-¡¿Dos meses?! -repitió, con los ojos como platos. -¿Y por qué no me dijiste nada?.
Me encogí de hombros, sonriendo un poco más. Sabía que podía confiar en Alexa, pero había algo en esta relación con Christopher que me hacía querer protegerla de los demás.
-No es que lo haya ocultado, solo... no sabía cómo decírtelo. Todo es nuevo para mí, y también para él. Pero sí, estamos juntos, y todo va... increíblemente bien.
-¡Me alegro tanto por ti! -dijo, tomándome del brazo y sacudiéndome suavemente. - ¡El coronel Morgan! es un auténtico hijo de puta, pero contigo debe ser diferente, ¿verdad?
Sonreí pensando en Christopher, en cómo solo yo conocía ese lado más suave, nada visible para el resto del mundo. Conmigo era protector, atento, aunque siempre mantenía esa intensidad que lo caracterizaba.
-Es... diferente -admití. -Es intenso, pero me encanta. Me hace sentir segura. Conmigo es distinto de lo que la gente cree.
Alexa sonrió ampliamente y luego entramos en una boutique de ropa íntima. El ambiente en la tienda era cálido, con luces tenues que iluminaban las prendas de encaje. Mientras miraba los conjuntos, Alexa me observaba con una sonrisa traviesa.
-¿Qué opinas de esto? -pregunté, levantando un conjunto de lencería rojo que me había llamado la atención.
Alexa asintió con aprobación y luego me lanzó una mirada significativa.
-Parece que alguien está planeando una noche interesante.
-Tengo una cena con Christopher esta noche -dije, sin poder evitar sonreír mientras lo decía.
Elegí el conjunto y seguimos conversando mientras pagaba. Sabía que esta noche sería especial, no solo por la cena.
Salimos de la tienda con bolsas en mano, dejamos a Alexa en su casa antes de regresar al palacio siempre me daba una sensación de paz, como si el tiempo se detuviera en esos pasillos. Me descalcé, dejé caer mi bolso sobre una silla y me dirigí hacia el balcón. La brisa nocturna acariciaba mi piel mientras pensaba en todo lo que había sucedido.
Le diría a Eli sobre Christopher.
Con el corazón latiéndome rápido, tomé el teléfono y marqué el número.
-¡Mikaila! -gritó antes de que pudiera decir una palabra-. ¿Qué ha pasado?
-¿Estás ocupada? -le pregunté, intentando sonar casual, aunque sabía que no había forma de decir esto sin levantar alguna reacción.
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Mi Dulce Ángel
FanfictionPecados placenteros >> trilogía el rey Mikaila lacrontte es dulce amable era todo lo que christopher desea y mas. Christopher morgan era todo lo apuesta a la princesa.