mi zapato izquierdo

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Desde hace años mi zapato izquierdo se desajusta un cada tanto, en la mañana usualmente lo forzo a estar en su lugar con agujetas apretadas, porque camino grandes cantidades y necesito que funcione como se debe, pero me lastima sentir el cordón alrededor del tobillo ocasionando que traiga una constante sensación de ansiedad. Por la tarde de lo flojo que me calza se me sale, porque a estas alturas ya me he cansado de estar apretando constantemente. He de confesar con pena que en estos años solamente he cambiado de agujetas dos veces; la primera vez fue un sábado por la mañana donde pensé en controlar lo único que podía, la agujeta; fui al puesto más cercano que encontré y compré las primeras que vi, no digo qué prosiguió porque terminé en la sala de urgencias con un par de unos ojos azules mirándome preocupados por mi condición, he de mencionar que una vez recuperada del percance, volví a las agujetas de siempre. La segunda ocasión fue cuando logré encontrar unas agujetas iguales, pero de un color más bajo, las usé y parecieron lo más adecuado durante un par de años, con problemas y desataduras más veces de las que probablemente tendría que haber experimentado, pero hicieron su trabajo aunque después de tanto usarlas pasó lo que tenía que suceder, lo que siempre me temía después de la costumbre; el zapato sufrió una descosida a la altura del tobillo; el agujero del tamaño de mi pulgar yacía ahí mostrando el interior; una media gris claro ya rota por el uso prolongado y un pedazo de mi piel de un tono amarillo claro porque nunca puedo tomar el sol como se debe. Un extraño alardeó con que mis zapatos simplemente no funcionan como los de él que lo han ayudado a correr kilómetros; otro más me mira con un sentimiento que aún no logro descifrar, pero es algo entre pena y desesperanza que sólo me parte el alma; otros tantos sólo se quitaron del camino para que cuando mis zapatos me hagan tropezar no caiga encima de ellos de una forma dramática y así arruine el momento. Debido a que es obvio, no puedo cambiar los zapatos, estos están prendidos a mí, fuera de manías y traumas son parte de mi vida e historia, mas no sé si sean mi karma por algo que hice en otra vida o solamente mi castigo porque llegué a una historia ya escrita con los personajes necesarios para que esta funcione, pero por ahora aquí sigo, esperando que los zapatos hagan su trabajo, que la vida se componga y que no tenga que hacer metáforas sobre mi corazón siendo un par de zapatos imaginarios que demuestran que la vida va más allá de lo que pensamos y hacemos, que todo cambia de alguna forma, que el esfuerzo vale la pena y que el aferrarse al cambio ilusamente nos traerá un mañana distinto con un buen par de zapatos y una vida lista para correrse.

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